jueves, 19 de mayo de 2011

ORIANA FALLACI «Me enamoré de las palabras»




Este escrito está dedicado básicamente a Oriana Fallaci y a una época en que era un lector voraz de sus crónicas. Quiero iniciar este escrito con una de sus frases de juventud cuando empezaba a escribir y que, en cierta medida, sirve para dar sentido a mis palabras:

«La primera vez que me senté detrás de una máquina de escribir me enamoré de las palabras, que brotaban como gotas, una a una, y se quedaban sobre la hoja... Cada gota se convertía en algo que, si hubiera pronunciado, se habría ido volando, pero sobre las páginas esas palabras se volvían tangibles»

Hace muchos años tuve que realizar por trabajo un par de viajes a Italia, en realidad eran mis primeros viajes profesionales. Llegué a la ciudad de Milán, de eso hace tanto tiempo que el Metropolitano de Milán no existía, le faltaba muy poco para entrar en funcionamiento, es decir, la compañía de transportes ATM (Azienda Transporti Milanesi) tenía la línea M1 casi totalmente construida pero aún no había sido inaugurada.

En España estábamos sufriendo la dictadura de Franco, la falta de libertades era total. En Cataluña como en Euskadi eran dos naciones dentro de la España unificadora que padecíamos con todo rigor la falta de libertades. Se había prohibido la enseñanza de nuestra lengua y a cualquier medio de difusión que no fuera en lengua castellana. Todo lo que pudiera respirar a independentismo o separatismo, era severamente castigado. Por aquella época, paradójicamente en España nacía el eslogan «Spain is different», promocionado por el Ministro franquista Fraga Iribarne. La imagen de una España de paella, toros, flamenco, guitarra y sol eran los temas de la España unificadora que se ofrecía al mundo exterior.

Llegado a Milán y terminada la jornada de trabajo por el que me había desplazado, pasé las horas que tenía libres buscando las películas que no había podido ver en España. El cine italiano era todo un referente para mí, un cine considerado mitológico, me refiero a películas de Fellini, «La dolce vita», «Boccaccio 70»«Otto e mezzo» y las primeras películas de Pasolini así como algunas españolas prohibidas en España, como Viridiana de Buñuel.

En aquella época el cine italiano tenía la fuerza de ser otro cine, un cine emergente, un cine real, cercano y cotidiano. Éste cine constituyó para mí una ventana cautivadora y de gran influencia sobre todo el cine de Federico Fellini

Su cine fue el que más me impactó, tanto por su narrativa, como por los temas tan personales que filmaba. También por saber contar historias maravillosas, saber mostrarnos su hastío por el fascismo que oscureció su infancia y que supo mostrar en la mayoría de sus películas. Un universo felliniano, descriptivo y costumbrista representaba en la pantalla todo aquello que vio y le fascinó, sus sueños y sus pesadillas, un Fellini insuperable por su capacidad de saber expresar en imágenes un mundo sensible y lleno de humanidad. Italia fue un constante descubrimiento de un país que nos llevaba muchos años de ventaja.


Pocos meses después hice el segundo viaje y me encontré a Milán en plena campaña política para las elecciones generales. Me impresionó ver la libertad política de un país en comparación con el nuestro. Comprobarlo por mí mismo no era lo mismo que leerlo, pasear por las calles de Milán y verlas llenas de propaganda política, un océano de ideas en libertad con eslogans y propaganda que cubrían todas las calles. Los mítines en plena calle, los coches con altavoces anunciando sus campañas de partido, la hoz y el martillo del partido comunista, algo impensable en España, me dio una visión real de algo que sólo conocía en la teoría de los libros y del cine.

De estas circunstancias nació mi admiración por su cultura italiana y por la libertad que los italianos gozaban y que en nuestro país no disfrutábamos por la mordaza de la dictadura. Con toda seguridad estos motivos y, por alguno más de tipo familiar que no viene al caso me hizo tomar la decisión de aprender el italiano. Contraté un profesor particular y por consejo del profesor acompañé las clases con lectura de periódicos y revistas italianas. Me suscribí a la revista política «L'Europeo» Allí descubrí la cultura y a la difícil situación política italiana de aquellos años. Eran «Gli anni di piombo» (los años de plomo).


