jueves, 30 de junio de 2011

HIROSHIMA




DECISIÓN POLÍTICA
La carrera armamentística que el gobierno de los EE.UU. se había impuesto para que sus científicos lograran la bomba atómica se había convertido en una cuestión de estado, pero cosa bien distinta era llegar a utilizarla. Conseguir la bomba atómica era una prioridad que dotaría a los EE. UU. de un poderío hasta el momento no alcanzado por ninguna otra potencia y, este hecho, al margen de otras consideraciones era de considerable importancia. En principio usarla no era un objetivo militar esencial. De hecho, muchos de los altos mandos del Presidente Truman eran contrarios a su empleo.

Pero tres meses después del final de la guerra con Alemania, Rusia no había declarado aún la guerra al Japón y, este hecho, hacía que fuera considerado como una amenaza para la paz en Europa. Posiblemente fue más una decisión política que militar y, lo fue, para demostrar el poderío estadounidense a Rusia y, de esa forma, contener la posible amenaza. El 25 de julio 1945 el presidente Truman confirmó que, a menos que el Japón se rindiera incondicionalmente, el bombardeo atómico se efectuaría sobre el Japón. Dos días después del lanzamiento de la bomba sobre Hiroshima, Rusia declaró la guerra al Japón.


La base de de los bombarderos Superfortalezas B-29 del 509 Composite Group (Grupo mixto), fue la unidad encargada del lanzamiento del arma nuclear sobre Japón. Esta unidad se preparaba para el lanzamiento en la isla de Tinian, en el archipiélago de las Marianas. Era el Coronel Tibbets el encargado de preparar, con el máximo secreto, a una tripulación que meses después se encargaría de lanzar la bomba atómica. Los B-29 eran los aparatos más grandes del momento con sus cuatro hélices de 5 metros, accionadas, cada uno, por un motor radial de 18 cilindros turboalimentado de 2 200 CV. que le dotaban de una velocidad máxima de 585 kilómetros por hora a 7.600 metros de altitud. Sus dimensiones eran verdaderamente gigantescas: longitud, 30 metros y envergadura, 43 metros.


HIROSHIMA, lunes 6 de agosto 1945 - 08:15
La ciudad japonesa de Hiroshima, situada en la isla de Honshu, sufrió la devastación, hasta entonces desconocida, de un ataque nuclear. Ese día, cerca de las siete de la mañana, los japoneses detectaron la presencia de aviones estadunidenses dirigiéndose al sur del archipiélago. Una hora más tarde, los radares de Hiroshima revelaron la cercanía de tres aviones enemigos. Los militares japoneses se tranquilizaron: tan pocos aviones no podrían llevar a cabo un ataque aéreo masivo. Como medida precautoria, las alarmas y radios de Hiroshima emitieron una señal de alerta para que la población se dirigiera a los refugios antiaéreos.



La tripulación del bombardero Superfortaleza B-29 Enola Gay, estaba formada por el Coronel Paul Tibetts, piloto comandante de la nave. El co-piloto: Capitán Robert Lewis. El navegante: Capitán Theodore Van Kirk. El operador electrónico: Teniente Jacob Beser. Los operadores de radar: Sargento Joseph Stiborik y el civil Richard Nelson. Ingeniero de vuelo: Sargento Mayor Wyatt Duzenbury. Artillero de cola: Sargento Mayor Robert Caron. Especialista nuclear: Capitán Deke Parson. Experto en cifrado: Teniente Segundo Morris Jeppson.

A las 8:15, el bombardero B-29, ''Enola Gay'', lanzó sobre Hiroshima a ''Little boy'', nombre en clave de la bomba de uranio. Una bomba con una carga equivalente a 15 Kilotones de TNT, es decir, 15.000 toneladas de Trinitrotolueno. Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. Minutos después, una columna de humo color gris con un corazón amarillo de fuego con una temperatura aproximada de 4000º C se convirtió en un gigantesco hongo atómico de poco más de un kilómetro de altura.

