viernes, 17 de junio de 2011

FEDERICO FELLINI



Con toda seguridad escribir sobre el gran director cinematográfico que fue Federico Fellini excede los conocimientos que yo pueda tener de él. Es bien sabido que el cine es uno de los temas que tiene mayor número de especialistas que conocen muy bien los entresijos de este mundo. Mi escrito es una aproximación a su persona y a su obra. Hablo como un espectador entusiasta y un enamorado de su cine que, además de su calidad, está completamente dentro de una época de mi vida.

Descubro el cine de Federico Fellini en mis primeros viajes a Italia y, es por el hecho de tener que aprender su lengua, la que me proporciona una mayor proximidad a su cine. En pocas palabras su cine me cautiva de inmediato y me encuentro con un extraordinario creador artístico que se acerca mucho a la concepción filosófica de la vida. Sus historias, sus imágenes y su aspecto artístico son lo que más me emociona. Por mi profesión soy una persona sensible a la creación artística y al mundo estético y, las obras de Fellini, están cargadas de belleza plástica.


En su obra cinematográfica encuentro una estética personal e impactante que no puedo sustraerme en cada película. Para mí Fellini es el creador nato, él consigue elevar su cine a la categoría de genial. Fellini sabe construir toda una serie de dualidades: orden-caos, soledad-bullicio, realidad-sueño y, después de haber creado un magma de imágenes contradictorias, saber ordenarlo en su conjunto de forma que parezca un todo armónico y admisible. Con sus imágenes sabe exponer un mundo que es más interpretativo que, un hilo contínuo y lógico con un argumento único. La dualidad en la que se ven envueltos sus personajes y los distintas lecturas que se pueden hacer de sus films es lo que más me fascina. Casi siempre deja una puerta abierta a la interpretación personal del espectador.

Por tanto, este escrito no es una biografía o una simple acumulación de datos, es tan sólo un pequeño homenaje a ese cineasta extraordinario, fantástico y onírico que supo plasmar en sus películas sus ensoñaciones, sus imaginaciones fantásticas y descriptivas con la visión de una Italia muy particular, casi siempre envueltas en su infancia y en, muchos casos, Fellini se convierte en un crítico feroz de los tiempos del fascismo que le tocó vivir. He pretendido que más que una acumulación de datos y fechas, recoger su obra, a través de sinopsis de sus films, entremezclado con opiniones de personas relevantes y que fueron sus colaboradores y amigos. También relatando alguna de sus anécdotas y vivencias que fueron compartidas con personajes célebres.


Federico Fellini nació en Rimini el 20 de enero de 1920. Su madre Ida Barbiani, ama de casa, y, su padre, Urbano Fellini representante de comercio. Tuvo un hermano, Ricardo, nacido el 27/02/1921 (actor), y una hermana, Magdalena, nacida el 17/10/1929 (actriz). Cursó sus estudios primarios en la escuela de primaria San Vincenzo. El año siguiente pasó a la escuela estatal Carlo Tonini. Fue un niño tranquilo y, a los siete años, ya mostró aptitud para el dibujo. Esta capacidad encantó a su madre, a quien a ella también le gustaba dibujar, pero no impresionó a su padre, quien ya veía a su hijo como un candidato potencial para que siguiese su profesión. En casa, Federico se pasaba horas enteras dibujando con lápices y tizas en cualquier superficie que pudiera encontrar.


A los diez años ingresa en la clase elemental del Liceo Giulio Cesare, de Rimini. Fellini fue un historietista y caricaturista desde los tiempos de la escuela. Fellini siempre garabateó bajo la premura de dibujar sobre una hoja las imágenes que nacían en su cabeza para plasmarlas antes en una hoja que sobre el guión de la película.


Siempre había emborronado papel caricaturizando sobre todo a los amigos, siempre tuvo este tic incontrolable de captar las caras con una pluma. Desde joven empezó a dibujar garabateando los rostros de los actores. Él mismo lo definió como la inconsciencia o la necesidad de hacer apuntes o sencillamente la costumbre de llenar hojas con dibujos de las ideas que se le ocurrían:




Para mí dibujar es un modo de comenzar a entrever una película, es como el hilo de Ariadna que me lleva directamente a la escena. Plasmo las escenas tal como las imagino, tal como pueden verse en el cine y, al dibujarlas, saber si tienen consistencia fílmica.


Nunca había dibujado un storyboard, tal como se hace profesionalmente, pero sus bosquejos servían perfectamente para sugerir qué era lo que él pretendía al maquillador, al sastre, al escenógrafo. La capa de soldado de Gelsomina (Giulietta Masina en La Strada) o el chaquetón tan macizo y rocoso de Zampanò, (Antony Quinn en La Strada) todos nacieron primero con el lápiz y los colores de Federico Fellini. Los tebeos siempre fueron su gran pasión. Desde pequeño en su Rimini natal se pasaba horas copiando las historias publicadas sobre el periódico infantil "Il Corriere dei Piccoli". 


Cuando uno bucea por la vida de otros siempre encuentra algún paralelismo que te hace ver al personaje con mayor simpatía, con mayor cercanía porque algún retazo de su vida confluye con el que escribe. Supongo que, eso de copiar comics lo hicieron miles de niños, pero yo puedo hablar por experiencia propia y es exactamente lo que hacía mi hijo. Yo le había suscrito a la revistas infantiles de Italia a ''Il Corriere dei Piccoli'' y a ''Il Corriere dei Ragazzi''.



Revista llena de contenidos extraordinarios, ilustraciones de animales y de sus hábitats realizados por los mejores dibujantes del mundo. Recortables de soldaditos de papel, aquellos ejércitos de papel me vienen a la memoria cuando yo los recortaba pegados a una cartulina para enseñarle a mi hijo un mundo que trascendía nuestras fronteras, era una forma de que él pudiera aprender acontecimientos que excedían a nuestra país. Era una ventana de un mundo que miraba un poco más lejos a las fronteras de la dictadura que en aquellos tiempos padecíamos. Ahora, esos ejércitos de papel, de ''Il Corriere dei Piccoli'' después de más de cien años en los quioscos se encuentran expuestos en la ciudad de Lucca, en el Museo Italiano del Fumetto e dell'Imagine y que hicieron felices a millones de niños.


Alos 19 años se instaló en Roma. Inscribiéndose en la Universidad de Roma, en la Facultad de Derecho y Jurisprudencia, pero no se gradúó. Inició una estrecha amistad, la cual durará toda la vida, con el pintor Rinaldo Geleng. Comienza a colaborar intensamente en el bisemanario humorístico y satírico-político "Marco Aurelio", de gran éxito, publicado por la editorial Rizzoli. Fellini cobra notoriedad publicando viñetas, cuentos por entregas. Conoce, através del amigo Ruggero Maccari, al cómico Aldo Fabrizi. Se convertirá en amigo, autor de gags en la radio y escritor de confianza del artista para sus espectáculos de variedades y films. 
Sinopsis: Luces de Varieté (Luci del Variettà) (1950)
Es un drama sobre un grupo de artistas de un teatro ambulante, son actores de segundo orden que luchan por ganar algún dinero de pueblo en pueblo. Actores, bailarines y artistas actúan delante de públicos muy reducidos mientras que el administrador de la compañía, un hombre maduro se enamora de una recién llegada, para disgusto de la fiel amante de aquél, interpretada por la esposa en la vida real de Fellini, Giulietta Masina.
Luces de Varieté es la primera película en la que Fellini dirige una película pero comparte la dirección con Alberto Lattuada. También el guión es compartido con Lattuada y con el gran guionista Tullio Pinelli que, en las próximas películas de Fellini, se convertirá en el intérprete idóneo de las fantasías de Federico Fellini. Fellini y Pinelli se convertirán en co-guionistas de una serie de excelentes películas: El Jeque Blanco; en el episodio 'L'amore in città', de Agencia Matrimonial; La Strada; Almas sin Conciencia (Il Bidone); Las noches de Cabiria; La dolce Vita; Las tentaciones del Doctor Antonio; Fellini 8 1/2; Giulietta de los Espíritus y La voz de la Luna.