Como consecuencia de la creciente subida en las elecciones parlamentarias de junio del '76 del Partido Comunista Italiano (PCI) alcanzando el 34 % de los votos y ante el temor de que pudiera llegar a gobernar se produjeron una serie de ofensivas para desestabilizar el país y contrarrestar el poder de la izquierda. Todo estaba encaminado para que, al tiempo que se combatía el PCI, se creaba la ''estrategia de la tensión'' intentando facilitar a un supuesto y eventual régimen neofascista para hacer frente al emergente PCI.

Se creó una red clandestina ''Operación Gladio'', conocida simplemente por GLADIO que operó en Italia vinculada a los Servicios Secretos de la OTAN y auspiciada con recursos económicos e inteligencia por la CIA. Y cuyo lema en latín era ''Silendo libertatem servo'', el cual significa "En silencio, preservo la libertad".

Se pretendía simple y llanamente que el Partido Comunista Italiano no llegara al Gobierno. Los ''años de plomo'' hubo atentados muy difíciles de de entender y saber la autoría. Fue un magma de organizaciones complicadas que van desde los soldados clandestinos de GLADIO, los servicios secretos militares, servicios de inteligencia y organizaciones fascistas. El resultado una serie de atentados terroristas que trajeron 500 muertos y más de mil heridos y mutilados. (Atentados terroristas: 1969 Piazza Fontana. 1974 Piazza Loggia en Brescia. 1974 Tren Italicus, de Roma a Munich. 1980 Estación de Bologna). Todo ese magma aún más complicado con la quiebra del Banco Ambrosiano


Roberto Calvi ''el banquero de Dios'', presidente del Banco Vaticano, asesinado encontrado ahorcado en el ''Ponte dei Frati Neri'' sobre el Támesis... La logia masónica P2, el dirigente de la GLADIO, el fascista y Gran Maestre de la Logia Masónica, Lucio Gelli y, en 1981 reveló varios nombres como parte de un voluminoso listado que evidenció la implicación en la logia P2 de numerosos militares, funcionarios del gobierno, industriales y políticos italianos y extranjeros, entre ellos Silvio Berlusconi y Víctor Manuel de Saboya. Pero por sobre todas las cosas descubrí, a través del magazine L'Europeo a Oriana Fallaci y, sus admirables crónicas de corresponsal por todo el mundo.




Oriana Fallaci periodista y escritora, corresponsal de guerra, sobre todo en Medio Oriente y Vietnam, entrevistó en los años 60 y 70 a los personajes más importantes del mundo, entre ellos Yasser Arafat, Golda Meir, Indira Gandhi, Henry Kissinger, Mao Tse Tung, Robert Kennedy. Cuando era corresponsal de guerra en el Vietnam. Recuerdo un artículo en que en las primeras palabras sentenciaba:
«Quando morirò andrò in Paradiso perché su questa terra ho vissuto all’Inferno. Vietnam, 1967».
«Cuando muera iré al Paraíso porque sobre esta tierra ya he vivido en el infierno»

O describiendo, un año después, en la vigilia de los Juegos Olímpicos de México cuando fue herida de una ráfaga de ametralladora en Ciudad de México, en concreto en la Plaza de las Tres Culturas, en la que murieron centenares de jóvenes. Oriana se la creyó muerta y llevada al velatorio pero un cura se dio cuenta que aún estaba viva. Su crónica la dictó en una cinta magnetofónica ya que no podía hacerlo en su máquina de escribir, unas cintas en las que se recogen los lamentos por sus heridas durante su estancia en el hospital. La revuelta estudiantil fue aplastada por el ejército mexicano y... por unos misteriosos hombres con guantes blancos que, aún hoy después de más de 40 años, nunca fueron identificados.


Crónica a crónica mi admiración crecía, estaba totalmente cautivado por esa mujer. Poco a poco Oriana se convirtió para mí en un gigante intelectual, la mujer que escribía como un ángel, que entregaba el corazón en todos sus actos de su vida. Ponía pasión en cada acto de su vida y esa pasión se traslucía en sus escritos.

