Hace algún tiempo me planteé
hacer un cambio en mi blog, un break, un rompimiento con la línea que hasta el
presente he seguido. La valoración de esa posibilidad surgió de los comentarios
acertados que una persona, desde hacía tiempo y desde el otro lado del océano
Atlántico, apostillaba en mi blog. Esa persona, es mi amiga argentina Josefina. [1] Sus aportes y sugerencias eran tan excepcionalmente
enriquecedores que me hicieron pensar en una posible colaboración, de tal forma
que se lo ofrecí sin saber de qué forma podíamos hacerlo. Pretendía una coparticipación en un
mismo tema, procurando que nuestras afinidades quedaran plasmadas en el
escrito. Se lo hice saber de una forma abierta y pública en respuesta a sus
palabras en mi otro escrito: "Amar a un ruiseñor"
Esa idea primigenia fue anidando
y adquiriendo consistencia, de tal forma que Josefina aceptó la idea, expresada
también en "Amar a un ruiseñor" y —tal como ella misma expresa en un
comentario al final de ese escrito a dos manos—, es la persona que me acompaña
en esta historia firmando ambos como Eva & Adán.
La idea surgió sin darnos cuenta
a través de escritos personales, fue precisamente, al valorar que en uno de
esos escritos, teníamos contenido suficiente para esbozar la idea de un relato
efectuado por ambas orillas del océano Atlántico, nos dimos cuenta que, lo que
contábamos en esa correspondencia, era un punto de partida para escribir una
historia con el aporte de ambos. En esa relación se fue dibujando, tomando
forma en el escrito que hoy publicamos. Ese relato ya tiene título, convenimos
que el nombre debía definir la historia y, después de barajar entre varios,
decidimos que sea el siguiente: Eva & Adán, 24 horas en París.
Para mí es una satisfacción darlo
a la luz precisamente cuando mi blog acaba de alcanzar las CINCUENTA MIL
visitas. La historia que publico en el día de hoy, obedece a ese reto formulado
por dos personas afines, —dos amigos epistolares— una nueva experiencia a
desarrollar y plasmar en palabras, un relato con dos sensibilidades distintas
—la de mujer y la de hombre—, pero que están fundidas y representadas en los
personajes de la historia. Somos dos personas con afinidades y acordes en
muchas cosas, pero con caracteres distintos, siendo esa desigualdad
precisamente un potenciador de nuestro escrito. Ubicados a más de doce mil
kilómetros de distancia, el uno del otro, ambos hemos hecho el esfuerzo común
de aportar nuestra esencia en una historia que básicamente es fruto de nuestra
imaginación, con la paradoja, no exenta de alguna sorpresa para nosotros
mismos, que en el tiempo justo se revelará, ya que forma parte de la historia.
© Lluís Busom i Femenia
[1]
Nota al mes de enero 2016
Lamentablemente
Josefina falleció el pasado 16 de Diciembre del 2015, fue la más
triste de las noticias recibida a través de las redes sociales. Mi más profundo
pésame a su familia, en particular, a su hija Nuria y amigos por tan
sensible pérdida. Mi dolor está muy presente, mi afecto y consideración
personal permanecerán inalterables.
Gracias a ti, Josefina por tus amables puntualizaciones
y aportes enriquecedores y, porque no decirlo ya abiertamente, por los
años que hemos compartido ese millar de escritos. Las complicidades en las redes sociales y, como los buenos pilotos de aviones
transoceánicos, por las 2.000 horas de vuelo telefónico que nos dimos; tiempo vivido a hurtadillas, robando tiempo y sueños como los niños
que éramos y, lo éramos por convicción. Unos años de intensa felicidad culminados por los pocos días que tuvimos para conocernos. Días intensos para recorrer, milímetro a milímetro, todos los rincones de nuestra piel soñada en mil aventuras virtuales. De los besos y caricias acompañadas de las palabras de afecto nacidas mirándonos a los ojos. Bendita proximidad fundida en un abrazo eterno. Toda una vida condensada en
palabras, en amor correspondido, en abrazos interminables, complicidades y esperanzas; risas y llantos, unos de placer llenos de sentimientos
desbocados y otros, por los tiempos tristes que nos tocó vivir y que, ahora con
tu ausencia, los noto a faltar y mucho!
François Vallaeys:
“Los cuentos no están hechos para dormir a los niños, sino para
despertar a los adultos”
En un inicio al acordar, entre
nosotros, la construcción de esta historia imaginaria de un tiempo pasado sin
determinarlo, convenimos y consensuamos, que la ciudad debía ser París. No
conociéndonos demasiado, sin embargo, teníamos la coincidencia de haber
realizado nuestro primer viaje al extranjero a dicha ciudad. Sin duda, la
estancia de Eva fue programada con precisión para poder embeberse a conciencia
de la cultura francesa y, por supuesto, de todo lo que encierra diversión y
espectáculos que se pueden disfrutar en París. No fue el caso de Adán ya que su
viaje fue de trabajo.
Quién no creyó alguna vez haber vivido —como propia— una historia
inspirada en los libros de nuestra adolescencia, narraciones que nos colmaron
de fantásticas ilusiones, donde sin apenas esfuerzo, nuestra imaginación nos
convertía en protagonistas de los argumentos creados por notables escritores.
No somos pocos, quienes recordamos con gran placer aquellos viajes en las
calesitas o carruseles de nuestros barrios. Era toda una aventura montar en sus
caballitos de madera y asidos fuertemente disfrutar de su galope simulado.
Paseos que nos hicieron sentir que no cabalgábamos solos por esas hermosas
praderas imaginarias, ya que en el lomo de nuestro caballo teníamos sujeta por
la cintura a nuestro primer amor... En ese mundo mágico del parque de
atracciones nos convertíamos como por arte de magia en viajeros con un destino
de privilegio.
Este pequeño relato
es un experimento sensorial para poder describir con apasionamiento y, con los
ojos de otra persona, una vivencia compartida. Es un relato a dos manos, pero
fundamentalmente es un escrito con dos corazones, una fabulación que se ha
desarrollado desde lo afectivo, en una deseada relación epistolar que de forma
espontánea se fue construyendo. Una vivencia con un nexo entre los sentimientos
y los cinco sentidos de dos personas: Eva y Adán. Ambos coincidimos en que lo
importante es aprovechar cada momento ya que la vida está en los ojos de quien
sabe ver.
