jueves, 7 de febrero de 2013

CARNAVAL DE VENECIA, Carnevale al Buio


'Il Carnevale al buio' o el Carnaval en la oscuridad es un recorrido por Venecia en completa oscuridad, para descubrir durante unas horas la importancia de los sentidos alternativos a la vista: el gusto, el olfato, el oído con una atención particular al tacto, aunque el olfato nos hace percibir e imaginar a través del perfume de la mujer o del hombre, con quien nos relacionamos. El olor determina el grado de aceptación que la vista no nos puede dar. Sin duda el olfato predispone a que el tacto sea permitido e ilusionado. Cuántas veces no nos hemos permitido ni siquiera un abrazo impedido por nosotros mismos por los prejuicios que la sociedad nos impone. Después de ese primer paso, el tacto será el rey de los sentidos. Es en el ‘Carnevale al buio’ cuando se arrinconan los prejuicios y las manos se deslizan en la piel de quien estamos conversando… el anonimato, la máscara, el vestido permite que actuemos con arrojo, nuestra osadía nace de nuestro interior, con delicadeza y trémula voz, nuestras palabras justifican el acto imaginativo más promiscuo mientras en la noche del carnaval bailamos con nuestra pareja desconocida.

El 'Carnevale al buio' se celebra normalmente en el domingo de Carnaval, en el Sestieri Castello' en Barrio Castello, en el Palacio de las Exposiciones, junto a los Jardines de la Bienal, es la extraordinaria fiesta nocturna para agudizar los sentidos, un carnaval distinto, pero muy especial y seductor. Un espectáculo fascinante acorde con la transgresión propiciada en estas fiestas de carnaval, es el espíritu resumido en la frase:



“Semel in anno licet insanire” “Una vez al año es lícito no tener freno”

Esta frase explica la esencia transgresora que animaba, por un lado, a la oligarquía veneciana y a las clases dirigentes venecianas y, por otro lado, la concesión de este espacio de libertad controlada para otorgar y permitir a las clases sociales más humildes poder convertirse por un breve periodo del año, en protagonistas de unas vivencias en las que se mezclaban con las clases sociales más poderosas y ricas. A todos se les concedía el poder burlar las estrictas normas de convivencia, escondidos o enmascarados por el anonimato de una máscara en el rostro. Una útil válvula de escape de desahogo para tener bajo control las tensiones sociales.

El recorrido sensorial se realiza en colaboración con el Instituto de los Ciegos de Milán, una particular experiencia que ha entusiasmado a miles de visitantes en años anteriores. Quienes participan tienen, para entrar en el recinto pagando una pequeña entrada y son acompañados por expertos guías ciegos en un recorrido completamente a oscuras, para ir descubriendo los distintos ambientes inspirados en temas propios del Carnaval, en los cuales es posible ejercitar todos los otros sentidos, oliendo, tocando, escuchando y saboreando una nueva realidad.


El emblema del 'Carnevale al buio' es anunciado como un icono, una mano 'blanca' que palpa. Una experiencia única acompañada por la experiencia de los guías del 'Istituto dei Cecchi', verdaderos mediadores culturales que ponen en comunicación la realidad de los videntes con aquella de los no videntes. Un recorrido enriquecido con bromas, máscaras y muchas sorpresas. Es como una invitación entre dos mundos que, con demasiada frecuencia, les cuesta comunicarse, pero que, cuando hay ocasión para experimentarlo, es un mundo sorprendente. Un 'Dialogo en la oscuridad' es una experiencia nueva a la conquista de nuevas percepciones, una propuesta que ha sido un éxito mundial. Salones privados celebran bailes en total transgresión, sabiendo que en estos recintos sin control, la realidad supera a nuestra imaginación, es carnaval, son días de sensualidad voluptuosa en total desenfreno, de erotismo y lascivia.

En este paseo en la oscuridad se escucha mucho y se toca todo aquello que está a tu alrededor, se toman aperitivos por barmans ciegos, sentados en mesas y escuchando música de un pianista, donde los asistentes piden al interprete canciones y las cantan todos juntos. Al final se llega al bar 'Cafènoir' en el que se puede tomar aperitivos o cenar, naturalmente todo en plena oscuridad.