martes, 15 de octubre de 2013

EL ONIRONAUTA / Sueños endógenos


   
EL ONIRONAUTA / Sueños endógenos

Un sueño que sueñas solo, es sólo un sueño.
Un sueño que sueñas con alguien, es una realidad. 
John Lennon

Estábamos acostados desde hacía un buen rato, era una noche especial, estrenaba cama, colchón y sábanas y, ese conjunto imprescindible de descanso, esa pequeñez que conforma la normalidad nocturna, el usar por primera vez algo nuevo y deseado me hacía sentirme bien. Pienso que es el lugar perfecto e idóneo para aquellos que nos gusta soñar y, de entregarnos a los sueños, hacerlo confortablemente. Sin duda soy un caprichoso y exigente, todo lo había escogido concienzudamente para mi pequeño apartamento: la cama, un elegante canapé hidráulico abatible con un fondo para guardar lo esencial de una cama; el colchón —una de mis manías en la exquisitez del confort— no había sido menos cuidadoso al escogerlo. Cuando lo compré me hicieron decantarme por el más caro, el “Luxury dream” el más fantástico de los colchones.

El experto consejo de la atractiva vendedora fue determinante, sus conocimientos sobre el descanso eran extraordinarios. Una experta ejecutiva dominando todos los recursos, la sabiduría y las exigencias que pueda ofrecer una cama; psicóloga experimentada, sabía interpretar perfectamente las necesidades del cliente. Con sus convincentes palabras me hizo ver comparativamente que el máximo confort lo encontraría en un colchón exclusivo. Su aspecto fashion y la técnica de su complicada elaboración, lo convertía en un colchón excepcional. Tanto por la suavidad como por la contundente adaptabilidad del cuerpo, era considerado en ese mundo selectivo del confort como único. Tan caro y equilibrado era el colchón que lo convertía en el exclusivo colchón usado por el Burj Al Arab, de Dubai, único hotel del mundo de 7 estrellas, considerado el hotel más lujoso del mundo. El Burj Al Arab tiene las suites de lujo más caras del mundo donde se acomodan, en sus colchones, las nalgas de los Marajás, Jeques árabes y las de sus elegantes princesas, un verdadero oasis exponente del máximo lujo y confort. Ese colchón era una verdadera maravilla y lo compré!

La suavidad de las últimas capas del colchón daban la sensación imaginada de estar en una verdadera nube de algodón. Tendidos en nuestra recién estrenada cama, nuestras bocas estaban llenas de palabras, nuestros ojos se llenaban de un universo nuevo, de un universo soñado que nos arropaba; nuestra cama se había convertido en un lecho de flores, nuestras manos estaban llenas de caricias y, a veces, sin darnos cuenta los silencios eran omnipresentes y compartidos intensamente, rotos únicamente por el suave rumor de las sábanas inconfundiblemente impregnadas de aroma de mujer; la suavidad de las almohadas de pluma de ánade hicieron de ese momento el más placentero que, poco a poco, se fue adueñado de nuestro tiempo.

Todo se desarrollaba sin pensar, las actitudes y los hechos eran como una cadena lógica de afecto, eslabón a eslabón, todo sucedía como tantas veces hemos deseado que sucedan las cosas en nuestros sueños y de repente, cuando menos dormíamos… retumbaron unos golpes secos debajo de mis nalgas, unos golpes amortiguados pero percibidos sin ninguna duda directamente en mis riñones, eran unos golpes como quien llama desesperadamente a la puerta cuando tiene una emergencia. ¡Me asusté! ¡Vaya si me asusté! Teníamos un intruso debajo de la cama, algo o alguien movía desesperadamente nuestro colchón, sin dar crédito unos bultos aparecían a través de la  sábana bajera sin poder distinguir qué podía ser. Pequeños bultos aparecían por nuestros pies, en medio de los dos cuerpos, al tiempo que un sonido de golpe seco acompañaba a cada protuberancia que aparecía en nuestra sábana.