  

Tras lanzar sobre Hiroshima la primera bomba atómica y tres días después otra bomba sobre Nagasaky, esta de plutonio, el Gobierno estadounidense impuso una estricta censura fotográfica sobre la ciudad. Tras una explosión que aniquiló en el acto a más de 140.000 seres humanos y destruyó el 70% de las estructuras físicas de la ciudad, Estados Unidos tuvo muy claro que cuanto menos viera el mundo de aquello, mucho mejor.

Se estima que las víctimas de las explosiones a finales del año 1945, las bombas habían matado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, aunque sólo la mitad había fallecido los días de los bombardeos. La cifra de muertos por la onda expansiva, el calor, los incendios y la radiación liberada nunca se sabrá con exactitud. Algunos han llegado a estimar el total en más de un cuarto de millón de víctimas.

Entre las víctimas, un 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, muchas personas fallecieron de leucemia y cáncer atribuidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.
Hiroshima fue descrita por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos como un importante puerto de embarque en el centro de un área urbana industrial. Era un buen objetivo en el radar y tenía el tamaño suficiente para que gran parte de la ciudad pueda ser exhaustivamente dañada. Las colinas que rodean la ciudad probablemente producirían el efecto de enfocar, lo que seguramente incrementará considerablemente el daño causado por la explosión. También se consideró que debido a los ríos no sería un buen blanco incendiario.

El punto de referencia era un puente sobre el brazo más ancho del delta del río Ota y la bomba estaba lista para ser lanzada a las 08.15, hora local. Sólo diecisiete segundos después, con el bombardero B-29 a una velocidad de 450 km/h y a una cota de cerca de 9 700 m, la bomba "Little Boy" fue lanzada abriéndose el paracaídas que estabilizó su descenso. El "Enola Gay" y su escolta viraron rápidamente 150 grados y se alejaron. Cincuenta y un segundos después, a 244 metros del suelo, la bomba explosionó, devastando la ciudad. Instantes después la ciudad de Hiroshima era una planicie estéril sin vida humana.


Lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima (3:04 m.)





GINKGO BILOBA El árbol de la Esperanza
En la ciudad de Hiroshima murieron al instante 140.000 personas, cifra que fue aumentando en los días siguientes hasta llegar a alrededor de 350.000. Los edificios quedaron arrasados y la devastación fue casi total. A apenas un kilómetro del hipocentro de la explosión sobrevivía un árbol, el Ginkgo biloba, era y es un árbol sagrado en China y Japón, se le conoce como portador de esperanza. Su origen se remonta al periodo pérmico, hace alrededor de 270 millones de años, y se hubiese extinguido de no ser considerado un árbol mitológico digno de ser conservado en los templos budistas asiáticos


El Ginkgo biloba "El árbol de la esperanza” sobreviviente de la bomba atómica, se ha convertido en un símbolo internacional de la Paz. Apenas un año después brotaba de nuevo como si nada hubiese pasado. Eso explica que no tenga ni plagas, ni enfermedades ni hongos de la madera, los tres problemas principales de los árboles y, sobre todo, que aguantase la radiación y las temperaturas extremas que se registraron en Hiroshima ese día fatídico para la humanidad. Se trata de una especie única de una antigüedad cercana a los mil años,



Este Ginkgo biloba situado cerca de un templo sobre 1130 metros de distancia del hipocentro. El templo fue destruido pero reconstruido años después, dejando el árbol integrado y protegido en forma de “U” por las escaleras del templo en el que hay grabado “No más Hiroshima” y oraciones para la Paz.

''LA BOMBA ATÓMICA''

Nota de ''La Vanguardia'' de Barcelona del día 7/agosto/1945
(...) El sensacional anuncio del Presidente Truman, según el cual los laboratorios físico-químicos norteamericanos e ingleses han resuelto el problema de la bomba atómica, produce un doble sentimiento de admiración y espanto. Admiración, porque este triunfo representa la culminación de estudios e investigaciones profundísimos y coloca al hombre muy cerca del conocimiento total de los secretos más celosamente guardados por la Naturaleza respecto a la constitución de la materia; espanto, porque el pueblo o grupo de pueblos que pueda manejar a su antojo las enormes fuerzas cohesivas que mantienen el equilibrio de los cuerpos, se convierte de hecho en el dueño absoluto del mundo.

