martes, 22 de diciembre de 2015

NADIE ENCUENTRA LO QUE NO ESTÁ BUSCANDO



NADIE ENCUENTRA LO QUE NO ESTÁ BUSCANDO
—Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos—
Julio Cortázar

Nadie encuentra lo que no está buscando. Aunque nos parezca que el azar, la fortuna o la Divina Providencia son los que han determinado para que encontremos a la persona que tanto hemos deseado y, la encontramos, posiblemente creamos que ha sido la casualidad. ¡No es verdad! No es verdad que las cosas aparecen de pronto. Nada aparece porque sí, cuando sorpresivamente paseamos por el parque y la lluvia se detiene, vemos entre muchas una hermosísima hoja depositada en el suelo y, tu mano la recoge; después te preguntarás: ¿Habiendo tantas hojas que alfombra el suelo, por qué elegí esa y la convertí en única. Seguramente unas horas antes no estaba en tierra, pero hacía mucho tiempo que estaba allí, estaba un poco más arriba, agazapada, cobijada en su árbol, en el Ginkgo biloba, seguro que ella prefirió soltarse e ir al suelo para que tú la encontraras... es el destino. ¿O es el destino el cuál nosotros mismos condicionamos?. ¡Seguramente sí!

Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... es que los dos estaban buscándose. Por falta de compañía. Por insatisfacciones. Por carencias. Por necesidades que sólo las entendemos cuando nos damos cuenta de haber encontrado lo que buscábamos. O, simplemente, por ganas de revivir la vida, o de iniciar una aventura, respirando un nuevo aire a pulmón abierto y, hacerlo, como si fuera una ventana en que al abrirla vislumbráramos una nueva senda, un camino que tanto habíamos soñado andar por él. O, fue porque sí. ¿Por qué tenemos demostrarlo todo? Decididamente, no!

Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... siempre hay uno de los dos que transforma la primera palabra en puente. Hay canciones que hablan de eso! Por muy acompañados que estemos, en las decisiones importantes, estamos solos. Y esa primera palabra abre un torrente de palabras, palabras tan deseadas que al recibirlas —por ser tan deseadas— se convierten en caricias. Nadie encuentra lo que no está buscando. ¿Por qué crees que vos y yo nos encontramos? ¿Desde dónde venías acercándote? ¿Desde cuándo yo esperaba que llegaras? ¿Por qué yo? ¿Por qué vos? ¿Por qué nosotros?


¿Por qué crees que no te desviaste, con otro rumbo. ¿Por qué no fuiste en el blog de otro? ¿Por qué viniste al mío y escribiste unas palabras sencillas de corrección a un nombre equivocado que había escrito?. ¿El azar? ¡Estoy convencido que no! Ese comentario fue, es y seguirá siendo el puente más grande y consistente que hay en el mundo; un puente construido con palabras, con el respeto y el afecto de unas primeras palabras escritas a un desconocido. Sólo intuiste que por las historias que escribía, era un hombre que, escribiendo traslucía afecto, en mis sueños escritos, amaba. Oh maravillosa coincidencia, mundos que de pronto se acercaban con el calor y la necesidad del afecto.

Desde la lejanía más absoluta, desde la Patagonia chilena en un viaje que realizabas recibí tu mensaje, no hubieron océanos, ni montañas, ni lejanías que nos separaran. Ni tu continuo viajar por el desierto patagónico, lo impidieron. Posiblemente te esperaba, no sabía quién eras pero sabía que me buscabas. ¡Necesidad obliga! Siempre me cautivó el otro lado del océano, siempre admiré la maravilla de sus lagos, siempre soñé en la brisa suave de sus playas, de las olas que batían tu piel, en el sol que bañaba tu cuerpo y que daba a tu tez el color del infinito deseo...