Lleno de temor me levanté, puse los pies en el suelo, hice un gesto a mi compañera con mi dedo índice junto a mi boca para que se mantuviera en silencio. Con sumo cuidado sujeté las asas y subí con suavidad el canapé para ver sí había alguien en su interior. 

Asombroso! No puedo entender que me está sucediendo, me froto los ojos, quiero asegurarme que no estoy soñando, dentro del espacio del canapé de la cama, ha desaparecido toda la ropa camera que estaba guardada, ni mi nórdica de pluma con funda Calvin Klein, ni mi almohadón grande estaban, no había nada, todo había desaparecido, sólo se apreciaba un inmenso agujero oscuro, mis ojos se fueron adaptando a la oscuridad, hasta que por fin logré ver una pequeñísima luz, la oscuridad es absoluta, es como la boca de un lobo. Poco a poco percibo de qué se trata, es una escalera infinita con una pronunciada pendiente en la que sólo se ve una pequeña luz al final y una sombra que a lo lejos se mueve. No sé qué hacer, no estoy del todo seguro, creo haber oído una voz al fondo de la escalera, no sé, creo que me estoy adentrando en mi propio sueño…

Mientras empiezo a bajar por la escalera me nacen preguntas rápidas como si estuviera en un carrusel. ¿Dónde me llevará esa profunda escalera? Mientras desciendo voy dándome ánimos y respuestas, me digo:

[….]—La escalera es sólo para lo que sirven las escaleras, en este caso para descender, para adentrarte en la verdad de mí mismo. La escalera siempre fue un símbolo onírico, una vía transitable de doble comunicación, también evoca la idea del movimiento, del fluir, del intercambio entre el abajo y el arriba. Por lo general vista como un camino a la sabiduría, la escalera que desciende a la tierra es la del conocimiento esotérico, de lo oculto y de lo inconsciente. Entre tinieblas llego a tocar el suelo, veo una mesa y una tenue luz que me permite adivinar la silueta de alguien, me acerco y sin decirle nada oigo una voz.



—Hola Lluís, siéntate quiero hablarte desde tu mismo sueño, pero quiero que me escuches en silencio. Creo que esta noche te mereces unas palabras que te saquen de alguna duda, al menos que las tomes como el consejo de amigo:

Las personas que como tú cuando sueñan cobran un estado de conciencia similar al de la vigilia y, sí eso ocurre mientras están dentro de su mundo onírico, son considerados “onironautas”, vocablo formado por el prefijo Oniro, procedente del griego Óneiros, ensueño y del latín Nauta, nave, navegador. A este tipo de sueños del onironauta se le conoce como sueño lúcido, esa facultad te permite reconocer el estado de sueño como tal, experimentando un grado de control que sobresale a lo que podemos considerar normal y, lo que es fundamental, como a ti te sucede, recuerdas los sueños con toda claridad al despertar. Por lo general el onironauta tiene como objetivo el control del sueño con propósitos lúdicos pero, más de una vez, también para deshacerse de sus pesadillas, en definitiva, en tu navegación onírica ejerces el autoconocimiento concerniente a la percepción de tu persona.


La escalera que acabas de bajar es el camino elegido, el que tú has decidido, estás haciendo un pequeño viaje hacia la introspección de tu sueño, para que quede claro estás accediendo por tu propia voluntad a la observación interna e íntima de tus pensamientos, de todos tus actos, incluidos tus sentimientos. Te pasas la vida soñando y esa peculiar forma de dormir y soñar es una cualidad de tu persona, ello obedece a varias causas, unas son innatas, por naturaleza empírica tienes la facilidad de soñar, unas son fisiológicas propiciadas como consecuencia de tener interrupciones del sueño y, otras, las que por tu personalidad te inquietan y, sobretodo una cualidad tuya, la facilidad que tienes para recordar tus sueños.