Por muy importante y eficaz que sea el descubrimiento de los sabios norteamericanos, Dios querrá que no exceda de ciertas limitaciones y que su esfera de acción aún terrible y amplísima, no rebase las posibilidades humanas de protección. Porque un hallazgo de esta naturaleza, destinado sin duda a procurar horizontes amplísimos al progreso, puede estar en manos conscientes y creemos que ahora lo está; pero, ¿puede asegurarse que siempre sea así?

Nota personal:
Ninguna consideración sobre las víctimas de Hiroshima, ninguna reflexión sobre el desastre humano que representa bombardear con un ingenio nuclear a una población civil indefensa. El comentario se mueve definiendo el sexo de los ángeles, caminando por el filo de la navaja del bien y del mal y, la consideración de La Vanguardia de que se alegra de que esa arma mortífera esté en buenas manos! 

  

PROYECTO MANHATTAN Albert Einstein, en nombre de varios científicos, escribió una carta al Presidente Roosevelt instándolo a apoyar al grupo de científicos que investigan la utilización de la energía atómica en el Proyecto Manhattan. En principio el proyecto no tenía gran apoyo del gobierno, que lo veía como un estudio teórico que sólo los científicos entendían. Sin embargo la carta de Einstein, que reflejaba el sentir de los científicos, diciendo que era necesario desarrollar una bomba atómica antes que Alemania consiguiera hacerla antes, alerta al gobierno de Roosevelt.  El ataque a Pearl Harbor en 1941, aumentó el temor, pues en ese momento parecía que nada podía detener a las fuerzas del Eje, cuyos ejércitos obtenían victoria tras victoria en todos los frentes.

Atendiendo la sugerencia de los científicos, el Presidente Roosevelt autorizó la creación del Proyecto S-1 dentro del proyecto Manhattan, que inicialmente sería del tipo comercial. Fue dirigido por Arthur H. Compton. Pero las cosas no marchaban bien, Compton no mostraba signos de competencia para manejar un proyecto de esa magnitud.  En setiembre de 1942, Roosevelt dio impulso al proyecto designando un mando militar en la persona del Coronel Leslie Groves. Inmediatamente, Groves reorganizó el equipo de científicos, ingenieros y técnicos, dotándolos de los equipos necesarios para desarrollar su trabajo.  En el primer día a cargo de la dirección del proyecto, Groves ordenó 1250 toneladas de uranio del Congo Belga que se encontraban almacenados en Staten Island.

Groves puso en marcha la construcción de una planta para producir material fisible. En octubre de 1942, Groves nombró al científico Julius Oppenheimer, un profesor de física de la Universidad de California en Berkeley, para dirigir a un grupo de científicos europeos inmigrantes, que se dedicarían a tiempo completo a la fabricación de la bomba atómica y decidieron instalar los laboratorios en el desierto de Los Álamos, en el estado de Nuevo México.  Ese año, Enrico Fermi logró construir un reactor atómico experimental, llamado Chicago Pile 1, con lo que EEUU daba un importantísimo paso en la carrera nuclear.

A comienzos de 1945, el Proyecto Manhattan estaba cerca a alcanzar su meta.  La bomba de uranio tenía el éxito prácticamente asegurado y la bomba de plutonio estaba cerca de ser terminada. En esos momentos, ya el general Groves no se preocupaba por el éxito del proyecto.  Su preocupación era, que la guerra terminara antes que la bomba estuviera lista para ser lanzada.  A fines de enero de 1945, la producción de uranio enriquecido aumentó, estimándose que alcanzaría los 40 Kg.  en julio.

En marzo la etapa de desarrollo de la primera bomba, con nombre de código Trinity, estaba llegando a su fin y en abril comenzaron a seleccionarse 17 lugares para la explosión de la bomba.  Durante los meses de mayo, junio y julio de 1945, se hicieron las primeras pruebas reales y la lista de posibles blancos fue depurada.  Mientras tanto el Grupo 509 llegaba a su base en Tinian, Islas Marianas.  El 16 de julio de 1945, Trinity, la primera bomba de prueba fue explotada exitosamente en el desierto de Los Álamos.  El destino de los habitantes de Hiroshima y Nagasaki estaba decidido. 