¿Te detuviste tú, o fui yo quién lo hizo? No lo sé, pero por qué pensaste que uno de los dos se detuvo. ¡Nos detuvimos los dos! Nos detuvimos para que pudiéramos alcanzarnos y extender las dos ramas de nuestros brazos para fundirnos en el abrazo total, por qué ocurrió así y no de otra manera... ¿Por qué? Porque los dos estábamos buscándonos. Desde ese instante un hilo invisible nos unió, un hilo que nadie puede cortar, un hilo indestructible que ninguno de los dos pudo ya soltar. Finalmente, unos números, un código abrió nuestro etéreo Paraíso, en él, nuestras palabras adquirieron la dimensión esperada, los sentimientos se entremezclaron como un torrente, las risas y los lloros se complementaron, la dicha inundó nuestros espíritus. Nos hizo volar en lo más hondo, en lo más alto, nos arrancó gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque fueron de jubiloso dolor siempre, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer —aunque sea en el Paraíso— es una alegría que duele. La petite mort le llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos hace nacer.
© Lluís Busom i Femenia




viernes, 18 de diciembre de 2015

ODA AL GINKGO BILOBA | A los amantes Goethe & Marianne

Este escrito, esta Oda al Ginkgo biloba y a los amantes Goethe & Marianne, fue una idea compartida con Josefina Basualdo, el amor de mi vida, que quisimos dedicar al poeta, botánico y filósofo Johann Wolfgang von Goethe y a su amante Marianne von Willemer centrándonos en el espíritu de su bello poema Ginkgo biloba, escrito en 1815.

Ahora, también, me sirve como homenaje póstumo a ella, a Josefina Basualdo, a su espíritu innovador, buscadora incansable de la belleza en todas las cosas de la vida, a veces incluso, encontrando la armonía y la perfección en las cosas más insignificantes, como fue esa hoja del árbol ginkgo biloba que ella amaba. Descansa en paz amiga Josefina. Un beso.


Oda al Ginkgo biloba | A los amantes Goethe y Marianne
Hace unos 280 millones de años, antes del periodo Triásico aparecieron los árboles Ginkgoaceae que alcanzaron su apogeo en el período Jurásico. Una familia de árboles extinguida con un único representante sobreviviente en la actualidad, el género Ginkgo con la especie Ginkgo biloba. Árbol dioico, el cual tiene sólo flores unisexuales; existiendo árbol femenino y masculino.

Millones de años después, ahora, podemos disfrutar de la frondosidad de nuestro árbol, el Ginkgo biloba que, al igual que el árbol plantado en el jardín botánico de Leiden, nuestro Ginkgo se trata de un árbol varón con un injerto de Ginkgo hembra y, al caminar, lo hacemos en un corto paseo matinal por el parque; paseo que se engalana con un perfume penetrante, fragancia a tierra mojada que tras la lluvia estival todo luce más fresco, más nítido, más brillante, como lucen las hojas verdes de nuestro árbol, ese árbol es el rey del lugar, el Ginkgo biloba.

Nos agrada sentarnos en el banco bajo su incipiente sombra mañanera que, majestuosamente nos ofrece serenidad, frescura y protección. Banco acogedor que a similitud del “Diván de Oriente y de Occidente” —poema escrito por Goethe— ocurre, al igual que en su poema, en esta Oda al Ginkgo biloba hay pedazos escritos por una mujer que, en principio, no se dieron a la luz. Es un tiempo de descanso que nos invita a reflexionar acerca de la preciosa vida de este singular árbol símbolo de la esperanza y de lo imposible.

Sus hojas son una unidad, divididas en dos, son el uno y el doble, son como alas de pájaro, alas de mariposa, manos entrelazadas de enamorados y conforman la perfecta simetría, asociándose, por tanto, a una relación de igual a igual. El poema de Goethe, al igual que nuestras palabras, simbolizan la unidad en la dualidad, el Este y el Oeste. Que, como dos amantes, se combinan, se entrelazan y conviven y, sin embargo, cada uno conserva su identidad. Y aquí radica la esencia de su profundo significado: Árbol milenario tan antiguo como el mismo amor. Cobijo de amantes: —Goethe y Marianne—, dueño de pasiones secretas, de los más opuestos rincones del mundo. Árbol sobreviviente a la masacre de Hiroshima, árbol que renace en dos mundos como el Ave Fénix.
© Lluís Busom i Femenia

Gingo biloba
Las hojas de este árbol, que del Oriente
a mi jardín ha venido, lo adorna ahora,
tienen un arcano sentido que al sabio
de reflexión le brindan materia obvia.