Tullio Pinelli y Federico Fellini.
Conocí a Fellini en el '46 yo estaba trabajando para Coletti haciendo "La adúltera" y otras películas cuando he encontrado Fellini. Él en aquel período era un chico que justo se estaba iniciando, había hecho algún trabajo para la radio y algo con Aldo Fabrizi, que compaginaba el trabajo de guionista con el de la interpretación. Fellini era un muchacho de 26 años que tenía toda la vida por delante. Yo ya tenía 38 años y mi vida ya estaba encauzada como guionista. En principio parecía que nuestros caminos eran totalmente opuestos. Conocidos y amigos me preguntaban: ¿Qué haces tú con Fellini? Pero lo divertido es que a Federico también le preguntaban. ¿Qué haces tú con Pinelli?

Pero algo nos unió, quizás el hecho de que los dos trabajáramos en el cine facilitó el camino, después nacieron afinidades que nos unieron. Aunque éramos de los que discutíamos por casi todo. 

Nosotros nos encontramos en el quiosco de los periódicos de Plaza Barberini, de Roma. Nos conocíamos de vista porque nos habíamos cruzado en la Lux Film que, en aquel tiempo era la casa más importante de producciones cinematográficas, era una especie de puerto de mar de todo el cine italiano. Allí colaborábamos todos, Dino de Laurentis, que estaba produciendo su segunda película ''Aquila nera'', de Riccardo Freda y Carlo Ponti, que ya había producido cuatro películas.

Hubiera podido ser un saludo formal en el quiosco, pero empezamos a hablar e inmediatamente a discutirnos, discusión que duró toda la mañana. El día después fui a su casa, en calle Lutezia donde vivía Federico, vivían en casa de la tía de Giulietta que los hospedaba. Conocí a Giulietta y de allí empezó una vida juntos. Dieciocho años de trabajo intenso y frenético, sobre todo los tres primeros años cuando era un muchacho. Más tarde Fellini ha pasado a dirigir y, con los años, ha llegado a ser el más famoso director de cine en el mundo. Sus tres Oscar avalan su extraordinario trabajo.
Sinopsis: El Jeque Blanco (Lo Sceicco Bianco) (1952)
Una pareja de recién casados llegan en tren al caos de la Estación Central de Roma. Él un joven provinciano reprimido y su esposa, una chica hermosa, ingenua y mucho más joven. Acaban de casarse y se entiende que, aún han de consumar el matrimonio. Llegados al hotel él decide hacer una siesta para descansar del viaje, mientras ella aprovecha para bajar, y correr, en una calle muy cerca, al despacho de la redacción de su fotonovela predilecta: está cautivada por las aventuras del “Jeque Blanco”, un personaje a semejanza de Rodolfo Valentino, y esta empeñada en entrevistarse con su ídolo del mundo de los ''fumeti'' (comics). 
Sátira en clave neorrealista entre la fama y las falsas apariencias. Estructurada sobre una serie de viñetas que se mueven entre el realismo y la fantasía, al comprobar que el Jeque Blanco de sus sueños (Alberto Sordi), el mitificado héroe de sus "comics", es un auténtico calzonazos carente de cualquier encanto. Cuando de nuevo vuelve a encontrarse con su esposo habrá aprendido que debe aplicar sus fantasías a la vida matrimonial.

Tullio Kezich (1928-2009) autor de ''Biografía Oficial de Fellini''
Festival de Venecia de 1952. Terraza del Hotel Des Bains, el mismo en que Thomas Mann sitúa su novela ''Muerte en Venecia''. Un corrillo de butacas de mimbre rodea a un joven director de cine de 32 años que acababa de presentar su filme ''El jeque blanco''. Se llama Federico Fellini. Quien narra la escena es un periodista, escritor y crítico de cine, Tullio Kezich, (1928-2009) autor de 'Fellini. Su vida y obra''. Comenzaba una amistad de 40 años. Kezich escribe "Fellini irritó a mucha gente al salir a la palestra del cine declarándose contrario a toda exaltación ideológica, declarándose apolítico, al menos en lo referido a la cuestión de militancia.

Tullio Kezich fue uno de los críticos cinematográficos más estimados y acreditados de Italia. Entre sus colaboraciones más famosas:  Panorama, República, Correo de la Tarde. Participa en el guión de ''El Sitio''. Entre los numerosos libros publicados sobre el director de cine: ''Fellini, la vida y sus películas'' y  la biografía oficial del director.  ''La Dulce Vida con Federico Fellini''. ''Fellini del día después''. ''Abecedario Felliniano''.

Fellini, según describe en su biofrafía, no fue un gran lector hasta la edad adulta, sobre todo hasta que empieza sufrir de insomnio, en los años setenta. Robinson Crusoe, Los viajes de Gulliver, Oliver Twist, La isla del tesoro y Joseph Conrad, más algún relato de Poe, son los libros que confiesa leyó en su adolescencia.

Perdida la fe religiosa que le habían inculcado de niño y a la cual de vez en cuando se refería como un vago anhelo de recuperación, Fellini creía firmemente en el destino, en el azar, en las casualidades, en las decisiones repentinas que le habían llevado de una etapa a otra de una carrera que emprendió y prosiguió sin una meta fija hasta descubrir su verdadera expresión cinematográfica.

Sorprendentemente, de joven el cine tampoco le entusiasmaba. Para el realizador, las salas oscuras eran lugares a los que se iba a armar bulla con los amigos o a intentar algún escarceo amoroso lo que, años después, reflejó en secuencias de Amarcord y Los inútiles. Kezich recorre minuciosamente todas las películas del realizador, y lo hace situándolas en su contexto social, económico y político, sin menospreciar por ello detalles y anécdotas personales, indispensables para comprender muchas de las decisiones de Fellini.
Sinopsis: Los Inútiles (I Vitelloni) (1953)
En una pequeña localidad costera italiana de Rimini (ciudad natal de Fellini) sobre el Adriático, donde todo el mundo es amable y cortés, sus habitantes se afanan en el trabajo. Pero hay cinco jóvenes que rompen la armonía de la comunidad. Ninguno ha trabajado nunca, y ninguno se avergüenza de ello. El filme se abre con una desfilada de bellezas en la playa: se está premiando a Miss Sirena 1953. 
Fellini dirige esta comedia agria con un punto de amargura. Los temas son varios: La monotonía del pueblo, la ociosidad, el miedo a crecer, el adios a los viejos tiempos por parte de los jóvenes. Un film que entra de lleno en el neorrealismo. Destacable es el trabajo del actor Alberto Sordi en uno de sus mejores papeles. Da vida a Alberto un holgazán con todas las letras, un mantenido por la familia. Todos son seres atrapados en una existencia tediosa, esperable y sofocante. La obra tiene que ver con la elección de las personas y ellos eligen su propio destino de personas fracasadas y grises