Has descendido al tan deseado mundo tuyo, el de los sueños, el de la imaginación sin límites, sueños en que confundes realidad y deseo sobreponiéndolos unos con otros. Te encuentras en tu propio generador de sueños, —la introspección soñadora— estás en el centro onírico de tus palabras. Piensa que tus palabras, cuando emergen a la superficie en tus escritos del blog, necesitan de señuelos para poder atrapar a aquellos que te puedan ver, al menos sean apresados por una de tus palabras o alguna frase que capten su atención. De conseguir ese pequeño gran triunfo tienes muchas posibilidades de que una de tus palabras le lleve a la otra. Los escritos son como pequeños bosques formados por oraciones que, como las flores debieran vestirse atractivamente para ser captadas por el lector potencial. Las flores lo hacen, ellas se visten con sus mejores galas y atractivos para ser admiradas por sus insectos reproductores.

A los que os gusta escribir, los que tenéis necesidad de mostrar vuestras palabras, deberíais aprender de la naturaleza, usar los recursos de reclamo de nuestro hábitat, una buena información promocional nos la ofrecen las flores. Sin duda, las flores están en ventaja con respecto a tus palabras, ellas usan sus múltiples atractivos para excitar a casi todos los sentidos: la vista, el olfato, el gusto y el tacto, forman el abanico de posibilidades para atraer, por tanto, las flores utilizan todas sus armas de las que disponen y lo hacen usando todos sus atractivos a la vez, usan sus llamativos colores como si fueran luces de neón y, utilizan la más pequeña brizna de aire, para que sus llamativos colores sean señales intermitentes, parpadeantes; utilizan los olores más atrayentes como si fueran el perfumista más avezado y creativo para reclamar a distancia su presencia; el sabor para recompensar a los insectos benefactores por su laboriosa generosidad y, lo hacen con todo el mimo y amor para atraer, extasiar y hasta conquistar a su fecundador, porque de estos reclamos depende su subsistencia como especie.



Aprende de la naturaleza Lluís! Te voy a dar un consejo más, pero éste en forma divertida: Hay un género de moscas, la 'Drosophila' [1] para nosotros definámosla con palabras más sencillas y más a nuestro alcance, me refiero a la 'mosca del vinagre' éstas se ven atrapadas por el olor de una planta 'lista como el hambre', le llaman la planta mentirosa, es la 'Aurum palaestinum', también conocida como la 'Cala negra' atrae con su aroma a las 'Drosophilas' para que actúen como polinizadoras, es decir, para que sean fecundadas. La 'Cala negra' fabrica una sustancia que la mosca del vinagre no puede resistirse, imita los olores de la levadura. Es como si se instalara una bodega con un surtido extraordinario de mistelas y vinos olorosos, de este modo la 'Cala negra' con esta creación de moléculas de esta fragancia —la fermentación alcohólica de la fruta— explota el instinto de millones de años que tienen las moscas del vinagre, y lo hace en su propio beneficio para garantizarse la subsistencia de la especie. 

Imita la naturaleza Lluís! Las flores son recíprocas con quienes colaboran en su existencia y lo hacen recompensando a los insectos con la dulzura del néctar... pero ya ves que cuando se trata de los olores... la imaginación al poder!

Expresar de forma vehemente los sueños tiene la facultad de poder atrapar los ojos de ese desconocido lector que tanto persigues. Te he traído aquí porque sé que estás repleto de sueños y aquí es donde se generan tus ideas para que después las puedas escribir, —mi mensaje es que pienses en tus lectores—, que vistas tus palabras para que sean atractivas como lo son para las abejas las flores y que, de alguna manera, armes tus palabras de un contenido ilusionante y, sí puedes, añade alguna enseñanza que sorprenda. Las palabras, los textos que sobrepasan la realidad cotidiana permiten crear la ilusión de una realidad original y por tanto creíble.