¿Será este árbol extraño algún ser vivo
que un día en dos mitades se dividiera?
¿O dos seres que tanto se comprendieron
que decidieron fundirse en uno solo?

La clave de este enigma tan inquietante
le encontré el verdadero sentido:
¿No adivinas tú misma por mis canciones,
que soy uno y doble como este árbol?

Manuscrito original del poema “Ginkgo biloba”.
Publicado en la obra de Goethe 'West-östlichen Divan'





miércoles, 14 de octubre de 2015

LLUÍS COMPANYS | La huida a Francia


Cuando en el día de hoy, 15 de octubre del 2015, se cumple el 75 aniversario de la muerte —del asesinato por el gobierno franquista— del President de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys i Jover, es oportuno comentar algo —que es poco conocido— y que, posiblemente fue la principal causa por la que la policía española, ayudado por la Gestapo y, en una persecución implacable consiguiera después de infructuosas búsquedas, capturar al President de la Generalitat.

Las órdenes de su detención partieron del Ministro de la Gobernación del General Franco, Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco pidiendo a las fuerzas de ocupación nazi en Francia, la entrega de refugiados españoles que habían ejercido cargos democráticos en la República española. Todo ocurrió en la Francia ocupada militarmente por las tropas nazis después de la invasión ordenada por Hitler.

Me refiero exclusivamente a la odisea que tuvo que vivir el President Companys en su huida a Francia. Tras la ocupación de Cataluña por las tropas franquistas, el 5 de febrero de 1939 el President de la Generalitat, Lluís Companys i Jover se exilió primero a Perpiñán (Francia), trasladándose después a París para trabajar en la representación en el exilio de la Generalitat (Consell Nacional de Catalunya) acompañado de su esposa Carme Ballester y de su hijo —de su primer matrimonio—, Lluís Companys i Micó (Lluïset) (1911-1956) el cual, padecía una grave enfermedad mental. En 1933 cuando su hijo tenía 22 años y aún se encontraba estudiando sufrió un brote de hebefrenia catotónica, un tipo grave de esquizofrenia que empeoraba progresivamente. Fue sin duda en estos momentos aciagos de la huida, el que su hijo era una carga difícil con la que moverse escondiéndose de sus perseguidores en un país extranjero, pero que su padre asumía con todo el cariño con el que siempre le protegió; ese hijo discapacitado —Lluïset— fue siempre una fuerte preocupación para el padre.

A la entrada de las tropas nazis en Francia junio 1940 y, después de varios días de bombardeo de los nazis sobre París, la ambulancia que transportaba al hijo de Lluís Companys, —el Lluïset— fue inutilizada por completo y el hijo de Companys, como todos los demás acompañantes, huyeron despavoridos. El hijo de Companys, un hombre/niño de 29 años que no se valía por sí mismo, huyó atemorizado por la carretera en dirección sur, —sin la ayuda de nadie— andando completamente perdido en un país extranjero y solo. Nunca el padre encontró a su hijo, la búsqueda fue constante e infructuosa.

Fue por la pérdida de su hijo que Lluís Companys permaneció en Francia sabiendo el riesgo que corría —sabiendo que la Gestapo y la policía franquista— le buscaban para capturarlo. El intento de recuperar a su hijo fue, con toda probabilidad, el que no salvara su vida, ya que nunca quiso abandonar Francia sin su hijo. 

Tras la muerte de su padre fusilado en Consejo de Guerra franquista, Lluïset Companys pudo ser localizado por Carme Ballester, segunda mujer del President de la Generalitat, que se responsabilizó de él hasta su muerte en París, el año 1956.  

Por aquel entonces estaban  escondidos en una casa de dos plantas, de estilo bretón, en La Baule-les-Pins, un pueblecito de pescadores, hoy en día forma un sólo ayuntamiento La Baule-Escoublanc. Una población bañada por el Atlántico muy cerca de Saint-Nazaire.