Tullio Kezich dice en su biografía:
Acusado a menudo de apolítico en el seno de un cine ultra politizado por la izquierda, acusado incluso de reaccionario Fellini es en realidad un artista que vive la modernidad con absoluta naturalidad, y por eso su trabajo acompaña, y con frecuencia anticipa, las mutaciones sociales. Las seis películas y media que el director realiza en esta década constituyen en conjunto despedirse se esa Italia provinciana, una despedida de las patrias chicas, del mundo de las variedades, de los comics, de los gitanos, de los pícaros y las prostitutas. En este contexto, Los inútiles (1953) tiene una carga autobiográfica evidente y un significado capital en la evolución del autor: concebida como una comedia atractiva, se convierte en un fenómeno generacional.
Sinopsis: La Strada (1954)
En este film Fellini consigue su primer Oscar. En la película cuenta la historia de Gelsomina (Giulietta Masina), una muchacha pobre y soñadora. Un día su madre recibe la visita de un artista de un circo ambulante, el rudo Zampano (Anthony Quinn) que compra la muchacha para convertirla en su asistente en los números circenses. 
Pese al carácter violento y agresivo de Zampanó, la muchacha se siente atraída por el estilo de vida nómada, siempre en la calle (la strada), sobre todo cuando su dueño la incluye en el espectáculo. Aunque Gelsomina conoce a un payaso que le propone escapar de los maltratos de su patrón. Gelsomina duda, parece haberse enamorado del hombre que la compró por unos centavos y se mantendrá fiel a Zampanó hasta las últimas consecuencias.

Oriana Fallaci y Federico Fellini
Los dos fueron amigos y sus vidas coincidieron en numerosas ocasiones. Este es una pequeña anécdota contada por la propia Oriana Fallaci trata de la primera visita de Fellini en Nueva York.


En el año 1957 Fellini visitó por primera vez los Estados Unidos viajando a la ciudad de Nueva York para el estreno de su película ''Las noches de Cabiria''. En pocos días nos convertimos en buenos amigos y, a menudo, íbamos a comer filet Mingon en Jack's o castañas asadas en Times Square.


Fellini que en aquel tiempo ejercía de mujeriego, flirteaba con una joven rubia llamada Priscilla que residía en el hotel y que, sin que Fellini lo supiera, era la novia de un gánster. El gánster molesto con Fellini le llamaba por teléfono cada día al hotel amenazándolo diciéndole: ''I wil kill you'', que quiere decir: ''Te mataré''. Fellini que no sabía ni una palabra de inglés le respondía al teléfono: ''Very well, very well'' alimentando, una vez más, la fama de un falso héroe. Pero su arrojo duró muy poco cuando Oriana Fallaci le explicó que la frase en inglés significaba que le iban a matar. Media hora después estaba montado en un avión destino Roma.
Sinopsis: Las noches de Cabiria (Le notti di Cabiria) (1957)
En este film consigue su segundo Oscar. Esta película tal vez estemos en el último film que podemos calificar como crítica social y, heredera del neorrealismo italiano. Con ''Las noches de Cabiria'' Fellini describe a una serie de personajes marginados, humanos y sencillos. El film interpretado por Giulietta Masina, menuda, dulce y encantadora nos muestra la inocencia de una prostituta barata, católica, ingenua y romántica que ejerce la prostitución en uno de los barrios más pobres de Roma. 
Nos habla de sus amores y de sus fracasos, de los abusos de quienes confía sin malicia. Sueña con encontrar el amor verdadero, un hombre que la aparte de la calle y a quien pueda entregarse en cuerpo y alma. Su bondad y una cierta ingenuidad la convierten en víctima de sucesivos vividores que se aprovechan de ella. Una y otra vez será despreciada, agredida, engañada o robada, y a pesar de esto, será capaz de la superación, del perdón y de la esperanza en la vida. Al fin y al cabo solo le han robado cosas sin importancia, cosas materiales. Su inmensa humanidad sigue intacta, dispuesta a olvidar y a seguir soñando en una vida digna, en una persona honesta, incluso en un Dios justo.
Anita Ekberg. Retazos de la vida felliniana.
A mediados de los años 50 Federico Fellini era un habitual de las terrazas de la vía Veneto, en Roma donde se reunía la intelectualidad italiana junto a un considerable número de personajes y artistas ansiosos por ocupar las portadas de las revistas de sociedad. Los paparazzi (fotógrafos) buscaban la noticia de algún famoso que su seguimiento tuviera algún valor periodístico. Casi todas las noches se repetía el juego del gato y el ratón entre los que aspiraban a salir en las portadas de las revistas y los paparazzi en busca de la noticia.


Una de los habituales era la artista sueca Anita Ekberg y su marido Antohony Steel quienes solían exteriorizar situaciones personales intentando regalar a los paparazzi escenas de celos y más de alguna borrachera. En 1958, en una de tantas escaramuzas, el paparazzi Pierluigi capta a la Ekberg vestida de blanco introduciéndose en la Fontana di Trevi. Aquellas fotografías llegan a los ojos de Fellini quien despues del éxito de sus películas ''La Strada'' y ''Las noches de Cabiria'' ya es considerado uno de los directores más importantes de Europa.