Esta historia pretérita, se inicia en un tiempo indeterminado, en el
preciso momento en que algunas personas damos el primer paso importante de
nuestra vida. Todo comienza cuando
Eva deja por primera vez su país, la Argentina natal, para visitar París lo que
para ella representa el corazón de la vieja, lejana y tan deseada Europa. En su
equipaje llevaba todo lo que le era esencial, el conocimiento de la literatura
y de las bellas artes francesas y, uno de los libros relevantes de Simone de
Beauvoir, de donde toma para siempre el pensamiento de la escritora: "No
se nace mujer, se llega a serlo", siendo su emblema personal la
demostración de esta teoría: no es la genética, sino la educación y la
socialización, las que forman a las mujeres.
En ese viaje para Eva, su propósito esencial, fue empaparse de todo lo que sus ojos y sentidos pudieran captar del anhelado mundo parisino. Sabía que contaba con algunas ventajas, su segunda lengua, el francés, sus conocimientos de modismos, de giros lingüísticos, de canciones galas, todo enriquecido gracias al aporte de un trato frecuente con amigos franceses. La visita al Museo d'Orsay para Eva era obligada e imprescindible, allí le esperaban sus pintores predilectos: Gustave Courbet, Jean-Jacques Henner, Delacroix, Cezanne, Renoir. Allí está Eva, esa deliciosa y joven mujer vestida como una auténtica francesita, con un abrigo y una boina ladeada, de un color, que hoy podríamos definir como rosa Dior.
En ese viaje para Eva, su propósito esencial, fue empaparse de todo lo que sus ojos y sentidos pudieran captar del anhelado mundo parisino. Sabía que contaba con algunas ventajas, su segunda lengua, el francés, sus conocimientos de modismos, de giros lingüísticos, de canciones galas, todo enriquecido gracias al aporte de un trato frecuente con amigos franceses. La visita al Museo d'Orsay para Eva era obligada e imprescindible, allí le esperaban sus pintores predilectos: Gustave Courbet, Jean-Jacques Henner, Delacroix, Cezanne, Renoir. Allí está Eva, esa deliciosa y joven mujer vestida como una auténtica francesita, con un abrigo y una boina ladeada, de un color, que hoy podríamos definir como rosa Dior.
Para Adán, proveniente de Barcelona, también era su primer viaje al
extranjero y lo hizo para atender un prometedor encargo profesional. Sus
conocimientos sobre el diseño industrial fueron los que le llevaron a París y,
lo que en un principio había de ser únicamente trabajo, el destino lo modificó,
haciéndole vivir una historia afectiva que no formaba parte de su proyecto
laboral.
En sus paseos por la ‘Ville lumière’, la ciudad de los treinta y siete
puentes y cuatro pasarelas, Eva en un atardecer otoñal se acercó a
Montparnasse, descubriendo una bulliciosa y sorprendente calesita, un carrusel
en el que su propietario supo plasmar una decoración maravillosamente singular.
En cada giro del carrusel desfilaban, delante de los ojos sorprendidos de Eva,
representaciones de imágenes de aquellos libros tantas veces releídos y
atesorados en su adolescencia.
Ese calidoscopio de recuerdos juveniles, provocó "le coupe de
foudre", Eva se enamoró de "le manège des impressionnistes", así
se le denomina a esa calesita o carrusel emplazado al pie de la omnipresente
Tour Montparnasse; ni Eva, ni los niños, ni los adultos que compartían la
fiesta del carrusel, reparaban en la gigantesca estructura, todos de diferente
manera gozaban de la magia que envolvía el lugar, sobretodo nuestra Eva,
espectadora deslumbrada por la visión evocadora de un tiempo joven y feliz, ya
pasado.
El destino le tenía preparada una sorpresa a nuestro Adán quien cambió
su recorrido habitual atraído por el espectáculo festivo de “le manège des
impressionnistes” deteniéndose con la
mirada en cada uno de los habitáculos del carrusel, desde donde los viajeros
irradiaban felicidad, pero su atención se desvió para fijarse en una mujer que
estaba absorta gozando ante los detalles pictóricos del carrusel, Adán con aire
despreocupado se acercó a Eva. La música y las luces
de la calesita en cada uno de sus giros simulaban pinceladas multicolor, haces
de luz musicales en movimiento que rodearon a la pareja que se habló por
primera vez.
Los giros, la música y la juventud les ayudaron a
formar un cuadro envolvente de simpatía y de atracción mutua. Todo era asombrosamente
brillante, la pianola de feria, la canción inolvidable de Édith Piaf “Mon
manège à moi”, las luces de mil colores, las réplicas de los impresionistas.
Su canción: Mon manège à moi
Eva extasiada por las cabinas de feria donde los
niños viajaban, girando sobre la plataforma en movimiento, fue descubriendo la
cabina del Nautilus, de Jules Verne; la cápsula misil, del viaje "De la
tierra a la luna", del mismo autor; el avión de nombre "El
Principito", evocando al que hoy, el escritor Saint-Éxupery debe estar
pilotando entre las nubes de la eternidad; hasta un pequeño tranvía réplica de
aquellos que unían Montmartre a Montparnasse y que eran los usados por los pintores
de la bohemia francesa de aquellos tiempos.
Esa encantadora mujer sedujo al elegante, alto y
joven Adán que, en ese día gris e inestable de otoño, vestía una gabardina a lo
Humprey Bogart. Sólo bastó un cruce de
miradas para que los dos supieran que se habían gustado. Adán puso en marcha su plan de
conquista y Eva aceptó complacida las galanterías y la invitación a montar en
el caballito del carrusel. Eva ayudada por Adán montó
sobre el lomo de Abo Volo, ese gran caballo de trote, ganador de decenas de
carreras y, mientras cabalgaba, sus ojos curiosos descubrían reproducciones de
los pintores impresionistas.