El comisario de policía español, Urraca Pastor encargado por el gobierno franquista de la captura del President Companys había estado merodeando por La Baule-les-Pins muy poco antes de que la Gestapo detuviera al President Companys. Urraca Pastor y su equipo policial habían seguido todos sus pasos: primeramente estuvieron en su domicilio en Neuilly, en el Boulevard de la Seine, núm. 1. Después en las oficinas del Gobierno de la Generalitat, en la calle De la Pépinière, núm 21. También en la imprenta Solsona, donde se editaba “La Revista de Catalunya” en la calle Halle, también en la Fundación Ramon Llull. Más tarde el comisario Urraca Pastor y sus inspectores de policía juntamente con la Gestapo, registraron también otros domicilios del President, en Saint-Germain-en-Lave, en la calle Decamps, núm 45. Pero no lo encontraron en ninguno de esos domicilios, interrogaron a todo el vecindario para saber el paradero de Companys; nunca fue denunciado por ninguno de sus vecinos o por la gente que estuvo a su alrededor que compartía el secreto. Por tanto, Companys fue denunciado a la Gestapo, con toda seguridad por alguien que estaba fuera de París...

El día 12 de agosto de 1940, el matrimonio Companys, Lluís y Carme se dedicaron a quemar documentos, todos los documentos. Es conveniente recordar que todo eso ocurría en la Francia medio ocupada (la mitad noroeste)  por las fuerzas de Hitler, en la que por una razón u otra, la Gestapo podía presentarse en el domicilio de cualquiera violentándolo. La Gestapo no pudo encontrar ni un sólo documento en su casa, tampoco el día 13 de agosto, día de su detención, ni en los otros domicilios que registraron. Una vez detenido lo llevaron al Palacio Montagout, cuartel general de la Gestapo (“Hauptguartier”) en La-Baule-les-Pins, hoy “Villa Carolina”, fue en el jardín de Villa Carolina donde Companys y Carmen Ballester, su esposa, sin tener noticias de Lluïset, se vieron por última vez.

Companys fue extraditado el día 29 de agosto, la entrega del detenido se efectuó en la frontera de Irún. Como había sido juzgado en rebeldía en aplicación retroactiva de la Ley de Responsabilidades Políticas por un tribunal especial de Barcelona, sólo tuvo que ser juzgado y sentenciado en una jornada en consejo de guerra por un tribunal militar. El 15 de octubre de 1940 el President de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys i Jover, condenado en juicio sumarísimo por un tribunal militar del gobierno franquista, fue fusilado en Montjuïc. Su cuerpo sin vida encima de la tierra, constituye para Cataluña un símbolo de injusticia.
© Lluís Busom i Femenia



Texto sentencia condenatoria
Después de 75 años seguimos igual con la justicia del Estado español, al no haber hecho nada para reparar la injusticia que se está haciendo con él al no haber anulado el juicio sumarísimo franquista que lo condenó a muerte, fusilándolo en el Castillo de Montjuïc el 15 de octubre de 1940.




martes, 25 de agosto de 2015

EVA & ADÁN | Un día en el Paraíso




Eva & Adán, un día en el Paraíso.
[Versión libre de la obra de Mark Twain, The Diaries of Adam and Eve (1893)]

Adán está sorprendido y enojado, de pronto otro ser ha aparecido en el Jardín del Edén y, no para de hablar, de decirme palabras que no conozco. No es exactamente como yo —ella me dice que es mujer— cuerpo atractivo, de piel muy fina y tiene un andar sinuoso. Me señala con el dedo y me dice, —eso se llama piedra!—  Francamente no sé por dónde ha venido esta criatura nueva de pelo largo, no me gusta es muy entrometida. En esta tierra prometida es —era dice ella— sólo para mí. Yo la cultivo y la tierra me ofrece los frutos para mi subsistencia. Siempre está siguiéndome a todas partes. No me gusta esto; no estoy acostumbrado a la compañía.