Aunque de las frases que se recuerdan de Fellini hay mucha sublimación en sus contenidos, se dice que cuando Fellini vio por primera vez las fotos de Anita Ekberg bañándose en la Fontana de Trevi exclamó: ''es como uno de mis dibujos hecho realidad, es la personificación de uno de mis sueños, Dios, haz que nunca llegue a conocerla!''. Pero sucedió todo lo contrario, ya que es sabido por todo el mundo que Fellini era incapaz de reprimir sus deseos eróticos, decidió incluir en su próxima película ''La dolce vita'' una escena ficticia basada en el baño real de Anita Ekberg.
Sinopsis: La dolce vita (1960)
Fellini construye un film sin estructura tradicional, el filme presenta una serie de noches y mañanas que transcurren a lo largo de la Vía Veneto de Roma. En la película, la fingida tranquilidad de las aguas sociales se agitan cuando asoman los testimonios evidentes de una sociedad que es sinónimo de estar entre la vida  y el infierno. 
Una vez la película se adentra en esta sociedad burguesa veremos sus particularidades, sus contradicciones y todo aquello que para Fellini tiene de falso, extraño y despreciable que hay en esa ciudad. Como si fuera un enorme cajón de sastre donde conviven todo tipo de personajes. Marcello Rubini (interpretado por Marcello Mastroiani)  es un periodista con aspiraciones de ser un auténtico escritor, está en busca de celebridades para lograr sus reportajes. Se ha convertido en testigo de la decadente vida de la alta sociedad y de sus fiestas nocturnas. Cuando se entera de que Sylvia, (Anita Ekberg) una célebre diva del mundo del cine, llega a Roma, cree que ésta es una gran oportunidad para conseguir una gran noticia, y, en consecuencia, la perseguirá por las fiestas nocturnas de la ciudad. 
Sorprende que Fellini opte por dos hechos tan radicales que no tienen un excesivo significado en la propia trama del film más allá de la definición de una sociedad hipócrita. El suicidio, idea que todo buen burgués desprecia, contrasta con la voluntad y el deseo de hacer el amor en casa de la prostituta. Fellini marca aquí de forma clara las dos vertientes de su enorme filme, hay dos vidas en Marcello por un lado la vida superflua, la dolce vita y por otro una vida familiar "normal". El film es mucho más complejo, y cada personaje encierra un mensaje. 
Entre los episodios más famosos de ''La dolce vita'' están la gran escena goyesca del falso milagro, donde dos niños mienten acerca de una supuesta aparición de la Virgen en las afueras de Roma, en donde se ve una inmensa multitud. En el episodio de Steiner (interpretado por Alain Curry), un amigo intelectual de Marcello con una vida familiar perfecta, quien termina asesinando a sus hijos y cometiendo suicidio. Tras la muerte de Steiner, Marcello se adentra en una vida sin sentido de orgías, el final es simbólico, hace mención al tema de la incomunicación, y a la decisión final de Marcello, terminando con una clara interrogación dirigida al espectador. Un ojo de un monstruo que casi cierra la película. En un principio debiera haber sido el plano final del filme, un final que queda a la interpretación del espectador, pero que refleja la incomunicación de los personajes, como si fuera el símbolo de la separación de dos mundos... 
La película fue un enorme escándalo con protestas de la jerarquía eclesiástica, de la nobleza italiana, de los amigos de Rizzoli, su productor, de los sectores de la derecha más conservadora... pero fue un grandísimo éxito popular. La secuencia del baño nocturno de Anita Ekberg y Mastroianni en la fontana di Trevi forma ya parte de la cultura visual del siglo XX. El filme recorrió todas las pantallas del mundo, aunque en algunos países como España no se estrenó hasta más de 20 años después de su realización.
En "La vida secreta de Fellini"
Se afirma en el libro: Fellini hizo más o menos apasionadamente la corte a actrices famosas y no tan famosas. Se complacía en pasar por el gran seductor que no era. A los amigos que durante el rodaje de La dolce vita (1960) le preguntaban si se había acostado con Anita Ekberg, les decía:


Vosotros decid que sí.


Reveladora es la anécdota que refirió Indro Montanelli (fundador y director del periódico ''Il Giornale) a la periodista Tiziana Abate para el libro póstumo ''Memorias de un periodista'':


''Cuando Anita Ekberg llegó a Roma para rodar La dolce vita, lo primero que hizo fue llamar a Fellini e invitarlo a su habitación del hotel, donde lo recibió desnuda en la cama y pronta al sacrificio. Pero Fellini no era de esos de aquí te pillo, aquí te mato. A Fellini mudo de pánico, no se le ocurrió nada mejor para salir del paso que fingir un ataque de apendicitis, y tan bien lo hizo que lo operaron de verdad''.
Nada de esto es cierto, pues Anita no sólo distaba mucho de querer conceder sus favores al director, sino que acogió con obstinado recelo la propuesta de interpretar La dolce vita... Pero tampoco podemos descartar que fuera el propio Federico quien contó esta mentira a Montanelli y, seguramente, lo único que Fellini no le gustaba era que cuestionasen su potencia sexual. Fellini era un fabulador incorregible y su imaginación iba por delante de todo y de todos
Sinopsis: Fellini 8 1/2 (1963)
Con 8 1/2 consigue su tercer Oscar. Esta película tiene notables pasajes autobiográficos, aunque fueron reconocidos y negados por el propio Fellini según estuviese su ánimo. El título de esa obra suponía el número ocho y medio de su filmografía, porque hasta la fecha había rodado siete películas y media, considerando como tal el capítulo de la obra colectiva Bocaccio 70 interpretada por Marcello Mastroanni, como alter-ego del propio Fellini, cuenta la historia de un director en pleno proceso creativo cuya película y cuya vida se están desmoronando a su alrededor por dificultades matrimoniales y artísticas. Su crisis creativa se transforma en un acontecimiento artístico que alumbra una gran obra de arte cinematográfica. Una serie de (flashbacks) escenas retrospectivas y escenas oníricas ahondan en sus recuerdos y fantasías que se entrelazan con la realidad.

Gustavo Adolfo Rol y Fellini.
En 1963 Fellini era un gran observador, incansable en el aprendizaje de nuevas vías. Una de esos intereses personales le llevó a visitar a magos y videntes, el más importante de los cuales fue Gustavo Adolfo Rol (1903-1994) licenciado en Derecho, pintor y gran aficionado a la magia blanca sin afán de lucro, personalidad enciclopédica y experto en historia napoleónica,


