lunes, 25 de abril de 2011

CIENCIA INMORAL EN GUATEMALA



LA CIENCIA AMERICANA EN GUATEMALA

Se inyectó la sífilis a 1500 guatemaltecos.
Es indignante comprobar como la falta de ética médica puede llegar a todo el mundo, incluidos a los hombres de ciencia del país más poderoso del planeta y que, mientras están protegidos por el manto de la impunidad en que se ocultan, son unos respetables científicos que desarrollan experimentos microbiológicos y que, de norma, es un sector de la ciencia admirado por la mayoría de la gente. Pero en el momento que alguna investigación periodística destapa casos de corrupción nos damos cuenta de que existen abusos que exceden la ética de la ciencia médica, o como en este caso, descubierto por el trabajo de la investigadora Susan Reverby de la Universidad de Wellesley, en la que ha denunciado la mala práctica, en los años cuarenta de investigadores  estadounidenses. El documento fue publicado recientemente en ''The Journal of the American Medical Association, JAMA'', de enero  2011, provocando un conflicto  entre países por el escándalo que representa haber practicado experimentos en Guatemala con seres humanos.

Susan Reverby, analista de políticas de salud y miembro de honor de la Sigma Theta Tau. 


Susan Reverby, denuncia en su informe, que se efectuaron en 1940 experimentos patrocinados por el gobierno de los EE.UU. en el que cientos de prisioneros de Guatemala, soldados y enfermos mentales eran intencionalmente infectados con enfermedades de transmisión sexual. Las personas fueron infectadas con sífilis, gonorrea y cancroide sin su consentimiento, como parte de los experimentos realizados entre 1946 y 1948 por investigadores de los EE.UU. del Servicio de Salud Pública. Estos hechos se produjeron en los albores del uso de la penicilina y la necesidad del Gobierno de EEUU de saber si éste antibiótico era efectivo y además de curar podía prevenir la sífilis.

ANTECEDENTES DEONTOLÓGICOS
Código ético de las investigaciones  científicas.

Los experimentos médicos, ''efectuados en nombre de la ciencia médica'' por los japoneses y alemanes durante la II Guerra Mundial y, en particular, los efectuados por el tristemente célebre Doctor Josef Mengele, fueron la consecuencia de que naciera en el Proceso de Núremberg una resolución condenándolos. Esos experimentos realizados con seres humanos en los campos de concentración y exterminio nazis en los que se aplicaron terribles experimentos bajo tortura y ejecutando a miles de prisioneros, fueron condenados en Núremberg,  tipificando a esas ''investigaciones médicas'' como abusos y crímenes contra la Humanidad. De estas resoluciones nació el compromiso de someter los experimentos médicos a un código ético, llamado  Código Núremberg


Tribunal Internacional de Núremberg  1947, donde se estableció el Código Núremberg.

Código para regular y determinar los límites de las investigaciones médicas en las que quedaban excluidas cualquier experimentación médica con personas que no hubieran dado su consentimiento de forma voluntaria y expresa. El Tribunal Internacional de Núremberg estableció el principio ético de experimentar únicamente bajo ''consentimiento informado'', es decir, las personas deben ser informadas y tener plena conciencia de los riesgos que entraña tal experimento. Pero mientras se firmaba el Código Nuremberg, en el mismo año en los EE.UU. hombres de ciencia, a través del Servicio de Salud Pública, estaban investigando 'la bondad de la penicilina' infectando a 1500 personas, de Guatemala —sin su consentimiento e ingnorando por completo a qué eran sometidos— inyectándoles la bacteria de la sífilis y la gonorrea.


Alexander Fleming, descubridor de Penicilina.

Este hecho que hace pocos meses ha salido a la luz pública, dice muy poco de los hombres de ciencia de esa época, también de la institución pública de los EE.UU. que lo patrocinó. Nos coloca ante en un  mundo —el desarrollado— en el que, comportamientos de esa índole, ponen en cuestión la estructura ética de ese país. Uno se imagina la escena acadabrante que el doctor Alexander Fleming resurgiera de sus cenizas y viese que algunos de sus colegas, científicos e investigadores, estuvieran haciendo pruebas de laboratorio infectando a personas para averiguar la bondad de su descubrimiento, la penicilina. La denuncia por tal escándalo habría hecho temblar a todo el mundo científico, pero hoy día ocurren tantos atropellos y atrocidades humanas, hay tanta deshumanización que, lastimosamente, estos hechos despreciables pasan casi inadvertidos.   


Hillary Clinton y Kathleen Sebelius, pidiendo excusas por las prácticas odiosas del Servicio de Salud Pública.

La secretaria de Estado Hillary Clinton y la Secretaria de Salud y Servicios Humanos Kathleen Sebelius han manifestado en conferencia de prensa estar indignados por esas práctica de hace 64 años en un comunicado conjunto. "Lamentamos profundamente que haya sucedido, y pedimos disculpas a todas las personas que se vieron afectados por esas prácticas odiosas de la investigación."


El Presidente de los EE.UU Barack Obama, pidió excusas por teléfono al Presidente de Guatemala Álvaro Colom.

El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó al Presidente de Guatemala, Álvaro Colom para expresarle personalmente sus disculpas y reafirmarle el "compromiso inquebrantable de Estados Unidos de asegurar que todos los estudios médicos actuales cumplen con los parámetros éticos y legales''.

Susan R. Reverby

La profesora Susan R. Reverby en los últimos años ha completado un largo compromiso de escribir acerca de lo que se denomina el estudio infame sífilis "Tuskegee", en cuatro largas décadas (1932-1972) investigó el caso en que hombres afroamericanos fueron engañados en la creencia de que estaban siendo tratados por su enfermedad. Entre 1932 y 1972 en Tuskegee, Alabama (Estados Unidos), se llevó a cabo un “estudio clínico” por los servicios públicos de salud americanos. Entonces, 400 aparceros afroamericanos, en su mayoría analfabetos, fueron estudiados para observar la progresión natural de la sífilis si no era tratada y se podía llegar hasta el grado de muerte de los aparceros.

Ha editado un libro sobre este estudio denominado Verdades de Tuskegee: Repensando el Estudio de Sífilis de Tuskegee (2000) y el libro escrito sobre el estudio, examen de Tuskegee: El Estudio de “Sífilis Infamous” y su legado, apareció en 2009, ganando tres importantes premios académicos. En vez de tratar a los sujetos del estudio con penicilina y concluirlo o establecer un grupo control para estudiar el fármaco, los científicos del experimento Tuskegee ocultaron la información sobre la penicilina para continuar estudiando cómo la enfermedad se diseminaba y acababa provocando la muerte. El experimento Tuskegee, es citado como "la más infame investigación biomédica de la historia de los Estados Unidos", trajo como consecuencia el Informe Belmont (Belton Report) de 1979 y la creación del Consejo Nacional de Investigación en Humanos (National Human Investigation Board), y la petición de la creación de los Consejos Institucionales de Revisión (Institutional Review Boards).
Lluís Busom Femenia



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