A su lado, Adán montaba sobre el lomo blanco de
otro caballo e intentaba captar su atención. La pareja se recreaba con las
copias que giran en el centro del carrusel, en ese lugar que es el corazón de
la calesita y donde desfilan obras: de Monet, los nenúfares; de Renoir, el
columpio; de Van Gogh, los lirios, entre otras copias de estos pintores.
El trote ficticio hizo que sus manos se unieran,
que sus ojos se volvieran a encontrar y el inicio del romance no tuvo retorno.
Cuando el carrusel se detuvo Adán ayudó a desmontar a Eva y en ese instante de
aproximación sus labios se encontraron. Sin casi cruzar palabra Eva y Adán
tomados de la mano se alejaron del carrusel y caminaron en dirección al
Boulevard de Montparnasse, paseo en el que se encuentran una gran cantidad de
excelentes y reconocidos restaurants: entre otros, La Rotonde, y el atrayente
La Coupole que, con su marquesina roja y sus rótulos luminosos, eran una
verdadera sugerencia a entrar. Adán invitó a su acompañante a cenar en el
restaurant de La Coupole, un local fabuloso que ellos mismos lo definen como
“La Merveille Art Déco du Montparnasse”.
En la Coupole desde que se inauguró en 1927 como bar y, poco
después, reconvertido en un excelente restaurant, han celebrado en sus mesas
los más insignes personajes de todo el mundo: James Joyce, Henry Miller,
Hemingway, Ava Gardner, Picasso, Matisse, Klein, Josephine Baker y un largo
etcétera.
En mayo de 1968, Cohn-Bendit (Daniel el Rojo) se subió encima de
una mesa y Serge Gainsbourg acompañado de su esposa y cantante Jane Birkin
celebraron su éxito más famoso, la canción: “Je t'aime... moi non plus” (Yo te quiero... yo
tampoco). La gran mayoría de sus mesas encierran leyendas, como la mesa 73 en
la que Marc Chagall el pintor francés de origen bielorruso celebró en 1984 su
último cumpleaños, o François Miterrand en el año 1995 pidió su última comida
en la mesa 82, un curry de cordero.
Eva aceptó con la condición de elegir el vino, Adán,
dibujo en su rostro una sonrisa de aceptación y, abriendo la puerta del
restaurant, la ayudó a entrar, se acomodaron frente a frente en una mesa de un
rincón íntimo del local; tuvieron suerte, a esa hora aún estaba libre una de
las mesas famosas y míticas, la table 149 d’Albert Camus, la mesa en que, en el
año 1957, el autor de “l’Etranger” celebró la concesión del premio Nobel de
Literatura.
El espectáculo de la cocina era soberbio, los
vegetales, los pescados, los mariscos y las carnes expuestas con gusto
apetecible, eran uno de los mayores reclamos de los comensales. Eva explicó
que, sin ser una sommelière, es decir, una
experta catadora de vinos, tuvo a alguien en
su vida que le inició en la apreciación de los buenos caldos, ese
aprendizaje ahora le permitía, valorar y paladear, con algo de experiencia un
buen vino. Con la carta en la mano, ambos eligieron una salade d'endives au
roquefort y un filet Mignon au poivre avec
Foie Gras chaud de canard, du Périgord, plato favorito de Adán. Eva eligió
de la carta de vinos, un tinto Pétrus, un Bordeaux de la región vitícola du
Pomerol. La conversación fue distendida, amena y afectiva, siempre una buena
mesa hace que las personas se desinhiban y es cómplice de las aventuras más
extraordinarias. Risas y mucha felicidad presidieron ese par de horas en las
que compartieron experiencias vividas, preguntas, respuestas y mucho afecto.
—Adán, sin duda nuestra elección, La Coupole, es
el escenario perfecto para sentir que, a pesar de las pocas horas que llevamos
juntos, es como si nos conociéramos de toda la vida, además eso de que te
llames Adán y yo, Eva parece como si el destino nos hubiese marcado el
encuentro, no sé, tal vez, como si estuviéramos viviendo estas horas en nuestro
Paraíso.
—Es verdad Eva,
nuestros nombres parecen predestinados a encontrarse, como sí alguien que está
por encima de nosotros moviera unos hilos para que nos acercáramos al árbol del
Edén y, esos hilos se movieran para que ambos convergiéramos en Montparnasse,
en este pequeño paraíso, aunque yo tengo una opinión sobre la manzana, que tú
Eva, posiblemente no compartas…
—¿Cuál es tu opinión sobre el fruto prohibido?
—Opino que Eva mordió la manzana por amor al
conocimiento, para apreciar y distinguir entre lo bueno y lo malo.
—Entonces, ¿Adán qué rol desempeñaría
en un posible paraíso?
—Adán como buen
representante de su género no lo hizo por curiosidad, lo hizo por arrojo, por
entrega. Adán mordió la manzana porque Eva se lo pidió, asegurándole que el
paraíso se encuentra en la realización de los deseos.
—¡Genial, Adán! Tal cual lo has definido, la
curiosidad en la mujer es más una cualidad que un defecto!
A los postres el maître les recomendó una
tulipa de litchis —un fruto exótico oriental— que también se le conoce como la
ciruela china, decorada con nata, virutas de chocolate y salpicado con nueces. Un postre exquisito que, acompañado con un par
de copas de champagne Veuve Cliquot Grande Dame, dieron a la cena el mejor
final.
La seducción apareció como un fuerte latigazo,
ambos estaban perdidamente enamorados. Después de la cena Adán le propuso a Eva
que le acompañase a su buhardilla de Montparnasse en la que desde la ventana,
se podía apreciar a través de la “mansarde” una de las mejores vistas de París.
La aceptación fue sellada con un beso que dio origen a una gran noche de amor,
beso que tuvo como único testigo el cielo plomizo de Montparnasse y luego las acogedoras paredes de
la buhardilla, donde Adán ante la desnudez espléndida
de Eva,
expresó con vehemencia: ¡Quiero vivirte en exceso! ¡Quiero beberme el océano de
tu cuerpo! Una inmensa ola de caricias les cubrió y dos impetuosas almas se
fusionaron sumergiéndose en el abismo de los sentidos. Fue un tiempo vivido
maravilloso, fue su paraíso parisino durante unas horas inolvidables.