El singular personaje se movía en los fenómenos paranormales. Tenía un repertorio de ''juegos'' que dejaban pasmado a cualquiera: decían que leía libros cerrados, trasladaba objetos de un cuarto a otro sin tocarlos, capta telepáticamente conversaciones que se tienen a cientos de kilómetros y manipulaba los naipes con una velocidad alucinante, cambiando palos y colores ante los ojos del espectador. Federico no se cansaba de presenciar las prestidigitaciones de Rol, aunque no estuvieran al alcance del humano entendimiento. Precisamente es contra esos límites que lucha Fellini, sobre todo cuando coartan la libertad de acción o dependen de prejuicios sociales, quiere el director dirigir la fábula moderna de Giuletta. Después vendrían Satyricón, Amarcord, Roma, Casanova y algunas más.
Sinopsis: Roma (1972)
Fascinante recorrido por la ciudad de Roma entre el documental y el ensueño mágico de sus imágenes. Con motivo de la construcción del metro en Roma, las máquinas descubren una vieja casa enterrada, en cuyas paredes cuelgan unos frescos. Una de las pinturas representa a una vieja dama, perteneciente a la rancia aristocracia romana, que organiza en su casa unos desfiles de moda muy originales: es la moda de los hábitos de la iglesia. Un desfile bufonesco en el que deja constancia del inmovilismo católico. 
La película recorre las casas de tolerancia de la época y los espectáculos de la noche romana. Fellini aporta su visión particular que, desde el pueblo, se tenía de la capital cuando era niño, la pensión romana, el teatro, los prostíbulos, el vecindario cenando en plena calle... el bullicio de las calles nocturnas.  
Fellini no trata de dar una clase de sociología, sólo deja constancia con imágenes de impresión “felliniana” un término que describe el simbolismo personal y emotivo de sus imágenes de la ciudad. Un ejemplo notable es el ritmo acelerado de la entrada de Roma por el equipo de rodaje donde el caos de la ciudad se hace evidente. Cada vez hay más coches un caos felliniano conductores gritando, hasta converirse en un caos de coches atascados en plena lluvia, focos, bocinazos, gritos y sirenas de coches de policía... 
Fellini desarrolla tres niveles narrativos: la ciudad como mito, forjada en la mente infantil como mezcla de fábula y leyenda; la ciudad física, de los monumentos, las gentes y las fiestas; y la ciudad oculta, combinación de elementos grotescos, patéticos y opresivos. El cruce de tres tiempos y tres niveles narrativos da lugar a un magma complejo, denso y vibrante, sobre la que se asienta un universo barroco, colorista, exuberante y abigarrado, característico de la esencia creativa del realizador. 
Esta película consiguió el Gran Premio de la Técnica cinematográfica del Festival de Cannes 1972 y el Premio della critica SFCC (Le Syndicat Français de la Critique de Cinéma) a la mejor película extranjera.
Definir el adjetivo ''felliniano''
La imagen es sobre todo alteración o deformación de una entidad que se dilata o se transfigura, en nombre de un desorden cíclico, que lleva a Fellini a jugar entre hilaridad y seriedad, realidad y ensoñación, en un constante balanceo de un columpio de rocambolesca y perenne aventura humana. Sus imágenes no son siempre deformes o alteradas, aveces expresan sensualidad o candor. Todo es mutable y objeto de presentarlo sobreactuado y exagerado, por tanto, se preocupa en plasmar los rasgos que son símbolo de movimientos desordenados y, por lo tanto, descompuestos. En apariencia todo es un caos intangible hasta que las contradicciones dejan ver a un mundo felliniano que a pinceladas va llenando la tela de imágenes hasta que adquieren forma y contenido, convirtiéndose en un todo armónico. Quizá serviría la definición de Baudelaire que, cuando se hace caricatura de la caricatura, se convierte en realidad.
Sinopsis: Amarcord (1973)
Con Amarcord consigue el cuarto Oscar. Con esta película hay un retorno a su Rimini natal, la de los años de la segunda enseñanza, de los años treinta. Los protagonistas son su misma ciudad y sus personajes grotescos, recuerdos que se transfiguran en ambos. Como ya el título revela es un amigable y coloquial relato entre viejos amigos con experiencias comunes. 
Fellini hace un melancólico y divertido retrato de la Italia de entreguerras, controlada por el fascismo y la Iglesia. Fellini recuerda y reinventa su vida en su ciudad natal en la primera mitad de los años treinta. En esta maravillosa historia nos muestra el conflicto social entre clases, nos habla del abuso de poder y de la delgada línea que separa la imposición del orden por la fuerza de la tiranía y el totalitarismo. 
Da protagonismo a un hombre que un día se da cuenta de que apenas reconoce a las personas con las que ha vivido durante años, hasta el punto de que su propia esposa e hijos le parecen extraños y todo lo que lo rodea le resulta opaco e indiferente. Se lanza entonces a la búsqueda desesperada de algún punto de referencia para recuperar su identidad y no hundirse en el caos. La mujer objeto, el abogado ilustrado, la estanquera de pechos enormes, la prostituta demente son personajes que Fellini va dibujando las escenas que forman un cuadro armónico. Emprendiendo así, a través de su memoria, un viaje que lo conduce a la infancia, a la época en que era un niño que vivía en un pequeño pueblo costero; a la Italia de los años treinta, cuando el fascismo había alcanzado el punto culminante de su apogeo. Así Fellini evoca con maestría un universo de fantasmas sacados de su propia memoria.


Liliana Betti. (1937-1998).
Liliana Betti fue escritora y guionista y cuando colaboró co Fellini primero fue secretaria de producción y luego ayudante de dirección en películas emblemáticas como Amarcord (1974), Satyricon (1969) y Gulietta degli Spiriti (1965).
Trabajó durante más de veinte años, al lado y en la sombra de Fellini como la más estrecha colaboradora de Fellini. Convirtiéndose con los años en la musa y fuente creadora del mundo felliniano. Ayudante de dirección, guionista y, sobre todo, la amiga confidencial y directora de casting de varias películas como ''Le città delle donne'' ''Il Casanova''.


Liliana Betti fue una figura esencial del cine italiano de la segunda mitad del siglo pasado. Más que una ayudante fue el «boss» para Fellini, si bien su presencia era discreta y en un segundo plano, pero su trabajo era notorio en todos los fims de Fellini. Mano derecha de Fellini pasó gran parte de su vida tejiendo y rehaciendo constantemente los hilos de los argumentos cinematográficos con un entendimiento íntimo, profundo y, la mayoría de las veces, dispuesta a aconsejar, y a inspirar a aquel genio del cine que era Fellini.

Liliana Betti, al margen de la colaboración con Fellini también fue guionista en más de una docena de películas  (Miele di donna, La Carne, Miracolo italiano, etc,) así como con otros directores.



Georges Simenon y Federico Fellini.
En una conversación con Georges Simenon, el famoso escritor belga de las novelas del inspector Maigret y, a propósito de la película Amarcord, le comentaba diciéndole:

Parece que usted como todos los hombres creativos, ha sido marcado por su infancia. Parece como si su infancia le persiguiese, aunque posiblemente, usted no es consciente de ello.

Sí, esta inclinación a rememorar la infancia distingue a todos los hombres creativos. Pero, por lo general, se nos consi­dera algo más bien limitativo, protector, incluso negativo. Se ve en el artista al "niño grande", a un hombre inmaduro que no se ha desarrollado completamente.

¿Cuando es exactamente a la inversa?


Así es, hay que ver la infancia como una posibilidad de mantener el equilibrio entre el inconsciente y la conciencia, entre la vida real y la vida recordada. El niño siempre es así, para él no existe la división entre su propio yo y la realidad. Todo esto es destruido por la educación, la escuela, la familia y la sociedad, que obligan a aceptar la rigidez infernal del respectivo sistema. El niño no sabe que tendría que rechazarlo, el artista debe intentar olvidar que le fue enseñado. Y seguir absorbiendo la vida sin pasar por el filtro de lo que es convencionalmente correcto, aunque ese comportamiento le lleve a un conflicto inevitable...
Sinopsis: Casanova (Il Casanova) (1976)
Esta film escrito y dirigido por Fellini presenta a un Donald Sutherland interpretando a un seductor veneciano como una figura trágica, un ser humano digno a pesar de la vanidad de su existencia. Un personaje afeminado, ridículo, objeto de admiración para la decadente sociedad europea de la época, que lo trata caprichosamente como a un señor o a un marginado. El patetismo del personaje se hace mayor cuando descubre el cinismo que inspira sus coquistas amorosas, al servicio de las que hace uso del halago, el engaño, la intimidación, la fuerza o la violencia, según mejor conviene. Es caprichoso, voluble, irascible, egoísta, megalómano y desconsiderado. 
El barroquismo visual se presenta acompañado de una ingente acumulación de temas tratados: voyerismo, masturbación solitaria, masturbación en público, homosexualidad, sadismo, masoquismo, sexo en grupo, exhibicionismo, lujuria, etc. Fellini fantasea y caricaturiza al viril seductor y con ello a la virilidad masculina por extensión, en una puesta en escena desbordante de originalidad e ingenio, creando un universo del todo intransferible por dónde desfilan una enorme creatividad decorativa y de personajes.

Nino Rota (1911/1979)
Aparte de la películas de Fellini, Nino Rota compuso las bandas musicales de películas muy importantes entre lasque destacan las de: Guerra y Paz, de King Vidor (1956). Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti (1960). El Gatopardo, de Luchino Visconti (1963). El Padrino, de Francis Ford Coppola (1970). El Padridno II (1972). El Padrino III (1990).