De la misma forma que ella, yo también me enamoré de las palabras, de las palabras que surgían de su máquina de escribir. Sus palabras fueron calando como lluvia fina e imperceptible en mi alma, mi admiración creció sin cesar, su figura se fue agigantando hasta que me di cuenta de que me estaba enamorando de sus palabras, de su arrojo personal y de cómo sorbía los instantes de su vida. Llenaba sus crónicas expresando y compartiendo sus vivencias que llegaba directamente a mi ser.  Su carácter duro e inflexible se convertía, paradójicamente y en ocasiones, en un ser rebosante de ternura, en sus crónicas daba su corazón, en cada entrevista era adentrarme en un mundo nuevo, en cada artículo crecía mi admiración que rayaba en lo sublime. Me compré alguno de sus libros, me gustaban, pero nada superaba sus crónicas, sus palabras me sonaban musicales, etéreas y hasta más cercanas.

Soñé con esa mujer como sueña con un mito, con ella descubría demasiadas cosas para que no me cautivaran, una nueva lengua que me abría un escenario con una amplitud desconocida. Quería ser protegido por esa mujer exigente y tierna. Comencé a escribir, en un italiano escolar, un diario íntimo y secreto confesándole mi admiración y un afecto que se agigantaba día a día. Sus anhelos y sus deseos personales, los hice míos.  

Escribía en mi diario las primeras frases de amor, apasionadas frases de amor, buscando palabras en el «Zanichelli» que expresasen lo que yo no sabía decir. Pensamientos reflexivos escritos con un cariño desconocido, palabras escritas que me acercaban tanto a ella que era como si compartiéramos un secreto. Yo repetía sus frases de alguna entrevista como si me pertenecieran. Recuerdo cuando en un viaje ella estuvo a punto de perder las cintas magnetofónicas en las que gravaba las entrevistas, entre ellas se encontraban las de Golda Meier y, Oriana se expresaba así:
«Creí haber perdido mis cintas, mis preciadas cintas... forman parte de mí!»
Amaba a todo lo suyo, con apasionamiento! Después entró en la vida de Oriana, el poeta y héroe de la resistencia griega Alexandros (Alekos) Panagoulis su gran amor, entró arrollándolo todo, pero nunca lo consideré un adversario, Alekos fue también mi amigo secreto. Oriana era así, un carácter luchador y fuerte. Amada y odiada y una auténtica pesadilla de los poderosos a los que entrevistaba.


Oriana Fallaci & Alexandros Panagoulis


Oriana Fallaci, autora de muchos y buenos libros, hay uno que describe la historia de Alekos Panagoulis, su gran amor, historia contada por ella misma en sus crónicas periodísticas a las que yo seguía semana a semana a través de la revista L'Europeo.



Después escribió el libro «Un hombre». En ese libro relata todos los entresijos de la dictadura de los coroneles en Grecia donde ella estuvo mucho tiempo como corresponsal. Había ido a entrevistar al héroe de la Resistencia griega Alexandros Panagoulis. Se enamoró de él nada más verlo. Allí vivió el gran amor de su vida con él, un amor compulsivo y auténtico ya que sus caracteres se parecían como dos gotas de agua

«El día que conocí a Alekos, en el 1973, tenía el rostro de un Jesús crucificado y a sus 34 años parecía mucho más viejo. Sobre sus mejillas pálidas ya se hundían algunas arrugas, entre su pelo negro algunos mechones blancos y sus ojos llenos de melancolía. ¿O de rabia? Aunque en el momento en que se rió, ni el mismo se creyó su risa. Fue una risa forzada, de poca duración, como el estallido de un fusilazo. Enseguida sus labios volvieron a cerrarse en una mueca amarga y en aquel gesto buscó en vano el recuerdo de la salud y la juventud. La salud la perdió, junto a la juventud, el momento en que fue atado por la primera vez a la mesa de tortura y le dijeron:  «Ahora sufrirás tanto que te arrepentirás de haber nacido»

Enseguida entendí que no se arrepintió de haber nacido, no se arrepintió nunca. Entendí enseguida que era un hombre que el morir se convierte en una manera de vivir, gastó bien la vida. Ni las torturas más atroces ni la condena a muerte ni a tres noches pasadas en espera del fusilamiento ni la cárcel más inhumana, ni los cinco años que pasó dentro de una celda de cemento de un metro y medio por tres, le doblegaron»

Verso compuesto en la cárcel militar de Boiati.