“La realidad, como siempre, supera a la ficción”
Para nosotros,
quienes escribimos este relato, grande fue la
sorpresa al darnos cuenta que la historia
imaginada era, por su contenido, un momento ya pasado de nuestras
vidas y que, aquellos jóvenes en apariencia
protagonistas de ficción de nuestro relato, no lo son, somos en realidad
nosotros mismos, esos dos extranjeros que en Paris el azar les llevó a
encontrarse desconociendo sus nombres verdaderos —¡esos personajes de ficción somos
nosotros!—, ahora nos miramos conmovidos y empezamos a relatar aquello que habíamos
vivido y que ya formaba parte de algo casi olvidado.
Los recuerdos afloran a borbotones, poco a poco,
aparecen agolpándose imágenes que teníamos casi olvidadas; nos damos ánimos
para seguir explorando nuestros recuerdos que nos aproximan cada vez más
—percibiendo en la distancia— el calor afectivo de aquel año ya tan lejano.
Recordamos e intercambiamos impresiones, pinceladas de vida donde los trazos y
los colores se fusionan dando forma a un momento inolvidable, un encuentro
sublime. Recordar esas 24 horas vividas en París es volver a pasar las
secuencias llenas de sentimientos por nuestros corazones y hacer desfilar por
nuestras mentes, las vivencias de unas horas maravillosas.
Confirmar
lo relatado como una vivencia propia, nos obliga a vernos en dos planos
temporales, el intangible ayer y el contundente hoy. Sin duda, los años nos han
cambiado, ya no somos aquellos impulsivos jóvenes que deseaban tragar la vida de
un solo sorbo, ahora tenemos lo que antes no teníamos, la experiencia y la
sabiduría para emplearla, actualmente somos mejores. Al darnos cuenta de que la
historia que estábamos construyendo es nuestra propia experiencia ya vivida,
esas jóvenes imágenes del pasado se valoran con la sabiduría que sólo otorga la
madurez y, al reflexionar, descubrimos que ya viejos, cuando creemos no tener
nada, es cuando más tenemos; es el tiempo donde las ataduras pueden cortarse
sin causar daño, es el tiempo donde no se pide permiso para vivir la libertad
que nos pertenece, es el tiempo de privilegiar la elección a la obligación, es
el tiempo de darse cuenta que queda poco tiempo.
En el
pasado no existieron planes ni promesas a futuro, entendíamos que los momentos mágicos
debían vivirse a corazón abierto, en el presente aún continuamos creyendo en lo
mismo. Saborear con intensidad el día a día, extraer la esencia, lo primordial,
continuar sin cese navegando en las palabras, perdiéndonos en el poco
conocimiento de nuestro pasado y encontrándonos en el vasto de nuestro
presente. Caminar buscándonos en cada escrito, seduciéndonos con las palabras,
deseándonos con el pensamiento, necesitándonos el uno al otro cada día, como si
se tratara del día final, del último día de nuestras vidas!
Es extraño, pero cierto, pues la verdad es
siempre extraña, más extraña que la ficción. [Lord Byron · Don Juan (Canto 14)
1819]
Eva y Adán
Sí en un
tiempo fuimos Eva y Adán, ahora con más razón lo seguimos siendo.
—Lluís, me gusta la idea de ser un gato y una gata quienes protagonizan la historia, como lo harán, es un tema que debemos charlar, cada uno debe presentar una forma posible de hacerlo. Por mi parte quiero ser una gata creíble, es decir que todo lo que seré, haré y diré tendrá que tener relación con el tipo de gata que soy, —atrevida, coqueta y enamorada— y tu un gato pendenciero, tal como eres —seductor, osado y muchos etcétera— pero dos gatos enamorados, dos gatos sensuales y, que en la historia quede claro que yo debo poder enamorarme de vos.
Eva
& Adán, 24 horas en París
«The
Making-Of / Cómo se hizo»
Nos dimos unas primeras palabras escritas,
y descubrimos un universo de seducción.
y descubrimos un universo de seducción.
Josefina & Lluís
Una relación amorosa nacida a
través del Blog y extendida a las redes sociales y, cultivada con la palabra
oral y escrita que ambos nos dimos con afecto y deleite a través de una
relación epistolar y telefónica por espacio de casi cuatro años y, unos
encuentros personales y maravillosos por espacio de pocos días en París y en Barcelona.
No todos aquellos que nos miraron pudieron vernos,
ni todos los que creyeron conocernos supieron quiénes fuimos.
Eva
& Adán, 24 horas en París – Cómo lo construimos, cómo lo vivimos
Voy a usar el término inglés
making-of (traducido como «cómo se hizo», «así se hizo», «tras las cámaras»)
para hacer un relato documentado a través de los correos y conversaciones
telefónicas que nos cruzamos para realizar nuestro proyecto de escribir a dos
manos —a dos laptop, como dijo Josefina— el relato de una historia de amor que,
aunque ficticia en su origen, a medida que íbamos escribiendo y reescribiendo
más nos aproximábamos a nuestra realidad personal en las que nuestros deseos y
sentimientos se entremezclaban con las palabras de nuestros personajes de
ficción.
Partíamos de un amor epistolar
—nacido a través de nuestros blogs— entre dos personas en los que residíamos en
países distintos, —Josefina & Lluís— separados por doce mil kilómetros de
distancia. Josefina, mujer Argentina, nacida en Córdoba viviendo y trabajando en varias ciudades de Argentina. Y el que escribe ese preámbulo de nuestro —Making-of—, Lluís,
catalán, nacido y residente en Barcelona, España.
Ahora en la distancia del tiempo
en que lo escribimos, nos dimos cuenta —cuando Josefina vivía— y el maldito
cáncer que acabó con ella todavía no mostraba su evidencia, que lo importante de
nuestro proyecto no era exclusivamente el escrito que ha quedado expuesto de
por vida en la inmensidad del Ciberespacio. Lo importante fueron los cinco
meses que nos pasamos escribiéndonos correos electrónicos y las conversaciones
telefónicas de un promedio de cuatro horas semanales. Un tiempo vivido que fue
una fracción de una parte de un todo, un intervalo, de una real historia de
amor que vivimos durante un poco más de tres años. En el año 2013, después de
casi un año de una relación epistolar interpretamos por los correos que nos
mandábamos tenían contenido suficiente para plasmarlos en un escrito; una
historia de amor paralela que reflejase nuestras realidades y nuestros sueños.