Fellini recordando a su amigo y colaborador, decía:

Mi predilección por Rota como músico se basa en que le encuentro muy próximo a mis temas y a mis historias, y en el modo que tenemos de trabajar juntos, es un encaje perfecto. No le sugiero los temas musicales porque no soy músico. Sin embargo, como tengo una idea bastante clara de la película que estoy haciendo, incluidos todos los detalles, el trabajo con Rota se efectúa exactamente igual que en la elaboración del guión. Me pongo cerca del piano en el que se instala Nino y le digo exactamente lo que quiero. Naturalmente, no le dicto los temas; sólo puedo guiarle y decirle justamente lo que deseo. De todos los músicos que trabajan en el cine, Nino es, el más humilde


Como ya ocurrió con Pinelli, Fellini conoció Nino Rota a la salida de la empresa Lux. Nino Rota esperaba un autobús que según Fellini, éste no pasó nunca por allí y mientras Fellini se acaloraba en explicarlo era posible entender que una vez más que fueron anécdotas que permaneceran a este mundo felliniano de anécdotas en las que difícilmente se ha logrado saber si son reales o puramente inventadas. Pero la anécdota encierra la síntesis de una relación cercana entre Fellini y el músico, un fenómeno personal que encerraba empatía, irracionalidad y magia.


Mérito de Rota, personaje angélico que Fellini a menudo inmortalizó en sus dibujos con una aureola sobre su cabeza, las alas sobre una espalda encorvada y una varita mágica entre los dedos  e iluminado por la inspiración y que, mirándolos, enseguida se intuye la doble alma del cine de Fellini, muy festiva y melancólica. Es como si Rota lograra leer en el alma del amigo y traducirlo en notas musicales.


Después de tantos años de estrecha y continua colaboración, en total compuso la música para catorce películas de Fellini, desde 'El Jeque Blanco (1952) hasta Prova d'Orchestra (1979). El 10 abril del 1979 le llega a Cinecittà la noticia de la muerte de Rota. Para Fellini es la desaparición de un hermano y al recibir la noticia, siente que dentro él desaparece la parte más encantadora y pueril. Reemplazar Rota será considerad'o un cortés imposible por los músicos interpelados a llenar el vacío que dejaba Nino Rota. Federico Fellini lo recordaba en un artículo publicado en El Messagero', tres días después de su desaparición con estas palabras: 


Aquel hombrecito que trató de salir por puertas que no existían, y que realmente salía por la ventana como una mariposa, envuelto en una atmosfera mágica e irreal... 
Sinopsis: Ensayo de orquesta (Prova d'Orchestra) (1979)
Esta película obtuvo su cuarto Oscar y es una metáfora sobre los momentos conflictivos de la Italia de la época. Sobre el desorden político y social que reina, sobre las dificultades de reconducir la armonía entre las personas. Fellini aparece feliz en la creación de los personajes, con grandes dosis de caricatura y burla. Presentada como un falso documental sobre un ensayo de orquesta en una viejo oratorio del siglo XIII, sensacional por su acústica. 
Los músicos llegan por la mañana, hay rencillas entre ellos, algunos están más pendientes del partido de fútbol, a la vez un equipo documental de televisión ha venido a hacer un documental sobre el ensayo de la orquesta. Se pregunta a los músicos sobre sus relaciones con los instrumentos y la música. Por otra parte, el conflicto sindicalista está en el aire, ya que los músicos manifiestan su bajo salario y su disconformidad. El director de orquesta soberbio y mal humorado por lo mal que sale el ensayo, manifiesta su malestar hacia los músicos, quienes a su vez desprecian su altanería, en lo que es un desprecio mutuo. La situación es insostenible hasta que acaba por estallar. 
Lo que parece un canto de admiración hacia la música clásica, y hacia la relación de amor entre el músico y su instrumento, y entre los distintos instrumentos entre sí, se transforma en una interesante fábula sobre clases dominantes y sometidas, en este caso entre el director y los músicos, con connotaciones políticas incluidas, sin renunciar en ningún momento al humor.
Neliana Tersigni entrevistó a Fellini en 1977, para el periódico El País.
Neliana Tersigni es una periodista italiana, corresponsal en varios países. Después de la muerte de Franco vino España y colaboró con el periódico El País. En la visita a Madrid de Fellini en el año 1977 Neliana Tersigni entrevisto al gran director para ese periódico.


Federico Fellini no es hombre que guste de los periodistas, es cierto; pero es, ante todo, un hombre sincero, una especie de torbellino de la mente, una especie de fábrica de ideas que le bullen y le salen a borbotones. El hombre de los cuatro Óscars, el monstruo sagrado del cine, el genio, el crítico, el soñador de infancias, o el que ha dibujado sus sueños en tantas películas. 


Aunque su cara está detrás de la cámara, Fellini es tan popular como un actor, como Sofía Loren. ¿Qué se siente cuando se es un monstruo sagrado?


Fellini: Lo primero no sé lo que significa ser un monstruo sagrado, quizás significa ser un producto de exportación, o quizá sólo el ser reconocido en la calle. Esta segunda parte no resulta desagradable, siempre que no sea agobiante. 


El hecho de que personas que te encuentras quieran saludarte, quiere decir simplemente que tú les has dado algo, una diversión, una alegría, una sensación.


También en España sus películas cuentan cosas familiares, emocionan. Amarcord, por ejemplo, ha significado para muchos españoles volver al pasado. Y usted, ¿qué recuerda de la España en guerra?, ¿qué imágenes le llegaban al mundo aislado de su provincia?


Fellini: Poco, muy poco. Todo venía englobado, cocinado por la retórica fascista: himnos, insignias, marchas. También la guerra española formaba parte de esta retórica. La radio y los periódicos hablaban de ella como de una cruzada. Solamente recuerdo con precisión cuando mi profesor de gimnasia se fue a alistar en aquella guerra. Qué raro... ahora en mis recuerdos parece que él un fascista, llevaba una gran boina, como en las fotos que llevaban los milicianos republicanos. La España de Franco, en realidad la conocí solo años después al final de la guerra mundial, cuando empezamos a descubrir que además de Rimimi, la pequeña ciudad donde nací, y de Roma, existían también, Londres, Madrid. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que España estaba viviendo como nosotros lo habíamos hecho a largo de veinte años


Usted no es nada piadoso con sus personajes. Sus mujeres, a menudo son monstruos, reflejadas en un espejo que de forma, aunque sean siempre fascinantes.


Fellini: Mis mujeres son guapísimas. Yo cuento historias a través de imágenes, me expreso como puedo para que mi mensaje llegue a la gente. Mis mujeres, mis personajes son funcionales para mi expresión cinematográfica. En este aspecto se transforman en cuando logran cumplir esta función semántica.


Ha pasado tiempo desde 'La dolce vita'. ¿Por qué cree que no se ha permitido en España?


Fellini: No, no he vuelto a verla y quizá me daría tristeza volver a hacerlo. Las películas una vez terminadas, las termino para siempre. Es cierto que 'La dolce vita' tiene un significado especial. Aquí, probablemente, ha sido prohibida como un obsequio malentendido al Papa, con un sentido hipócritamente piadoso hacia la censura católica. La ataco ferozmente en la película y la España de Franco quiso hacer ese gesto.
Sinopsis: La ciudad de las mujeres (Le città delle donne) (1980) 
La película pone en escena el mundo onírico de Snáporaz (Marcello Mastroianni), casado con Helena (Anna Prucnal). Él es un galán maduro, de unos 50 años, que está en pleno declive resistiéndose a aceptar su decadencia como persona y como el hombre seductor. En pleno movimiento feminista cada vez más pujante, refleja el lento proceso de cambio hacia el camino de la igualdad en derechos. Un universo complejo en el que la mujer se mueve buscando una igualdad que la sociedad se resiste aceptar. Snáporaz reacciona con temor y confusión, su pequeño mundo construido en torno a la conquista de la mujer se desmorona, ya no es aceptado y va comprobando con disgusto que su actitud y sus aspiraciones de seducción ya carecen de sentido y se han convertido en una flagrante inutilidad.