 MI DIRECCIÓN  Un fósforo por pluma
 Sangre derramada en tierra por tinta.
 El envoltorio de una gasa olvidada por hoja.
 Pero qué escribo?
 Quizás sólo tengo tiempo para mi dirección.
 Extraño, la tinta se ha coagulado.
 Os escribo  de una cárcel.
 En Grecia.

 Cárcel militar de Boiati. Junio, 1971
Cuando acabada la dictadura, Panagoulis se presentaba como candidato a las elecciones, Panagoulis fue asesinado en extrañas circunstancias, seguramente por los servicios secretos de los coroneles camuflados después de su caída de la dictadura misma. Temían ser desenmascarados. El drama personal de Oriana con este suceso fue doble, ya que perdió también el hijo que de Panagoulis esperaba.
«Vi su automóvil Fiat color verde, la llamábamos nuestra 'Primavera', estaba reducido a un montón de hierros retorcidos y me dirigí a la cámara mortuoria. Entre la muchedumbre, habían médicos y abogados llegados de Italia para efectuar una súper pericia. Para poder ver el cadáver me pidieron la autorización del ministro de Justicia a través de dos funcionarios que nunca llegaron. Me cansé de esperar y exigí el número de teléfono del Sr. ministro y fui a llamarle por teléfono desde una cabina. No fui nada amable. Le dije que con autorización o sin  ella yo habría entrado en aquella cámara mortuoria. El interior de la cámara mortuoria era una caja blanca iluminada por luces de neón. En la primera taquilla a mano izquierda, estaba Alessandro Panagoulis: 
Estaba muy cansada y me he apoyado en el muro. Me ha sacudido el destello de un flash. Han hecho cerrar la ventana, y luego nos han enseñado las fotografías de Alekos después de la autopsia. Se justificaron que así me habría hecho menos impresión verlo. En las fotografías Alekos estaba tendido sobre una mesa, desnudo, como cuando lo torturaron en 1968 en la central de la policía militar. La única diferencia fue que aquí no tenía las manos y los pies atados. Muchas fotografías me ofrecían a mi vista detalles horrorosos de sus heridas. Otras, con sus órganos extraídos. El médico griego me explicó que le estalló el corazón, que el hígado se rompió en 19 puntos, que el bazo había desaparecido, el fémur derecho se estrelló en mil pedazos.

Estaba ya arrepentida de estar allí, tenía ganas de escapar para no ver su cadáver como en las fotografías. Abrieron y tiraron fuera el cajón de la taquilla frigorífica: sobre una tabla metálica un paquete ensangrentado. Lo han abierto y lo destaparon, apareció Alekos durmiendo serio, serio, con una cara blanca, blanca. Me arrodillé delante de él y le acaricié el pelo... no puedo decir más, o quizás no quiera contaros cuál es el olor del odio» 


Alekos Panagoulis como afirmó Oriana fue la sabiduría del poeta que luchó contra los molinos de viento, combatió por una Grecia mejor, en fin por una sociedad que crea en el Hombre.

Oriana no tuvo piedad con Henry Kissinger ni con William Colby, Director de la CIA. Colby había declarado que los Estados Unidos tienen el derecho a actuar ilegalmente en cualquier región del mundo. Oriana siempre sospechó que en la muerte de su compañero, el heroico Alekos Panagoulis obraron los resentimientos de alguno de ellos, o de los dos.