Fueron las palabras que nos cruzábamos por las que se me ocurrió proponerle a
Josefina algún tipo de colaboración para crear un relato que reflejase a dos
manos nuestros deseos para que la publicáramos en mi blog y, si Josefina lo
consideraba oportuno, también en el
suyo.
Horas antes de la
publicación de Eva & Adán
Buenos días Lluís, buenos días mi amor,
Amor, estoy de los nervios de una
parturienta, te lo puedo garantizar y, ahora más todavía, ya teniendo la fecha
de parto. Creo que el día jueves es una buena elección, en general se puede
decir que la luna creciente es ideal para todo lo que tenga que ver con
nacimiento; digo esto ya que en dicha fecha estaremos en el primer cuarto
creciente de la luna. Me siento cuidada y mimada por ti, creo que este hijo en
el que ambos lo hemos deseado tanto que bien justifica los nervios previos al
parto. Nuestra historia de amor escrita —ficticia pero deseada—tiene tanta
fuerza que atemoriza, al menos es eso lo que por momentos siento. Hemos
compartido tantas cosas soñadas en este escrito, nos ha unido tanto escribirlo
y he vivido tanto en ese tiempo que, la relación amorosa que mantengo contigo,
la equiparo a la figura de la montaña rusa, comparándolo a todo lo que estoy viviendo
junto a ti. Expresa perfectamente mis emociones y mis sentimientos para
contigo.
Por momentos todo es calma, como
ese paseo inicial de los carros de la montaña rusa, aunque siempre hay una
cosquilla en el estómago que es la que previene del salto que se puede
avecinar, creo tener todo el coraje para enfrentar cualquier pendiente o
descenso a la velocidad que sea, pero más de una vez, he experimentado que mi
temeridad no está a la altura de lo imaginado. Me sorprendo a mí misma de lo que
soy capaz. Nuestra relación tiene tanta intensidad que llevarla en secreto es
una auténtica locura. Es como si fuese en una montaña rusa en la que, muchas
veces, es tan emocionante que el vértigo se adueña de mis sentidos. De pronto
el ritmo se acelera y mi mente no tiene la capacidad de saber donde me
encuentro, en ocasiones estoy perdida en las más hermosas de las alturas y la
brisa que acaricia mi cuerpo es maravillosa, huele a mar, a tu mar, a ese
Mediterráneo de azul incomparable y siento que estoy pegada a ti en el mejor de
los puntos que pueda tener el espacio. Pero en otras oportunidades, las vueltas
son tan violentas que tengo la sensación de salirme del asiento.
Afortunadamente, siempre ha llegado la calma y con ella la luz, la serenidad de
tu luz que me ayuda a seguir y, que nos muestra lo bonito del camino transitado.
Vivir en una montaña rusa en
cierta etapa de nuestras vidas, considero que es un privilegio, sólo para
personas que no se resignan a perder la juventud, somos esos seres
inconscientes, (para el común de los mortales) que alentados por el amor,
creemos poder lograr todo y aunque no lleguemos a la meta soñada, el recorrido
del trayecto, representa más de una gran llegada. Te estarás preguntando qué
cosas pasan por mi mente para escribir esta locura, lo siento, es lo que tú me
generas; un universo maravilloso en el que estoy reviviendo juventud, amor,
celos y locura.
Mañana tenemos día de parto —la
publicación de nuestro Eva & Adán— y ya estoy nerviosa. Amor, te hablaré
como futura madre a ti, el padre del hijo. Tu escrito de hoy, ese que por
apresurada casi mal interpreto, es precioso, confirma todo lo que yo también
siento al respecto de nuestro primogénito, me encanta que me hayas regalado
esas impresiones justo antes del parto. Ambos estamos felices y eso es lo único
que importa, no debemos tener demasiadas expectativas en cuanto a la reacción
de los demás, —sean cercanos, conocidos o virtuales— recuerda que la mayor
parte del grupo femenino es envidiosa de los hermosos bebes de los demás y que
los representantes masculinos son pocos participativos, por lo tanto recuerda
que lo valioso es que es nuestro hijo, y estamos felices por lo bonito que es,
y que siempre será nuestro, más allá de lo que opinen o no los demás. Te
quiero, espero no volverme loca a tu lado y si eso pasa que al menos sea una
loca feliz. Mil besos y mil pensamientos.
Josefina
18
de Enero 2013 - Diálogo entre genitores
—Josefina, el texto
que acordamos poner en limpio quedará tal como te indico a continuación. ¿Dime
qué te parece?
“En el pasado no existieron planes ni promesas a
futuro, entendíamos que los momentos mágicos debían vivirse a corazón abierto,
en el presente aún continuamos creyendo en lo mismo. Saborear con intensidad el
día a día, extraer la esencia, lo primordial, continuar sin cese navegando en
las palabras, perdiéndonos en el poco conocimiento de nuestro pasado y
encontrándonos en el vasto de nuestro presente. Caminar buscándonos en cada
escrito, seduciéndonos con las palabras, deseándonos con el pensamiento,
necesitándonos el uno al otro cada día, como si se tratara del día final, del
último día de nuestras vidas!”
—Mira que eres lindo,
Lluís!!! ¡Me gusta el párrafo! Me gusta el escrito, me gusta, tiene tanto de
nosotros que me emociona, está entretejido nuestra forma de pensar que nos
pertenece cada palabra, cada puntuación, es como un nido construido por dos
pájaros enamorados y puedo decir aún más: cuando quede publicado será nuestro
primer nido, pero también nuestro tan deseado primer hijo.
Lluís, qué te parece sí además
del título aceptado y consensuado de Eva & Adán, 24 horas en París,
añadiésemos un subtítulo que expresase nuestro deseo de hacerlo realidad,
también podría ser una reflexión final o un epílogo que dejara clara nuestra
voluntad de realizar el encuentro en París.