Reconocimientos de la Academia de Holywood
A lo largo de su carrera, Federico Fellini fue nominado veinticuatro veces a los premios Óscar, y ganó ocho: cuatro a la mejor película extranjera (La strada en 1956, Las noches de Cabiria en 1957, Fellini 8 ½ en 1963 y Amarcord en 1974), tres al mejor diseño de vestuario (La dolce vita en 1961 y 8 ½ en 1963, con vestuario de Piero Gherardi, y Casanova en 1976, con vestuario de Danilo Donati) y un Óscar como reconocimiento a la totalidad de su carrera en 1993.
 
Sinopsis: La entrevista (Intervista) (1987)
Es un falso documental y metáfora cinematográfica de una trayectoria vital, el filme apela a la imaginación creativa que alienta en todos los seres humanos. La película plantea un sugerente juego a manera de collage en el que se revela que la vida sólo merece la pena ser vivida si se logra proyectar la magia del interior de cada uno. Protagonizada por Marcelo Mastroianni, Anita Ekberg, Sergio Rubini y el propio Federico Fellini, “La Entrevista” es un documento indispensable para los amantes de la obra del director de “La Dolce Vita” en particular y del cine europeo en general. La película recoge la “entrevista” que un equipo de televisión japonés realiza al cineasta mientras se celebra el 50 aniversario de los Estudios Cinecittà. 
Además de ser una extraordinaria lección sobre el lenguaje cinematográfico, es también una película que reflexiona sobre la relación particular que existe entre el cine y la memoria. Fellini muestra en este film toda su capacidad de expresión del lenguaje cinematográfico, del lenguaje de las imágenes filmadas y fotografiadas, pero insistiendo también sobre la radical diferencia que existe entre cine y televisión. 
Se podría decir que ''La Entrevista'' es una película narcisista: Fellini se pone en escena a sí mismo y es continuamente perseguido por un equipo de periodistas japoneses que quieren entrevistarle. Es una evocación de su juventud y su primera visita a Cinecittà en los años cuarenta cuando, en pleno fascismo, había ido como periodista a entrevistar a una famosa actriz. Las imágenes del pasado se mezclan con las del presente hasta que Fellini, siempre seguido por los japoneses, se encuentra a Marcello Mastroianni vestido de Mandrake que esta rodando un anuncio. 
Fellini nos muestra que la vida, la vida de todos, puede ser cine y que puede haber una forma cinematográfica espontánea, pero no exenta de peligro que tiende hacia una televisión sólo pasiva y receptiva. Fellini nos muestra que nuestra realidad es como una secuencia de imágenes y que existe la posibilidad de dejarnos transportar estúpidamente por la ilusión regresiva de la espontaneidad irreflexiva (la televisión basura), pero que también existe la posibilidad de hacer cine reflexionando para mostrar que nada es completamente verdadero o espontáneo, sino que siempre es ficción y que es necesario ser autocrítico para diferenciar la ficción de la realidad.

1993 Propuesta para investir a Fellini 
Doctor Honoris Causa Universidad de Bolonia

Esta carta -abreviada- ha sido escrita por Federico Fellini a Fabio Roversi Mónaco, Rector de la universidad de los Estudios de Bolonia, contestando a su propuesta de un Doctorado Honoris Causa. La carta lleva la fecha del 8 de febrero de 1993;  Federico Fellini tiene 73 años y, desgraciadamente, morirá el 31 de octubre del mismo año. 


Roma, 8 febrero 1993

Gentil Profesor Roversi,
He tenido conocimiento de su generosa intención de honrarme con una licenciatura del glorioso Ateneo de Bolonia.


Es una gran consideración, de atención a mi trabajo, que me honra aunque una vez más pongo en marcha un mecanismo psicológico de resistencia a los premios sobre el cual no sé aclarar, pero que desde siempre me empuja, incómodo y culpable, a renunciar a estos acontecimientos de fiesta.


No logro a alegrarme y a participar con el previsible entusiasmo en las concesiones de premios, méritos y condecoraciones referidas a mi persona:  en el momento mismo en que me son atribuidos es como si estuviera obligado a reconocerme, injustamente, en su autoridad y oficialidad. Y padeciéndolo me hundo en un traumático malestar, un estado de infelicidad de que por instinto rehuyo, me sustraigo y hago todo el posible para evitarlos en todas las ocasiones.
Permítame la confianza un poco atrevida, pero me siento como Pinocho condecorado por el Rector y por los 'Carabinieri' para ser un divertimento en el País de los Juguetes;  hay una especie de inversión de las reglas de juego que me deja desorientado y descontento.

Yo espero, querido Profesor, me perdonará esta sinceridad con la que suelo dirigirme a un amigo, por lo demás no puedo no considerarla, habiendo promovido esta prestigiosa iniciativa para honrarme. Ya en otra ocasión he sido obligado, por estos límites de mi carácter, a decepcionar a algunos amigos entusiastas que decidieron doctorarme en la Universidad de Urbino



Mi actitud no tiene porque disgustarle, gentil doctor Roversi;  porque su amabilidad consecuencia de su gesto ya ha ocurrido y, por tanto, yo ya soy su deudor, como lo soy del entero Consejo de Ateneo que con ella ha querido compartir el intento.
Federico Fellini


31 de octubre de 1993.
Muere el hombre que inventó Italia. Sin duda hay muchas Italia, pero la visión de la Italia moderna que ha cuajado es la felliniana. Con él desaparece toda una época y un estilo de hacer cine. En la Via Marguta, la calle romana de los pintores, donde vivía Federico Fellini, estaba más agitada aún que cualquier domingo. Del portal número 110 salían o entraban rostros conocidos y otros menos, estrechamente vigilados por numerosos fotógrafos e informadores. Giulietta Masina, la esposa del cineasta, había recibido allí, en el cuarto piso, cerca de la una de la tarde, la noticia de la muerte de su esposo. La supo a través de la televisión, como el resto de los italianos. Y casi inmediatamente comenzó el largo adiós que Roma dedicó a Federico Fellini.


Había sido cursada la petición para el traslado del cadáver del célebre director, nacido en Rímini hace 73 años, hasta el estudio de Cinecittá, donde rodó ''La entrevista'', en 1987. En este mismo espacio bajo un profundo cielo azul de decorado se instaló la capilla ardiente. Los funerales, serán de Estado. Los celebrará el cardenal Achille Silvestrini, amigo de la familia, en Santa Maria degli Angeli, la basílica construida sobre las ruinas de las termas de Diocleciano.


Asistieron las máximas autoridades del país y una constelación de estrellas del cine como para convertir el acto en un pandemonio. Después en los funerales los restos de Fellini fueron trasladados a su ciudad natal, Rímini, para ser enterrados en el panteón familiar.