Adán, en el Jardín del Edén, es un trabajador nato, mientras cultiva la viña piensa que esa nueva criatura —ella dice que se llama Eva— está siempre en las nubes, porque empieza a darle nombre a las cosas sin importancia que, sin duda, no pueden hacer que la “viña” sea más próspera, ya que la viña —su viña de Chardonnay, uva del paraíso— es la obsesión de Adán.

Esta mañana estuve investigando la gran caída de agua. La nueva Criatura (Eva) la llama Cataratas del Niágara: el porqué no estoy seguro de saberlo. Dice que parecen la Cataratas del Niágara. ¡Ojalá no hablase; está siempre hablando!

—Yo le digo: esa no es una razón. ¡Es mero capricho!

Por eso no entiendo que Eva ponga nombre al musgo, a la nieve, a las olas, al mar, las flores, los árboles y a los pájaros y, a cuatro letras juntas, les llama poemas... son cosas que a mí no me preocupan, me pasan desapercibidas. Ella a tres o cuatro cosas rotas, les llama museo antropológico... no se cansa, es una máquina de valorar cosas, cosas que yo no había clasificado nunca, lo cual me irrita un poco.

La nueva criatura le pone nombre a todo lo que le aparece a sus ojos, antes de darme tiempo siquiera a protestar. Y siempre con el mismo pretexto —a eso le llamaré tal cosa—, eso es el fruto de la vid —la llamaré uva— y eso que cuelga de este árbol es el fruto del conocimiento, —le llamaré manzana y a esa que está enroscada en su tronco la llamaré: serpiente— y aquellos árboles —les llamaré peral, melocotonero y cerezo— para esta mañana he terminado, me voy a merendar. La nueva criatura (Eva) come demasiada fruta. Lo más probable es que se nos acabe. “Nos” otra vez: esa es la palabra que Ella suele usar.


Esta tarde ha juntado sus labios con los míos —dice que eso se llama beso, Smot— y que Smot equivale cariñosamente a llamarnos amor! Ha repetido y me ha dado un montón de besos con el cuerpo apretado y me dice que la serpiente le aconseja probar la fruta de aquel árbol llamado manzano y dice que la consecuencia será una enseñanza grandiosa. Yo tengo un fatal presentimiento y le aconsejé mantenerse lejos del árbol. Dijo que no lo haría. Preveo problemas...

Dice, con aparente sinceridad, que la Serpiente le aseguró que la fruta prohibida no eran las manzanas, sino las castañas. Entonces dije que yo era inocente, porque no había comido ninguna castaña. ¿O sí? Ya no me acuerdo! Creo que ella se ha agigantado como compañera. Me doy cuenta de que me sentiría solo y deprimido sin ella.

La fuerza de convicción de Eva es poderosa. Eva se suelta el pelo y aparece una hermosa cabellera muy sexi. Adán le sorprende el cambio de Eva con la cabellera sobre sus hombros y acaba aceptando, con gusto, la presencia de Eva, y ambos deciden comerse un buen frutero de uvas, ciruelas y una manzana. Adán la ama un jueves por la noche, porqué Eva ha dicho que ese día de amor, —se llama Jueves, del Deus Iuppiter—; fruto de este amor, aparece Caín, pero, al no tener ni idea del embarazo y el parto, la pareja no sabe que éste es su hijo, por lo cual Adán deduce que es un pez. —¡Un mero dice Eva!— Sin embargo Eva le toma cariño. Eva es mucho más sensible que Adán. Ella piensa que las cosas no son importantes aunque no tengan un uso.

Eva, oyendo refunfuñar a Adán, le dice:

—Yo le pongo nombre a lo que me sale de las pelotas, me bastan que sean hermosas para que sean tan importantes como ellas mismas. Y, ahora, para que no se me olviden los nombres que designo a las cosas, las anotaré en mi agenda azul cielo. Como te dije antes y consecuencia de nuestras maravillosas noches de amor, del afecto que ha nacido entre nosotros, los dos en la intimidad nos llamaremos Smot, me gusta, tiene enjundia! También la anotaré en mi libro.

