Pues si, el gato es un gran compañero y yo lo fui del gato que tuve en casa. Los que hemos tenido un gato, los que hemos compartido un gato revolucionario y socialista sabemos porque lo decimos. Yo tengo una admiración especial por los gatos y por su mundo, pero sobre todo por uno.., por el que le regalé a mi hijo. Posiblemente los que tengáis en vuestro hogar un gato me comprenderéis y seréis benevolentes en mis consideraciones particulares de mi camaradería participativa con un gato. El gato que yo compartí fue bautizado por mi hijo con el nombre de GRAMSCI, un nombre trascendente.
Eran tiempos de plena efervescencia universitaria de un estudiante idealista que quería, como muchos, cambiar el mundo. Se movía entre la 'Dialéctica' de Hegel y el 'Materialismo histórico' de Karl Marx. Posteriormente fue adentrándose en el 'deconstruccionismo' de Jaques Derrida e incluso, años más tarde, del compromiso histórico de Enrico Berlinguer.
A cada nuevo libro que leía mi hijo, nuestro gato más desorientado estaba, cuántos más libros, más dudas tenía el pobre gato, husmeaba muchas desavenencias entre marxistas, los teóricos de la filosofía marxista de la escuela de Frankfurt (Adorno, Habermas) eran muy críticos con el marxismo de la URSS, pero nuestro GRAMSCI, aunque el estudiante tenía mucha paciencia y le explicaba el posicionamiento de cada una de las escuelas.., no lo entendía del todo.
Pero era tan de izquierdas que GRAMSCI sin entenderlo del todo ya levantaba la pata fuertemente cerrada como un militante más de la izquierda. Digámoslo en voz baja y entre nosotros, GRAMSCI ya empezaba a maullar la Internacional... Y cuando sentía la música partisana:
''Alla mattina, appena alzata, o bella ciao, bella ciao... Ma verrà un giorno che tutte quante, lavoreremo in libertà''
Las orejas se se los ponían derechas y los ojos se le humedecían. Se pasaba el día entre los libros de casa. Verlo adormilado sobre el libro 'El Capital' parecía cómo si fuera el guardián de las esencias marxistas, era un gato disciplinado que compartía las horas de estudio de mi hijo hasta altas horas de la madrugada haciéndole compañía. Era todo un gozo verlo como pasaba las hojas de los libros de 'La crítica de la razón pura' de Immanuel Kant.
Yo creo que conocía los libros por el olor, los husmeaba y sabía cuáles eran sus preferidos. En cambio soplaba encorvando su espalda como una hoz del partido comunista cuando olía el 'Libro rojo' de Mao. No le gustaron nunca los chinos. Su predilección eran los libros italianos, revolucionarios e incluso, dogmáticos. Nuestro GRAMSCI era un antifascista declarado. Son los viejos recuerdos del KATU, ese era el nombre familiar, como frecuentemente lo llamábamos, pero era todo un KATU rojo, más rojillo que la bandera comunista.
Han pasado muchos años que GRAMSCI nos abandonó para irse a vivir para siempre en el cielo, yo creo que debe ser feliz y rodeado entre sus compañeros en el paraíso del socialismo utópico y anarquista, lleno de banderas rojas flameando. Disfrutando de tertulias con los gatos amigos, disfrutando de una charla erudita y teniendo muy buen rollo con el gato de Frederic Engels. Nosotros cuando lo perdimos, lo lloramos desconsoladamente y su ausencia fue dolorosa, pero nos queda el recuerdo de los espléndidos años que lo compartimos, que lo tuvimos como un compañero más dentro de casa. Es la nostalgia de un rebelde y la de un tiempo ya pasado. ¡Salud compañero!
Lluís Busom i Femenia
Lluís Busom i Femenia
Hay muchas poesías que hablan de los gatos pero hay una que me gusta especialmente. Se trata del poema de Pablo Neruda 'Oda al gato' que lo presenta como uno ser prodigioso, acabado, un ser completo y que sabe lo que quiere.
Los animales fueron imperfectos, largos de cola, tristes de cabeza.
Poco a poco se fueron componiendo, haciéndose paisaje, adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato, sólo el gato apareció completo y orgulloso: nació completamente terminado, camina solo y sabe lo que quiere.
El hombre quiere ser pescado y pájaro, la serpiente quisiera tener alas, el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta, la mosca estudia para golondrina, el poeta trata de imitar la mosca, pero el gato quiere ser sólo gato y todo gato es gato desde bigote a cola, desde presentimiento a rata viva, desde la noche hasta sus ojos de oro.
No hay unidad como él, no tienen la luna ni la flor tal contextura:
es una sola cosa como el sol o el topacio, y la elástica línea en su contorno firme y sutil es como la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos dejaron una sola ranura para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño emperador sin orbe, conquistador sin patria, mínimo tigre de salón,
nupcial sultán del cielo de las tejas eróticas.., el viento del amor en la intemperie reclamas cuando pasas
y posas cuatro pies delicados en el suelo, oliendo, desconfiando de todo lo terrestre, porque todo es inmundo para el inmaculado pie del gato.
y posas cuatro pies delicados en el suelo, oliendo, desconfiando de todo lo terrestre, porque todo es inmundo para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente de la casa, arrogante vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico y ajeno, profundísimo gato, policía secreta de las habitaciones,
insignia de un desaparecido terciopelo, seguramente no hay enigma en tu manera,
tal vez no eres misterio, todo el mundo te sabe y perteneces al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen, todos se creen dueños, propietarios, tíos de gatos, compañeros, colegas, discípulos o amigos de su gato.
Yo no. Yo no suscribo. Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago, el mar y la ciudad incalculable, la botánica,
el gineceo con sus extravíos, el por y el menos de la matemática, los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo, la bondad ignorada del bombero, el atavismo azul del sacerdote, pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia, sus ojos tienen números de oro.
Mi razón resbaló en su indiferencia, sus ojos tienen números de oro.
Ostres, Lluís, quin article més ben trobat, tant pel que fa a l'elogi dels gats (que jo adoro, com suposo que ja saps) com al lligam que estableixes amb el recorregut ideològic.
ResponderEliminarHe vist la teva intervenció a l'article de CatalunyaPress i he vingut cap aquí.
A mi també m'agrada molt el poema de Neruda, però no només. M'agraden molt també els de Borges, Baudelaire, Jaramillo Agudelo i molts d'altres que ara seria difícil recordar, però que tinc apuntats. I les històries de gats de tota mena, des de Colette a Poe, etc. etc.
En fi, gràcies per portar-me fins aquí.
Magnífic, res més a dir. Els que tenim gats els admirem per la seva sinceritat, i perquè en el fons són ells els que t'adopten. Ja ho diuen "gatos,lo más cerca que tendrás a un tigre"
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