Josefina
—Josefina se me
ocurren muchos subtítulos para Eva & Adán, 24 horas en París. Uno de
ellos y bastante descriptivo podría ser: Nos amamos en París, pero voy a ser
más explícito, mi propuesta es conocernos en París y revivir en un fin de
semana —tan largo como tú pudieras conseguir—, exactamente la historia escrita
de —Eva & Adán—, es decir, cabalgar en le manège des impressionnistes,
cenar en La Coupole, y albergarnos en un apartamento mansarde (buhardilla) que
tengo localizado precisamente en la Rue du Faubourg Saint-Honoré, de París, en
la misma calle donde está nuestro Jardin sur le toit de la Maison Hermès. Éste
sería nuestro epílogo que culminaría nuestra historia escrita. Josefina, ésta
es mi propuesta.
Dulces sueños, mi
vida
Lluís
—Amado Lluís, recibir
una propuesta de conocernos en París y terminar nuestra historia de amor conviviendo
un fin de semana en un appartement mansarde en la misma calle de Le Jardin
caché sur le toit, es lo máximo, es una propuesta romántica y viniendo de ti,
amante amado, entusiasta, conmovedora, emocionante y disparadora de un sin fin
de sueños embriagadores. Aunque tu, mi amor, puedes creer que exagero, para mi
es como si me hubieras propuesto matrimonio y estoy como una boluda con la
cabeza llena de pajaritos “compris le
rosignol”. Cielo, gracias me haces muy feliz y desde hoy doy inicio al sueño
más bonito de estos últimos tiempos. Les pido a los ángeles del cielo o mejor
dicho a mi ángel de la guarda, a ese que siempre le pedía cosas en mi niñez,
que nos acompañen en la perfecta realización de nuestro sueño. Te quiero amor,
un beso gigante con abrazo incluido. Estoy proponiendo en mi casa de forma
abierta el realizar un viaje sola, le dije que yo podría hacer un crucero; es una forma clara de proponer el inicio de una
separación temporal para ver si nos conviene separarnos o no. Yo viajaría de
Buenos Aires a Lisboa, y desde Lisboa iniciaría el crucero por el Mediterráneo
hasta Barcelona y de tu ciudad a París. Este crucero está elegido a conciencia
ya que me permitiría encontrarme con dos amigas por unas horas, una de Málaga y
otra de Valencia, que vendría a verme desde Alicante.
Sos lo máximo, besos
de terciopelo
Josefina
—Josefina, tus
palabras van más allá de la aceptación de una propuesta, tu respuesta es
definitiva y pormenorizada, tienes mi total aceptación de un propósito deseado
y compartido, al que se implican todos los deseos que nos habíamos formulado.
Fíjate como paso a paso van quedando definidos los tiempos, siempre avanzando.
Me siento un hombre enamorado al que su novia le acaba de dar el —sí quiero,
quiero ser tu mujer—; te quiero mucho amor mío, expresarte como si te hubiera
pedido matrimonio, suena espléndido, suena a que me quieres, suena fantástico,
eres mi mujer, mi gran sueño de mujer.
Te necesito, amor
Lluís
—Tienes razón Lluís
cuando hablas de los tiempos, del momento en que nos enamoramos, de
las vidas ya hechas y de los diferentes planteamientos y, es por eso,
que hoy, me gustaría tener menos obstáculos y de esa forma, sin impedimento
alguno, poder amarte a puro corazón. Ser tuya. Ambos descubrimos en
nuestro amor un gran tesoro y deseamos conservarlo y, en la medida de lo
posible agigantarlo, sigamos afirmando el deseo de hacerlo perdurable,
continuemos nutriéndonos de su magia, no paremos de maravillarnos y
sorprendernos y, que las fuerzas del universo no nos abandonen nunca. No quiero
que mis deseos se pierdan en utopías, en sueños imposibles de ser realizados.
Pretendo que mi vida sea una realidad apasionada. Pasión de la vida junto a ti
hasta la muerte.
Josefina
—Josefina, ahora los tiempos los
administramos mejor y son más profundos, se están consolidando, van adquiriendo
sedimento, es como el impetuoso fuego que al principio lo quemaba todo, lo
arrasó todo como un tsunami de pasión, ahora se ha convertido en un elemento necesario,
sentir la placidez de ese fuego acogedor y hasta excitantemente provocador, un
fuego que va estabilizándose, forma con su rescoldo vivo la brasa amable,
confortable que nos da calor y es refugio contra el frío de nuestro entorno exterior...
Me siento tan bien contigo, a tu
lado, que los momentos que compartimos vida, sí Josefina, ya podemos decir que
compartimos vida y que, cuando nos hablamos, o nos deseamos, forman parte de
este fuego generoso que los dos sabemos alimentar para arrimar, al otro
generosamente, el ascua cálida para que dé calor al otro. La palabra tiene el
poder de acercarnos, pero con la voz adquiere mayor relevancia y autenticidad.
Me siento feliz de escribirte, pero mucho más de oírte, de saber que cuando
estás conmigo y percibir como respiras, como jadeas, como te ríes, como te
estremeces, son momentos que generan vida. Me doy cuenta de que es muy grande
lo que hemos conseguido. ¡Pero mucho!
Un cesto de caricias, de tu amor
Lluís
—Lluís, estoy impregnada de tus
cálidas palabras, las escritas y las escuchadas, las que tienen sonido, las que
me dan vuelta el corazón, cada vez que oigo sus matices, cada vez que las
escucho y se instalan en lo más profundo de mi ser. Qué fantástico cuando estas
palabras/caricias se apoderan y permanecen dentro de mí como un tesoro. La
palabra gracias es muy bonita, pero casi siempre me queda chica cuando te la
tengo que decir, me gustaría que hubiera otra más contundente, creo que debo
pensar seriamente en inventar una que haga honor a tus galanterías y a tus
halagos. Este fin de semana tan alucinante aún no termino de creer que lo
hayamos vivido con semejante intensidad, me ha dejado algo mareada, es como si
hubiera dado cientos de vueltas en nuestra íntima calesita.
Cariño, hermosas son tus
palabras, las que me has dedicado durante todo el día de la publicación de Eva
& Adán, me has mimado hasta hacer que sienta que en verdad somos padres, te
quiero oso mimoso. El vernissage fue una gran idea, me gusta que siempre
pensemos en todos los detalles, invitando a amigos y conocidos a que nos lean.