La escritora italiana después de un tiempo retirada por su grave enfermedad luchando contra un cáncer al que lo elevó a la categoría literaria nombrándole «el otro» Oriana vivía gran parte del año en Manhattan totalmente aislada. Pero el destino quiso que, el 11 de septiembre del 2001, el Apocalipsis se abriese a poca distancia de su casa con el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York. En el libro «El Apocalipsis» (Oriana Fallaci se entrevista a sí misma) dejó reflejada su indignación por tan monstruoso hecho.
«¿Queréis mi testimonio? Ahí va. Estaba en casa. Mi casa está situada en el centro de Manhattan. Pensaba estar vacunada contra todo y, esencialmente, lo estoy. Ya nada me sorprende. Ni siquiera cuando me indigno y me irrito. Pero en la guerra siempre vi a gente que muere asesinada. Nunca había visto a gente que muere matándose, es decir, lanzándose sin paracaídas del piso 80, 90 ó 100. Además, en la guerra siempre vi trastos que explotan en abanico. En la guerra siempre oí un gran ruido. En cambio, las dos Torres no explotaron. La primera implosionó y se tragó a sí misma. La segunda, se fundió, se disolvió. Por el calor se disolvió como un trozo de mantequilla al fuego. Y todo sucedió, o al menos así me pareció a mí, en medio de un silencio de tumba. ¿Es posible? ¿Reinaba realmente ese silencio o estaba dentro de mí?»
«La gente que, para no morir abrasada viva, se lanzaba por las ventanas. Rompían los cristales de las ventanas y se lanzaban al vacío como si se lanzasen de un avión en paracaídas, y caían lentamente. Agitando las piernas y los brazos, nadando en el aire. Sí, parecía que nadaban en el aire. Y no acababan de llegar abajo. Hacia el piso 30, aceleraban. Se ponían a gesticular, desesperados, supongo que arrepentidos, como si gritasen «Help, help». Y quizás lo gritasen de verdad.  
En la guerra, siempre vi un número limitado de muertes. Cada combate, 200 ó 300 muertos. Como máximo, 400. Pues bien, en las dos Torres trabajaban casi 50.000 personas. Y pocos tuvieron el tiempo suficiente para salir de ellas. Los ascensores no funcionaban, obviamente, y para bajar a pie desde los últimos pisos se tardaba una eternidad. Siempre que se lo permitiesen las llamas. Jamás sabremos el número exacto de muertos. ¿40.000, 45.000...? Los americanos no lo dirán jamás. Para no subrayar la intensidad de este Apocalipsis. Para no dar una satisfacción más a Osama Bin Laden e incentivar otros apocalipsis...»

Después del acto terrorista de las Torres Gemelas de Nueva York, volvió a escribir, publicando 'La rabia y el orgullo', sobre el mismo tema 'La fuerza de la razón' y también 'El Apocalipsis'. Todos éstos libros muy críticos con el Islam que ella conocía muy bien. Oriana, mujer liberal y de izquierdas, fue machacada por la izquierda por su posición en contra del islamismo integrista, repudiada por la Italia «progre» de la que siempre había hecho parte. Con tremenda lucidez describe la claudicación europea al no defender su civilización de raíz cristiana. Europa para Oriana será llamada en sus obras 'Eurabia'. Era contraria a lo que definía la «islamización de occidente», sus polémicas tesis la llevaron a vivir perseguida y amenazada, sufrió incluso un proceso por difamación contra el Islam.


Vivió su infancia en la Italia fascista de Mussolini, luchó como partisana contra el fascismo y el nazismo siendo casi una niña. Impulsada por un pensamiento laico y liberal la llevó a defender con intensidad de la mujer: «Ser mujer es fascinante constituye una aventura que requiere considerable valentía, un desafío que nunca llega a aburrir».

Es de esperar que un día no lejano las cosas hayan cambiado tanto para que esta frase no tenga vigencia en lo relativo a ese «valor añadido» que hace falta para vivir como mujer en nuestro mundo. Oriana regresó a Florencia, en la clínica Santa Clara en camilla. Estaba consumida por el cáncer, era un esqueleto. En Nueva York se había sometido a terapias tan tremendas que sólo le quedaba un hilo de vida. Sufría muchísimo y a gritos suplicó:

«—¡Haced algo, ayudadme!»

Y esa ayuda fue una inyección de morfina, sabiendo perfectamente que no volvería a despertarse... era el 15 de septiembre de 2006.
Lluís Busom i Femenia

17 comentarios:

  1. Ho letto con il fiato sospeso, conosco Oriana ... attraveso i suoi libri, ho grande ammirazione per questa donna dalla forte personalità ma tù Lluìs hai dato una descrizione quasi commovente che mi ha
    profondamente commosso.
    Riesci sempre a stupirmi, grazie , ti lascio con una sua frase nella Trilogia di " La rabbia e l'orgoglio " << Vi sono momenti , nella vita, in cui tacere diventa una colpa e parlare diventa un'obbligo >>

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  2. Luis , M'he quedat enamorada d'aqueta história,
    d'aquesta gran dóna, i totes les seves vivèncias.
    A tú felicitar-te per explicar-ho amb aquesta emoció, que m'has contagiat.
    Oriana Fallaci, una dona admirable, consider-ho que també va patir molt, peró també va tenir una vida molt rica.
    Gràcies Lluis.

