martes, 19 de abril de 2011

21 ABRIL

Añadir imagen

Gracias por felicitarme y por haber llegado hasta aquí.

La historia de mis aniversarios empezó la tarde el mismo día en que nací. La única certeza que tengo es que fue un 21 de abril, la verdad es que no me acuerdo del año, ni de nada de aquel día, pero si sé por mi madre, yo me lo creí durante mucho tiempo que nací en el huerto de mi tío dentro de una col. Esta aseveración explicada por mí el año pasado sirvió a Susana de Reoyo, buena amiga del facebook para dedicarme una foto/felicitación para mi aniversario en la que interpretaba mi nacimiento y que, agradecido reproduzco aquí, reconociéndole ese amable trabajo.

Hoy, día de mi aniversario, creo que es un buen día para hacer una reflexión en voz alta. Vaya por delante mi agradecimiento a todos los que me habéis felicitado. Nunca había tenido tantas felicitaciones, ni tan amables palabras, de verdad que es reconfortante tener tantos amigos virtuales en los que compartir momentos de placer e intereses comunes.

Ya son un puñado de años los que tengo encima mis hombros. Son muchos años, tantos que ya me he acostumbrado a decir que ya los tengo todos. Es como pedir una pausa, un respiro, como si después de subir tantas escaleras, encontrara un rellano en el que descansar y disfrutar del presente sin pensar en el futuro. Creo que me he pasado demasiado tiempo pensando en el futuro...

Esta reflexión es para expresar que, cada año que pasa, me encuentro más en la etapa del concepto de la 'deconstrucción'. Me explicaré mejor, sin entrar en el concepto filosófico del término 'deconstrucción' empleado por Jacques Derrida, sino por el uso particular que yo hago de él, me gusta decir desde hace tiempo que, más que sumar años lo que hago es 'deconstruirlos', por aquello que el ser y el tiempo se acercan cada vez más a una posición íntima y casi mística de la esencia del ser y la nada.

Haciendo una mirada hacia atrás, uno se da cuenta que ha tenido una vida en la que la celebración de estos años pasados servían para ir añadiendo proyectos y aspiraciones sin límite, es cómo si se construyera un muro, una edificación virtual en la que cada ladrillo era un hito, una ilusión o un propósito más a conseguir, como si fuera una fuga hacia adelante sin fin se consiguiera o no que añadía a mis aspiraciones vitales. Pero todo tiene un límite, llega un momento en la vida que te planteas que tampoco es necesario ir escalando más y más esta cúspide imaginaria. Me doy cuenta, siendo realista, que es una cumbre que nunca escalaré. Por lo tanto he llegado, por la sabiduría que dan los años, a preferir ir bajando, emprendiendo una razonable 'deconstrucción', es decir 'des-edificar' el muro construido. Tengo el propósito cada año de deshacer un año, limpiando todo aquello que es superfluo y, guardando aquellos momentos que fueron buenos, como pequeños tesoros de mi vida para poder recordarlos e incluso revivirlos.
Lluís Busom i Femenia

No hay comentarios:

Publicar un comentario