El primer ensayo de la bomba atómica se hizo en el estado norteamericano de Nuevo México. El 16 de julio de 1945 en el desierto donde fue detonada la primera bomba en el "Test Range Alomogordo" llamada prueba "Trinity". El lugar exacto de la explosión lo llamaron "Trinity Site" dentro de la base "White Sands Missile Range" a unos cien km. de Alomogordo. La imagen de los restos de la explosión es como una incrustación de algo más de medio km. de un color de mar verde. Es como sí la superficie de la tierra hubiera sido aplastada por la presión. 


El Departamento de Guerra estadounidense autorizó, varios meses después, a un selecto y reducido grupo de periodistas y fotógrafos la visita del cráter de la prueba nuclear. Fueron acompañados por el General Leslie Groves, director ejecutivo del Proyecto Manhattan y del Dr. Robert Oppenheimer, director del Centro de Investigación Atómica en Los Alamos, en el estado de Nuevo México. La revista LIFE publicó la foto del impacto de la primera bomba atómica.


"La guerra es un acto de fuerza, y para la fuerza no hay limite alguno", afirmó en 1945 el general Leslie Groves en Los Alamos, durante su conversación con Oppenheimer. Había citado al filósofo militar prusiano Kart von Klausewitz, quien a comienzos del siglo XIX escribió esa sentencia. Pero después de Hiroshima tales palabras son algo más que una visión del mundo: constituyen la amenaza de la liquidación definitiva de la cuestión humana, limpiando de habitantes todo el planeta.



Algunos de los científicos que participaron en este proyecto:


Robert Oppenheimer:
Director del proyecto, se opuso al uso militar de la energía nuclear una vez terminada la guerra. 


Enrico Fermi:
Huido de su Italia natal, fue el creador de la primera pila atómica en la Universidad de Chicago.
 
Edward Teller:
Judío huido del régimen nazi. Uno de los más fervientes defensores del programa armamentístico nuclear estadounidense. 


Hans Bethe:
Importante teórico del proyecto, director de la división técnica. 


Richard Feynman:
Responsable de los cálculos por ordenador. Tuvo sentimiento de culpabilidad al explotar la primera bomba. 


John von Neumann:
Experto en materia de explosivos, le fue encomendada la misión de ayudar en el diseño de explosivos de contacto para la compresión del núcleo de plutonio del dispositivo ''Trinity'' test y la bomba ''Fat Man'' lanzada sobre Nagasaki. También el encargado de calcular a qué altura debían explotar las bombas para que su efecto fuera más devastador.

'LA CREACIÓN HABRÁ TERMINADO'
Palabras de Gabriel García Márquez
Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrán muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteará el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes, y cuyos pájaros no encontrarán el cielo. Las nieves perpetuas cubrirán el desierto del Sahara, la vasta Amazonía desaparecerá de la faz del planeta destruido por el granizo, y la era del rock y de los corazones trasplantados estará de regreso a su infancia glacial. Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio seguro a las tres de la tarde del lunes aciago de la catástrofe magna, sólo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos. La Creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas.

Este es el primer párrafo de la conferencia ofrecida por el Nobel de literatura, Gabriel García Márquez en Ixtapa (México) pronunciada el 6 de agosto de 1986, en el 41 aniversario de la explosión de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945.Texto completo de la conferencia.




SILENCIO INFORMATIVO
El mando militar estadounidense dio órdenes precisas para que no se divulgara e imprimiera nada que pudiera alterar directa o indirectamente la tranquilidad del público. Sólo permitieron las fotografías generales de algún edificio en ruinas o cosas destruidas pero no que implicara el sufrimiento humano. Las autoridades ya habían entendido perfectamente el poder de la fotografía para dejar grabada la muerte sobre la conciencia humana: las imágenes del recién liberado campo de concentración de Auschwitz o del bombardeo de la ciudad de Dresde acababan de hacer historia. Por algo aún hoy el ejército de Estados Unidos prohíbe publicar las fotos de sus propios caídos en conflictos bélicos.