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  3. Les teves aportacions literàries a Faceboock, al meu entendre, són l'element diferenciador a la mediocritat existent. Sense cap tipus de pretensió literària ni de frases inútils, amb una prosa senzilla i planera, les teves històries, sentides i humanes, arriben fàcilment al lector, són comprensibles i ajuden a reflexionar. Gràcies, segueix així i no afluixis.
    Ricard

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  4. Moltes gràcies per compartir aquest meravellós escrit amb nosaltres. M'he emocionat, m'he enfadat... he sentit i he après!

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  5. Lidia,
    hai deto tante belle parole scelte nel tuo commento che mi sento come un bambino che ha appena inaugurato scarpe nuove. Grazie una volta in più.

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  6. Carmen,
    Estem completament d'acord amb el geni de l'Oriana i és cert que va tenir una existència plena... de vida!

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  7. Ricard,
    Es nota que ets el meu amic, jo t'agraeixo moltíssim les teves paraules, m'han agradat tant que tens pagat un menjar en ''Can Lluís'' un dia d'aquets quedem i compartim estovalles i tall. Gràcies Ricard per les teves paraules.

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  8. Anònim:
    No m'agrada no saber qui ets, les teves paraules m'agraden molt però necessito saber el per què d'aquest empipament, Agraït.

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  9. MARI CARMEN SERNA21 de mayo de 2011, 19:27

    SIMPLEMENTE PRECIOSO PRECIOSO .......... TENGO ENVIDIA DE NO SABERME EXPRESAR DE NO SABER COMUNICAR MIS SENTIMIENTOS MEDIANTE PALABRAS

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  10. Mari Carmen, gracias por tus amables palabras, creo que sabes expresar muy bien lo que quieres decir, al menos a mí tus palabras me llegan claras y diáfanas. Un saludo Mari Carmen.

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  11. Frederic Roig Boada30 de mayo de 2011, 22:14

    A mi també m'agrada la Fallaci. I també vaig llegir els dos primers sobre l'islamisme. Estic d'acord en moltes coses de les que diu. Sobretot quan parla de la permisivitat islàmica a Europa directamente relacionada amb els diners del petroli als bancs europeus. No sòc xenòfob. Però, crec amb les idiosincrasies dels pobles. I tinc seriosos dubtes sobre la multicultaralitat pijo-esquerrosa. I més quan els defensors multiculturals s'obliden de la catalana. Salut!

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  12. Frederic: Sempre és agradable trobar a persones en les que hi tens coincidències. A mi també em succeeix que sent un admirador de l'Oriana Fallaci, estic d'acord en moltes de les coses que diu -no en totes- però sí en la majoria del seu pensament sobre l'islam. El que passa és que Fallaci era una persona intel·lectualment immensa, que tenia les idees tan clares que defineix la seva posició sense aparents dubtes, deia el que pensava i ho expressava raonant-ho. Jo tinc més dubtes en tot i comparteixo els teus dubtes en la multiculturalitat, però sense adjectivar-la. Salut

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  13. Me parece todo muy interesante la vida y obra de esta escritora periodista. Yo que vivo en Suiza y que por su caracter nacional se distancia de toda postura extrema puedo decir que respeto enormemente la primera parte de sus escritos antes de su Fobia al Islam aunque comparto sus temores. Solo la verdadera democracia que haga justicia a sus ciudadanos todos nos salvara de una ecatombe como la que ella teme con su Eurabia. Una radicalizacion delo Cristianismo a traves del Fundamentalismo de Sectas seudo cristianas son tan peligrosas como el Islam. Y esta tendencia fundamentalista esta promocionada por los Estados Unidos de America con un ejercito militante de Predicadores fanaticos que se introducen en la Cultura Mundial a traves de distintos metodos ideologicos que fomentan el individualismo exitista por sobre la Justicia en la Sociedad.

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  14. me encanta, fui bautizada con su nombre en honor a ella, y desde hace poco, me dedique a averiguar sobre ella a leer sus libros, y hoy me sentí con tu escrito igual de cerca a ella, como cuando leo sus obras. gracias

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    1. Oriana: No acostumbro a responder a los anónimos, pero esta vez lo haré para agradecerte tus palabras y si con mi escrito te has sentido cercana a ella, me doy por satisfecho. Las gracias a ti por acercarte a mi blog y leerme.

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