Lo celebramos por teléfono con champagne Veuve Clicquot Brut, yo desde Bahía
Blanca a las 19:55 horas y tú desde Barcelona, a las 23:55 horas, cuatro horas
de diferencia que nos permiten estar juntos. Nuestra vida es una loca y hermosa
ilusión. "Ce qui est réel n'est pas l'apparence mais l'idée, l'essence des
choses". Brâncusi. Como en el arte, nuestra historia de enamorados y
nuestra historia de progenitores, no es lo que en principio parece ser, es la
idea de lo que somos y creamos lo que conforma la esencia de nuestra realidad.
Tienes mucha razón cuando me dices que debemos
proteger nuestros sueños, nuestro mundo privado y secreto, debemos hablar al
respecto. Por momentos siento que estoy siendo muy poco cuidadosa, obro con
demasiada tranquilidad. Es cierto que existen en mi casa soplos de aire
conyugales malignos que pueden dañar todo lo que hemos creado. Intuyo
que existen de forma latente y sigilosa. Deberíamos saber como
neutralizarlos. No me gustaría tener que tomar una decisión apremiada por las
circunstancias, sería muy lamentable para todos, si debo tomar una resolución
definitiva será por que la situación lo amerita y porque estoy absolutamente
segura que debo cambiar mi rumbo. Amor, este tema lo debemos charlar.
Un beso gigante, de
tu Josefina
Nuevo proyecto
Personajes que descansan en
el Cementerio
de Montparnasse, París
—Lluís, con respecto
a nuestro próximo escrito, los personajes que amamos y que están descansando en
el cementerio de Montparnasse me gustaría saber si estás seguro de querer
escribir el tema ya hablado, tu propuesta es una idea genial y, por mi parte me
parece un muy lindo tema, un desafío para ambos.
Debiéramos centrarnos
básicamente en Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, enterrados juntos y el de
Julio Cortázar por ser nuestros escritores preferidos. A Cortázar no sé cómo
podríamos unirlo en nuestro relato ya que tuvo tres esposas.
—Josefina, a Cortázar
podríamos armar su historia con uno de sus amores reales, con se segunda
esposa, la escritora y activista Carol Dunlop y con el personaje literario
ficticio de La Maga, de Rayuela
Tal vez podríamos
encajar al amante de Simone de Beauvoir, Nelson Algren y hacerlo de una forma
que el espíritu de Nelson ronde —todavía— la tumba de su amante. No debemos
preocuparnos por la excesiva exactitud ya que los sentimientos de los amantes
tienen proximidad y aunque algunas son vivencias imaginadas se van armando
lentamente y, casi sin que nos demos cuenta.
—Lluís, me gusta la idea de ser un gato y una gata quienes protagonizan la historia, como lo harán, es un tema que debemos charlar, cada uno debe presentar una forma posible de hacerlo. Por mi parte quiero ser una gata creíble, es decir que todo lo que seré, haré y diré tendrá que tener relación con el tipo de gata que soy, —atrevida, coqueta y enamorada— y tu un gato pendenciero, tal como eres —seductor, osado y muchos etcétera— pero dos gatos enamorados, dos gatos sensuales y, que en la historia quede claro que yo debo poder enamorarme de vos.
Publicaciones en las que aparece Josefina
Resumen de todas
mis publicaciones en las que están dedicadas a Josefina, bien
nombrándola de forma directa y personal, u otras que fueron escritas para
dedicárselas a ella; también en otras que son escritas a dos manos —Josefina y
yo— cuando Josefina ya estaba muy enferma y que, en lugar de aportar sus textos
por escrito —un tiempo muy difícil en que ya no tenía los suficientes ánimos para
escribir— y, lo hacía a través de su voz. Palabras que están grabadas en mi
móvil.
La Rayuela de las palabras
Declaración
de amor.
Cóncavo convexa | Cartas de una cercana
lejanía
Correspondencia
de tiempos felices
Adiós Josefina | Adiós Smot
Necrológica:
El día
que el cielo bajó a la tierra y la noche envolvió tu alma.
La sombra encadenada
Recuerdo
póstumo
El jardín secreto en un tejado de París
Recuerdo
póstumo de un tiempo vivido.
Nadie encuentra lo que no está buscando.
Escrito
póstumo.
Oda al Ginkgo biloba | A los amantes
Goethe & Marianne
Un escrito de
Josefina y mío.
EVA & ADÁN | Un día en el Paraíso
Un escrito con
aportes de Josefina,
adaptación de
la obra de Mark Twain, The Diaries of Adam and Eve (1893)
Amar a un ruiseñor...
Escrito
declaración de amor a Josefina y propuesta de escribir juntos.
GINKGO BILOBA, Quiero a ese árbol...
Mi primer
escrito a Josefina y al amor que sentía por el árbol Ginkgo biloba
Nelson Algren & Simone de Beauvoir | El cosmos ficticio
Un
escrito compartido con Josefina.
Los
personajes somos nosotros enmascaradamente.
De
Barcelona a París, dos cuerpos que traspasan un cuadro.
Una
metamorfosis inexplicable que nos permitió adentrarnos en París.
El
capitán Voltarén
Un viaje por el alambique del amor hasta
la ventana de la casa de Josefina.
Cala
Piccola
Un sueño posible construido con palabras
y deseos de Josefina.
Albert Camus:
Fragmento del discurso de aceptación Nobel de Literatura, año 1957
(...) Personalmente, no puedo vivir sin mi arte. Pero jamás he puesto ese arte por encima de cualquier cosa. Por el contrario, si me es necesario es porque no me separa de nadie, y me permite vivir, tal como soy, a la par de todos. A mi ver, el arte no es una diversión solitaria. Es un medio de emocionar al mayor número de hombres, ofreciéndoles una imagen privilegiada de dolores y alegrías comunes. Obliga, pues, al artista a no aislarse; le somete a la verdad, a la más humilde y más universal. Y aquellos que muchas veces han elegido su destino de artistas porque se sentían distintos, aprenden pronto que no podrán nutrir su arte ni su diferencia más que confesando su semejanza con todos.