Eva es incorregiblemente decidida y se pasa el día mirando las estrellas, la luna, jugueteando con animales y dándole nombre a las cosas, lo cual, irrita mucho a Adán, pero después de tanto insistir con sus ideas dando valor a las cosas por su nombre y, gracias a la hermosura del cuerpo que adorna a Eva como hembra...  vuelve sensible a Adán como la mantequilla —así lo acaba de nombrar Eva—, se vuelven a amar más Jueves, cosa que sin saber por qué, les ha unido mucho más que las estrellas...

—Al principio, creía que tú, Eva hablabas demasiado; pero ahora me entristecería que tu voz se silenciara y desapareciese de mi vida. ¡Smot, bendita sea la castaña que nos unió y me enseñó a conocer la bondad de tu corazón y la dulzura de tu espíritu! Cuando pienso en todo lo que ha sucedido en el día de hoy, —en tan sólo 24 horas— el Jardín se ha desvanecido, ahora me parece un sueño. Era hermoso, de una hermosura insuperable; y ahora se ha perdido y no lo veré nunca más. He perdido el Jardín, pero te he encontrado a ti, Eva, hemos encontrado el Paraíso y estoy contento. Sé que tú, Eva me amas muchísimo; yo te amo con toda la fuerza de mi naturaleza apasionada y esto, creo, es lo propio de mi edad y de mi sexo. Si me pregunto por qué te amo, Smot, me doy cuenta de que no lo sé, y realmente no me importa demasiado saberlo. Me doy cuenta que donde quieras que te encuentres, allí, contigo está el Paraíso.

—¡Tal cual, Smot querido, eres mi amigo, mi amante, mi compañero y mi confidente —a eso lo llamaré fidelidad— porque en conciencia quiero ser tu mujer, tu Josefina, para que mis ojos y mi ser se llenen de vida con tu eterna compañía.

La adaptación que he realizado de la obra de Mark Twain es un pequeño homenaje a Josefina, la mujer que me acompañó y compartimos el último Paraíso vivido. Este escrito dedicado a ella, fue leído y aprobado por Josefina con algún aporte efectuado por ella misma y que, como siempre, supo redondear, corregir y mejorar el escrito. Aporte realizado pocas semanas antes de morir y que, ahora, quedarán para siempre escritas en recuerdo de un gran amor.
© Lluís Busom i Femenia 

Se han utilizado obras de Fernando Botero para ilustrar este relato.

[Versión libre de la obra de Mark Twain, The Diaries of Adam and Eve (1893), interpretación de Lluís Busom Femenia]  

domingo, 8 de febrero de 2015

IL BALLO DEL DOGE | Carnaval de Venecia



Il Ballo del Doge
Carnaval de Venecia
Esta noche nos adentramos en el más glamuroso de los carnavales, el Carnaval de Venecia. Un evento preparado con todo cuidado; todos los detalles que se exigen para poder ser protagonista en Il Ballo del Doge, los hemos cumplido. Concurrir en este baile hay una infinidad de exigencias que se tienen que atender para poder ser admitido. Este año se celebra, dentro del carnaval de Venecia, la XXII edición de Il Ballo del Doge, el baile de máscaras más famoso del mundo, una noche excepcional con espectáculos del más alto nivel. Es el sueño veneciano, el evento considerado el más exclusivo del Carnaval de Venecia realizado en los espléndidos salones del Palazzo Pisani Moretta.

La palabra Doge viene de antiguo y significa  El Dux (del latín dux, líder) o Dogo, adaptación del veneciano Doxe y, este a su vez, del latín Dux. El Dux era el más alto cargo oficial de la República de Venecia, vigente durante más de mil años, entre los siglos VIII y el siglo XVIII.



Para participar en Il Ballo del Doge hay varias categorías y, por tanto, precios y posibilidades (de 800 a 3.400 Euros) para poder acceder al baile atendiendo las exigencias de la dirección. Únicamente voy a referirme a los tickets más exclusivos. Dentro de los VIP hay tres categorías que dan acceso a primera hora del programa (20:30) la más cara es: Entrada VIP Súper + vestuario “Over the Top” 3.400 Euros. Hay seis categorías más con horarios postergados, con trajes inferiores y, por tanto, con accesos restringidos.