Cuando se escribe y no se es escritor, es necesario arrojo, es imprescindible unos gramos de locura y sobretodo desterrar el miedo que produce el papel en blanco.  Pero quién tiene la suerte como tú de soñar a diario, de construir historias y hasta de vivirlas, tienes bastantes bazas en tu favor. En los relatos que son reflejo de sueños y hasta de ensoñaciones tienen que reflejar simplemente al hombre, al hombre con sus problemas existenciales, la incomunicación, la angustia y/o la soledad o, por el contrario, la búsqueda de los paraísos perdidos, tratando de exponer en tus palabras la verdad de tu existencia, de tus anhelos y, por supuesto, la de tus sueños reales. Sueños en que deben de entremezclarse la realidad y la irrealidad, verdad y mentira, posible e imposible. Recuerda a tu admirado Federico Fellini, usa su técnica, embadurna las escenas que describes de colores, de palabras, de visiones oníricas, de voces contrapuestas, de sonidos asincrónicos y, de sentimientos humanos no conformistas, ya que las personas están, también como tú, llenas de sueños...

Ahora, un último consejo, abre el cofre de los sueños a tus lectores y, proporciónales estas sencillas enseñanzas, a ver sí encuentras a alguno de tus lectores que te lo agradezca, sí así lo hicieran, aunque sólo fuera uno de tus lectores, me daría por satisfecho, habríamos establecido una pequeña cadena de palabras que, de alguna manera, seríamos coincidentes y servirían para unirnos. Las palabras amigo Lluís, tú sabes tan bien como yo, que las palabras tienen poder, esperemos de tus lectores que consigamos despertar sus sentidos y, nos lo hagan saber con cualquier señal, de ser así, ambos podemos estar agradecidos.

Con parsimonia y abstraído por las palabras de mi soñadora introspección fui subiendo las escaleras, llegué al suelo de mi habitación, me di la vuelta y presioné el canapé para dejarlo en posición horizontal, mi adorada acompañante dormía completamente arremolinada junto al cabezal, el suave movimiento de cerrar el canapé la despertó, vi como su cuerpo se movía y desperezándose me dijo:

—Cuéntame qué ha sucedido, cuando has levantado toda la cama dejándome es esta posición creí que me querías enseñarme una nueva postura, un nuevo juego sexual... te esperé impaciente pero has tardado tanto que me dormí. ¿Qué hacías debajo de la cama, qué has hecho allí dentro?

—Duerme mi cielo, mañana te contaré...
[....] Pienso que sí le cuento la verdad no me va a creer y, lo que es peor, que piense que estoy en una demencia transitoria, prefiero mañana inventarme otra historia tan disparatada como la de esta noche, pero más creíble y, sí es posible, que me sirva para publicar en mi blog como una historia de más fácil comprensión y con un comportamiento razonablemente congruente.
Lluís Busom i Femenia




Decorados de Spellbound, de Salvador Dalí, film de Alfred Hitchcock
Spellbound (Recuerda) 1945, de Alfred Hitchcock fue conocido como uno de los mejores thrillers psicológicos. Spellbound, protagonizada por Gregory Peck e Ingrid Bergman, es quizás el más significativo de sus films que bordean el análisis freudiano. La famosa secuencia onírica diseñada por Dalí fue trabajada por el pintor y por Hitchcock durante casi un mes. Hitchcock contrató a Salvador Dalí para que realizara los decorados de tono surrealista, quizá recordando el cortometraje surrealista “Un perro andaluz” (1929), guion de Salvador Dalí y Luis Buñuel y dirigido por este último. Es una de las primeras películas que abordan el psicoanálisis. Su origen parece remontarse a una depresión que sufrió el productor O. Selznick tras los rodajes de Lo que el viento se llevó y Rebeca. La secuencia onírica donde aparece un hombre con unas tijeras gigantes cortando un ojo fue un homenaje a Luis Buñuel por parte de Alfred Hitchcock. La película está basada en la novela “The House of Dr. Edwards”, de Francis Beeding (seudónimo de Hilary St. George Saunders).

[1] Drosophila
Estos días en Barcelona se han reunido científicos de todo el mundo en el EDRC 23 RD EUROPEAN DROSOPHILA RESEARCH CONFERENCE (Conferencia Europea Investigación de la Drosophila) sobre la mosca de la fruta o del vinagre. Una especie de Drosophila ha sido usada extensamente en genética y es un organismo modelo en biología del desarrollo. De hecho, los términos mosca de la fruta y Drosophila se usan como sinónimos en la literatura biológica moderna.

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site:luisbusom.blogspot.com


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