(...) El artista se forja en ese perpetuo ir y venir de sí mismo hacia los demás, equidistante entre la belleza, sin la cual no puede vivir, y la comunidad, de la cual no puede desprenderse. Por eso, los verdaderos artistas no desdeñan nada; se obligan a comprender en vez de juzgar. Y si han de tomar partido en este mundo, sólo puede ser por una sociedad en la que, según la gran frase de Nietzsche, no ha de reinar el juez sino el creador, sea trabajador o intelectual.
(...) me siento más libre para destacar, al concluir, la magnitud y generosidad de la distinción que acabáis de hacerme. Más libre también para decir que quisiera recibirla como homenaje rendido a todos los que, participando el mismo combate, no han recibido privilegio alguno y sí, en cambio, han conocido desgracias y persecuciones. Sólo me falta dar las gracias, desde el fondo de mi corazón, y hacer públicamente, en señal personal de gratitud, la misma y vieja promesa de fidelidad que cada verdadero artista se hace a si mismo, silenciosamente, todos los días.
GOOGLE
Ha
ordenado y clasificado todas las entradas de mi blog.
y,
lo ha hecho, dándome un código:
site:luisbusom.blogspot.com
Para
verlas sólo hay que clicar el link de más abajo,
una
vez abierta la página a la izquierda tiene varias opciones, entre ellas,
las
imágenes que he utilizado en cada escrito.
Todos los escritos de DIALÉCTICA, de Lluís Busom i Femenia
El buscador YANDEX tiene una selección de mis escritos,
así como también escritos que están vinculados en otras web
OTROS ESCRITOS
ResponderEliminarLluís,
Ante todo, FELICITACIONES! por las 50 mil visitas a tu blog, sin duda un nuevo logro, que bien sé, te colma de satisfacción, por otra parte no debes olvidar que es un reconocimiento merecido, por tu trabajo y dedicación.
No puedo dejar de pensar en el día que en tu publicación de Amar a un Ruiseñor, de hace más de tres meses atrás, respondiste a mi comentario con una invitación.
Una sugerencia a escribir juntos en tu blog; tus palabras más allá de representar una grata sorpresa, para mi fueron un gran halago.
Acordar no parecía tarea sencilla, pero sin gran esfuerzo, cuando nos dimos cuenta estábamos involucrados en un escrito a dos manos, o mejor dicho a dos laptops.
Como tú dices somos dos personalidades tan diferentes pero con tantas coincidencias en gustos e intereses, que fueron estos, los que hicieron, tan divertido, tan placentero y deseado nuestro escrito Eva & Adán 24 horas en París.
Recordar los detalles que conforman la trama del relato y los pormenores para lograr los acuerdos tanto en lo profundo del significado de cada palabra, como en lo banal de un signo de puntuación, es lo que le da carácter a nuestro primer trabajo en pareja.
Por todas las horas compartidas, por los e-mails intercambiados, por todas las imágenes y fotos seleccionadas, por los acuerdos y desacuerdos, te estaré siempre infinitamente agradecida.
No creo equivocarme al pensar que más allá del valor como escrito que pueda tener Eva & Adán 24 horas en París, debemos remarcar lo que representa para nosotros, lo hemos escrito, desde el más sincero de los afectos, lo hemos cuidado para que pueda transmitir sentimientos, ofrecer información y por sobretodo, regalar vida.
Y es justo aquí donde quiero hacer mención del pensamiento de un escritor que admiro, aunque sé que no es tu caso, pero quiero dedicarte esas palabras que el escritor Mario Vargas Llosa hizo en honor a otro escritor, en este caso uno de tus favoritos, Ernest Hemingway. "Escribir, aquella prestidigitación antiquísima inventada por los hombres para, ilusoriamente, prevalecer contra la muerte".
Escribir, leer, corregir, consensuar, compartir, buscar, fundamentar, discutir, son acciones que han gestado a Eva & Adán 24 horas en París, pero fundamentalmente son hechos que nos han unido a través de un escrito, que al decir de Mario Vargas Llosa, no debemos pensar que elegimos el tema, es el tema que nos eligió a nosotros.
Gracias por invitarme a desafiar el orden racional de la existencia, gracias por tu paciencia, por tu generosidad, por tu cariño, tú bien sabes que cuentas con el mío.
"... el sentido de escribir es imaginarle un sentido al mundo y, por lo tanto, a la persona que escribe". Abelardo Castillo.
Finalement, et comme il faut que le fasse Eva, je te remercie de tout mon coeur et c'est avec joie que j'accepte cette fleur venue d'outre-mer.
Josefina Basualdo (Cymor)
Josefina:
EliminarAntes que nada agradecerte, por un lado, tus amables palabras de reconocimiento al trabajo hecho en mi blog y, por el otro, reconocerte el mérito de tu aporte ‘in extenso’ tanto por tu capacidad, como por tu dedicación a este nuestro primer trabajo. Desarrollar ‘Eva & Adán, 24 horas en París’, tal como tú dices a dos ‘lapttops’, ha sido un verdadero placer, del que ahora te doy públicamente las gracias por el tiempo feliz en el que lo hemos estado preparándolo. Tiempo de fantásticas complicidades que han hecho de nuestro trabajo un tiempo lúdico y muy querido.
Lógicamente queda para nuestra intimidad el ‘making-of’ de los momentos divertidos que nunca se verán reflejados en nuestro escrito y que, en cierta medida, tienen tanto o más valor que lo que queda reflejado en nuestro escrito. Estamos a la recíproca, tienes todo mi afecto y cariño que, sin duda a través de este tiempo de colaboración, se ha agigantado exponencialmente, gracias también, por tu paciencia, generosidad y por tu cariño.
Sólo un apunte que refleja bastante nuestra actitud entre bastidores y que ha sido una constante en nuestras comunicaciones, el ser unos avaros devoradores del presente, regalándonos vida, jugando y sintiéndonos afortunados por ser aún esos niños que se ilusionan y gozan de lo que nos ofrece el mundo. Me gustaría terminar mi reconocimiento a ese espíritu con una frase mía:
“Deberíamos procurar que la mente se conserve con el esplendor de un joven despreocupado y, digo despreocupado, pensando en que cuando lo éramos, serlo carecía de importancia, es ahora que debemos recuperar la importancia de serlo cuando ya no lo somos. LBF”