El lado vencedor de la Segunda Guerra Mundial no quería remordimientos de conciencia entre la opinión pública. De ahí que apenas se hayan visto fotografías de la Hiroshima (y Nagasaki) post nuclear, lo que convierte esta exposición en un evento extraordinario. Los primeros indignados por el tratamiento de silencio son los propios afectados, los sobrevivientes de Hiroshima que han construido el ''Hiroshima Peace Memorial Museum'' que recoge todos los documentos de la bomba atómica sobre Hiroshima.



Hiroshima Peace Memorial Museum
Es un museo sobre la víctimas de la Bomba Atómica en Hiroshima y Nagasaki, donde se recogen todos los documentos gráficos, sonoros y testimoniales relacionados con el hecho trágico de la bomba atómica. The Iroshima Peace Memorial Museum.

mantiene vivo el recuerdo de la destrucción causada por la bomba atómica que padeció esta ciudad. También proporcionan una visión del sufrimiento humano causado por las armas nucleares. Sobre todo es una enseñanza para las generaciones futuras, con una especial dedicación a los niños. Pero por sobre todas las cosas el Museo ha tenido la necesidad de informar verazmente aportando todos los documentos de la magnitud del daño causado, en contraposición, al silencio informativo decretado por el mando militar estadounidense. Son tan horribles las armas nucleares y sus consecuencias letales que ha sido más un instrumento de genocidio que un ingenio militar.

Hay una pequeña exposición de dibujos realizados por los supervivientes cuyo texto dice:

En la ciudad de Hiroshima y sus suburbios, viven cerca de unos 120 mil supervivientes de la bomba atómica. Todos se sienten frustrados cuando ven las fotos y cuando oyen relatos sobre la bomba atómica que no son los propios. Dicen, repetidamente ''no es exacto lo que se dice'' En verano de 1974, 29 años después de ser lanzada la bomba atómica un anciano que había sobrevivido a la bomba, hizo una pintura.

La Corporación de Emisión de Televisión (NHK) sabiéndolo, invitó a todos los supervivientes a dibujar recordando lances de la situación que ellos mismos habían vivido. Durante los veranos de 1974-75 un total de 2.300 dibujos fueron recogidos entre gente anciana, aunque la mayoría de ellos no tenían experiencia de dibujo ni pintura. Teniendo el dibujo en la mano decían una y otra vez, ''¡No! No era así. Esto es sólo la diezmilésima parte de lo que realmente fue.''

Esta es una pequeña muestra de los dibujos expuestos que The Hiroshima Peace Memorial Museum seleccionó para mostrarlos al mundo diciéndoles cómo fue. Es mi pequeña contribución para dar testimonio y respeto a esas personas que, como un grito, quisieron demostrar al mundo que el horror vivido fue muy diferente a lo que hemos leído y visto en nuestro mundo.


Intentaron tapar su cara con sus manos, pero la piel de sus manos se despegó...


Me hice una herida y apenas pude andar...


 Un padre tuvo que incinerar a su hijo.., eso es el infierno.


 Las escuelas fueron convertidas en puestos de socorro...


Todos vieron la luz anaranjada, no sabían que 1000 grados de irradiación habían entrado en sus cuerpos...

El sufrimiento en soledad

El fuego salía de sus entrañas...

HIROSHIMA
Rugiendo sobre el cielo
Se abatió la ignominia…
Un destello de fuego,
Cual mariposa encendida
Voló piel adentro…
Y la ciudad quedo muda
Asombrada...
¿Quién enarboló banderas
Para detener la muerte?
Huelen a quemado
Los cabellos de los niños,
Las madres ciegas
Buscan el camino de regreso…
Hiroshima, vergonzosa…
Arrojo de hombres
Igualando dioses.
Se arrodilla el cielo
Vomitando humo,
La niebla del dolor
Se aferra a la conciencia…
¿Quién recuerda sus nombres?
Solo los que sobreviven
Dolorosos,
En el hongo gris de la injusticia.
Que se apiade la memoria
De tanta amnesia,
Que el recuerdo
Prenda un sol de consuelo,
Gritando, unidos para siempre…
¡Nunca más!
Margot del Castillo (Chile)



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