Con la discreción de siempre, Fellini murió sin recuperar el sentido durante los 15 días exactos de su agonía, con la discreción y el gran estilo que le caracterizó siempre: justo a tiempo para evitar una nueva polémica de circunstancias sobre si se debía o no desenchufar a un enfermo que daba encefalograma plano desde el pasado jueves.


La muerte cerró el periodo de cotilleos e incursiones en la intimidad del artista y todo se convirtió en elogios funerarios, que fueron imponentes. Con sus cinco premios Oscar, la mayor cosecha de ellos jamás reunida por un realizador no norteamericano, Federico Fellini es probablemente, no ya el cineasta, sino el intelectual y la figura humana más conocida, querida y respetada internacionalmente de una Italia que atraviesa uno de uno de sus más graves baches históricos.


In memoriam

Fellini fue, ante todo, un cineasta honesto, que nunca buscó un cine acomodaticio al criterio comercial y siempre trató de transmitir su particular visión del mundo y de la vida, sin concesiones al gran público. Su fama como cineasta no fue acorde con sus ganancias, no se enriqueció con sus películas, y en la última etapa de su vida, ni siquiera pudo conseguir el dinero para realizar los films que se proponía. En sus últimos años tuvo que hacer films exclusivamente para la televisión, como ''Bloc notes di un registra'' junto con algunos ''spots'' de productos comerciales.


Sin duda se trata de un personaje de gran importancia del cine mundial y, quizás uno de los cinco directores más reconocidos del primer siglo del cine. Su extraordinario obra pasará a la historia junto a nombres que son leyenda: Charles Chaplin, Orson Welles, Alfred Hitchcock, Stanley Kubrik, etcétera. Pero ante todo el cine de Fellini es un cine que destila humanidad y, en cierta medida, Fellini era un filósofo que supo plasmar con sencillez el sentido de la vida.
Lluís Busom i Femenia



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las imágenes que he utilizado en cada escrito.




FILMOGRAFIA DE FEDERICO FELLINI


Luci del Varietà (1950) dirección: Federico Fellini, Alberto Lattuada
guión: F. Fellini, Alberto Lattuada, Tullio Pinelli,
con colaboración Ennio Flaiano
intérpretes: Carla Del Poggio,
Peppino De Filippo, Giulietta Masina, Folco Lulli

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El jeque blanco
(Lo sceicco bianco) (1952)
dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tullio Pinelli, colab. Ennio Flaiano
intérpretes: Alberto Sordi, Brunella Bovo,
Leopoldo Trieste, Giulietta Masina


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Los inútiles (I vitelloni) (1953) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Ennio Flaiano
intérpretes: Franco Interlenghi, Alberto Sordi,
Franco Fabrizi, Leopoldo Trieste



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Agenzia matrimoniale (1953) dirección: Federico Fellini
(episodio de "L'amore in città),
guión: F. Fellini, Tullio Pinelli
intérpretes: Antonio Cifariello e
interprétes no profesionales

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La strada (1954) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tullio Pinelli,
con la colaboración de Ennio Flaiano
intérpretes: Giulietta Masina, Anthony Quinn,
Richard Basehart, Aldo Silvani

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Almas sin conciencia (Il bidone) (1955) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Ennio Flaiano, Tullio Pinelli
intérpretes: Broderick Crawford, Richard Basehart,
Franco Fabrizi, Giulietta Masina
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Las noches de Cabiria
(Le notti di Cabiria) (1957) dirección: Federico Fellimi
guión: F. Fellini, Ennio Flaiano, Tullio Pinelli
intérpretes: Giulietta Masina, Francois Perier,
Franca Marzi, Dorian Gray
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La dolce vita (1960) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tullio Pinelli, Ennio Flaiano
intérpretes: Marcello Mastroianni, Anouk Aimee,
Yvonne Forneaux, Anita Ekberg
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Le tentazioni del Dottor Antonio (1962) dirección: Federico Fellini (episodio de "Boccaccio '70)
guión: F. Fellini, Tullio Pinelli, Ennio Flaiano
intérpretes: Peppino De Filippo, Anita Ekberg,
Antonio Acqua, Eleonora Nagy


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Fellini ocho y medio (8 1/2) (1963)
dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Ennio Flaiano,
Tullio Pinelli, Brunello Rondi
intérpretes: Marcello Mastroianni, Sandra Milo,
Claudia Cardinale, Anouk Aimee

 

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Giulietta de los espíritus
(Giulietta degli spiriti) (1965) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tullio Pinelli
con la colaboración de Ennio Flaiano
intérpretes: Giulietta Masina, Mario Pisu,
Sandra Milo, Valentina Cortese


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Toby Dammit (1968) dirección: Federico Fellini
(episodio de "Tre passi nel delirio)
guión: F. Fellini, Bernardino Zapponi
intérpretes: Terence Stamp, Salvo Rendone,
Antonia Pietrosi, Polidor
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Block notes di un regista
(Fellni: a director's book) (1969) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Bernardino Zapponi
intérpretes: F. Fellini, Giulietta Masina,
Marcello Mastroianni, Caterina Boratto

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Satiricón (Fellini - Satyricon) (1969) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Bernardino Zapponi
intérpretes: Martin Potter, Hiram Keller,
Max Born, Salvo Randone
oOo 



Los Clowns (I Clowns) (1970)
dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Bernardino Zapponi
intérpretes: Liana Orfei, Rinaldo Orfei,
Nando Orfei, Franco Migliorini
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Roma (1972) dirección: Federico Fellini
guión: F. Felllini, Bernardino Zapponi
intérpretes: Peter Gonzales, Fiona Florence,
Marne Maitland, Britta Barnes


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Amarcord (1973) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tonino Guerra
intérpretes principales: Bruno Zanin, Pupella Maggio,
Anrmando Brancia, Stefano Proietti


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Casanova
(Il Casanova di Federico Fellini) (1976) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Bernardino Zapponi
intérpretes: Donald Sutherland,
Tina Aumont, Cicely Browne, Carmen Scarpitta
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Ensayo de orquestra
(Prova d'orchestra) (1979) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, con la colaboración deBrunello Rondi
intérpretes: Baldwin Baas, Clara Colosimo,
Elisabeth Labi, Ronaldo Bonacchi
oOo 





La ciudad de las mujeres
(La città delle donne (1980) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Bernardino Zapponi
intérpretes: Marcello Matroianni, Anna Prucnal,
Bernice Stegers, Ettore Manni

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Y la nave va (E la nave va) (1983) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tonino Guerra
intérpretes principales: Freddie Jones, Barbara Jefford,
Victor Poletti, Peter Cellier
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Ginger y Fred (Ginger e Fred) (1985)
dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini, Tonino Guerra
intérpretes: Giulietta Masina, Marcello Matroianni,
Franco Fabrizi, Frederick Ledenburg
oOo 



La entrevista (Intervista) (1987) dirección: Federico Fellini
Guion Fellini
Intérpretes: F. Fellini, Sergio Rubini,
Paola Liguori, Maurizio Mein
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La voz de la luna (La voce della luna) (1989) dirección: Federico Fellini
guión: F. Fellini con la colaboración deTullio Pinelli
e Ermanno Cavazzoni
intérpretes: Paolo Villaggio, Roberto Benigni,
Nadia Ottaviani, Marisa Tomasi