Además hay servicios complementarios que añaden confort y brillantez a la cita y que son: Maquillaje y peinado. Suministro de vestuario para el hotel. Traje de recogida en el hotel. Entrega de vestuario y recogida. Nombramiento de fotos. Traslado en taxi acuático privado.


En los tres pisos del Palazzo Pisani Moretta serán evocadas emociones, seducciones y sugestiones que se vivirán hasta las cuatro de la mañana. Il Ballo del Doge de este año tiene como lema Cupido in Wonderland (Cupido en el País de las Maravillas). Este año el evento coincide con el Día de los Enamorados, San Valentín, una fecha propicia para adentrarse en el juego, o juegos del amor, en que nuestros sentidos se convierten en protagonistas de una noche mágica. Todo en una atmósfera envolvente que predispone a dejarse llevar por la fantasía de una noche mágica, noche de seducción festiva, festiva y transgresora. Un escenario de fiesta donde la arcana intimidad está asegurada.


Los huéspedes serán acogidos por una escenografía espectacular rica en referencias: espectáculos suntuosos, con monumentales y surrealistas vestidos ideados por la modista veneciana y realizados en el laboratorio de sastrería del genio creativo de Antonia Sautter. 


Las espectaculares escenografías de sus artistas, envuelven a la concurrencia en un mundo de ilusión que por unas horas lo convierte en realidad, un espectáculo envolvente de emoción colectiva en la que convergen el arte, la cultura, la plasticidad y la creatividad más genial!


Penetramos en este universo desconocido, nuestros sentidos se agudizan, la iluminación es cuidadosamente discreta, la atmosfera es envolvente, el  murmullo de voces y cuchicheos se hacen intensos, una música suave envuelve sonidos y palabras se confunden con el ruido de lo brindis y el roce constante de los vestidos de época forma parte de ese murmullo especial del baile.


Transitamos por uno de los espaciosos salones en los que están dispuestos bufetes con viandas, canapés y pequeñas delicatessen primorosamente expuestas, aperitivos amablemente servidos atendido por camareros perfectamente vestidos de época. Il Ballo del Doge, es el baile más suntuoso del mundo. El esplendor de Venecia no puede ser de ninguna manera despreciado como un mero truco de las apariencias, escribió el biógrafo de la ciudad-Estado John Julius Norwich. Pero como ninguna otra gran belleza, es agudamente consciente del impacto que causa en los demás. Una pequeñez dentro de la grandiosidad del ambiente mundano que no concuerda con el hábito dieciochesco.



Poco a poco los ambientes se confunden, público y artistas se ven envueltos por las máquinas de vapor las cuales convierten los salones y el escenario en un espectáculo glamuroso; la niebla vaporizada se mezcla con todos. Los focos de colores, la niebla vaporizada contribuyen a formar un espectáculo total, todos forman parte del espectáculo. La música contribuye también a generar un ambiente irreal donde las luces, la niebla, las sombras y los espejos distorsionan la realidad.



 Il Ballo del Doge no es solamente un baile. Es un evento, una experiencia única, una emoción creciente, un sueño soñado. Es la fiesta de carnaval más exclusiva, glamurosa y mundana. Es la fiesta reina por excelencia del Carnaval de Venecia, una noche única en una ciudad única al mundo. Il Balo del Doge es considerado el más exclusivo baile en trajes de época del mundo. Un mundo de fantasía creado por Antonia Sautter, diseñadora estilista y sastre de vestidos de época; fundadora y directora artístico del evento, alma de esta exultación de lujo y elegancia.


Il Ballo del Doge es, en efecto, el acontecimiento veneciano, mágico y elegante, de participar en una etérea dimensión dieciochesca en las que la Serenísma República de Venecia alcanzaba su apogeo lúdico y que es representada gracias a los trajes, a la escenografía y a los decorados artísticos creados y presentados por Antonia Sautter que, como la define en el Sunday Times, “inventa máquinas escénicas con los engranajes más fastuosos y espectaculares”.


© Lluís Busom i Femenia